De resistentes a existentes
La historia de la modernidad es la del nacimiento, autoconciencia y agon¨ªa del individuo. En paralelo naci¨® la figura del autor. Desde entonces el escritor cree ser demiurgo. Y cada obra suya es como una bajada de Mois¨¦s del monte con un mensaje al mundo, a la comunidad; que era un pueblo y una lengua. Pero hoy que vivimos entre lenguas y hay milagreros llamados traductores ?cu¨¢l es hoy la comunidad de un autor cuya obra trascienda los l¨ªmites de una lengua? Es el p¨²blico que lee su trabajo en cualquier idioma. S¨ª, pero tambi¨¦n sus conciudadanos. El autor se ver¨¢ como quiera a s¨ª mismo, pero la comunidad tambi¨¦n lo ve, y con unas expectativas. En Galicia la expectativa es que el autor sea persona moral y comprometida con los asuntos del pa¨ªs. Y desde luego que una su destino al del pa¨ªs. Aqu¨ª es m¨¢s f¨¢cil que en otros lugares que le llamen "traidor" a un autor, un porcentaje mayor de posibilidades.
Esto arranca de bien atr¨¢s. La literatura de los "cancioneiros", en cortes gallegas y portuguesas, era una literatura normal, tras la victoria de Isabel sobre "dona Joana" y su consiguiente pol¨ªtica de "doma y castraci¨®n" de Galicia, ya no lo es. Las relaciones de poder se dan en todos los planos, tambi¨¦n entre las lenguas. A ese designio pol¨ªtico isabelesco responde otra estrategia hist¨®rica contraria, de resistencia. Comienza con los ilustrados Sarmiento y Feijoo, sigue con los liberales y luego con los republicanos. Rosal¨ªa ilustra la carga que heredan los intelectuales de este pa¨ªs: su obra gallega denuncia la miseria de las clases populares del pa¨ªs, y de las mujeres, que ella relaciona con la postraci¨®n de Galicia. No basta so?ar, nuestro trabajo, tambi¨¦n hay que analizar e imaginar un pa¨ªs. La obligaci¨®n de ser intelectual.
?Entonces la literatura gallega es pol¨ªtica? No m¨¢s que otras. De hecho, la idea de que tenga unos rasgos propios nace de las relaciones de poder entre lenguas: en Espa?a se espera que sea ir¨®nica, o fant¨¢stica, ambientada en lo rural, preindustrial en general. Pero lo que late debajo es la idea de que es un localismo, simp¨¢tico y antropol¨®gico. Mientras tanto, la literatura en castellano ser¨ªa el referente universal, lo moderno. Es una mentira interesada, la obra literaria es universal en cualquier idioma. Y el origen de todo siempre es lo m¨¢s humilde. Quien lo niega no quiere a la literatura, ese artificio que encierra verdad, defiende un status quo de poder.
Aunque, sin duda, en esta ¨¦poca hist¨®rica que ha llegado aqu¨ª la carga moral e ideol¨®gica y la expectativa social han pesado mucho sobre el conjunto de la literatura gallega. La literatura ha sido la bandera nacional para afirmar la existencia, sin embargo junto a la literatura de denuncia, con tradici¨®n desde el medievo, "cantigas de escarnio", siempre ha existido literatura m¨¢s personal e intimista. Eso s¨ª, se espera demasiado de los escritores y cada libro escrito en gallego, con independencia de su intenci¨®n art¨ªstica, sigue siendo un acto pol¨ªtico; de resistencia. A ver si llega a ser de existencia, simplemente.
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