La mentira es libre
La impunidad de la mentira est¨¢ en relaci¨®n directa con el poder del mentiroso. Nunca tan impune como ahora, cuando mienten las instituciones. ?No mintieron siempre? S¨ª, pero ten¨ªan agentes de buena fe que cre¨ªan en lo que predicaban: reclutados por su credulidad y alimentados por el miedo porque la advertencia de los mentirosos sobre los ciudadanos era que ser¨ªan castigados siempre: si escapaban aqu¨ª, el infierno les esperaba. Una defensa de la filosof¨ªa popular era el "?Tan largo me lo fi¨¢is!" del pecador: un buen padre que escrib¨ªa comedias demostr¨® en una que, en efecto, el mentiroso pecador Don Juan iba al infierno por un escotill¨®n del escenario; pero un laico vino despu¨¦s, Zorrilla, y cre¨® la teolog¨ªa de que un "punto de contrici¨®n / da a un alma la salvaci¨®n / por toda la eternidad". Quiz¨¢ sea por esto por lo que los religiosos mienten con m¨¢s facilidad, y que Espa?a sea uno de los centros en los que m¨¢s se miente; y as¨ª se nota que la mentira se agrupa en las minor¨ªas religiosas. La pr¨®xima manifestaci¨®n de los curas, preparada tambi¨¦n por el PP, se basa en la mentira de que las nuevas leyes del Gobierno que se llama socialista -otra mentira- se hacen contra la familia. No es verdad. Tambi¨¦n se dijo del divorcio, y se ha venido a verificar que los que se divorcian se casan otra vez, con lo cual aumenta el n¨²mero de familias; y ahora, lo que antes era imposible de casar, como dos hombres o dos mujeres, aumentar¨¢ el n¨²mero de familias.
Lo que siempre ha inquietado a los eclesi¨¢sticos era la manera de consumar el matrimonio, qu¨¦ lugares eran practicables pero no sacros, y c¨®mo en los sacros hab¨ªa que actuar con plenitud. Eran sociedades que necesitaban soldados, pastores, siervos de la gleba, y que comprend¨ªan que las introducciones est¨¦riles les dejaban sin picas en Flandes. La sociedad desde su punto de vista laico, y de servicios, ha inventado el maquinismo y no necesita mano de obra: la deja morir al sol o al tif¨®n en los continentes malditos. Pero aqu¨ª no ceja: no puede perder el grifo de la vida, aunque no haga falta. Sobre todo, puede ayudar el pr¨®ximo s¨¢bado al partido que la asume a abrirse paso entre los rojos, color de infierno. Pero llamar rojos a los socialistas espa?oles es tal mentira....
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