Efem¨¦ride de un Colegio Mayor
El Llu¨ªs Vives celebra un triple aniversario: 70 a?os de su dise?o, 50 de su apertura y 25 de su r¨¦gimen mixto
El Colegio Mayor Llu¨ªs Vives de la Universitat de Val¨¨ncia celebra este a?o un triple aniversario. Han pasado siete d¨¦cadas desde que el reputado arquitecto valenciano Javier Goerlich proyectara el edificio en agosto de 1935; 50 a?os, desde que el dictador Franco lo inaugurara y 25 desde que se convirtiera en el primer colegio mixto del Estado.
La creaci¨®n de este colegio de l¨ªnea racionalista, una tendencia ligada a las vanguardias europeas que propugna la simplicidad en las formas, ayuda a comprender la historia contempor¨¢nea. Sobre la apertura, morfolog¨ªa y funcionamiento de esta residencia universitaria que alberga a 167 universitarios y 26 profesores visitantes en la avenida de Blasco Ib¨¢?ez de Valencia se proyectan los avatares del tiempo. Desde principios de los a?os 30, y fundamentalmente cuando se proclama la Rep¨²blica de 1931, seg¨²n explica el actual director del Colegio, Luis Puig, el equipo rectoral propone la construcci¨®n de una "residencia de estudiantes" con fachada a lo que entonces era conocido como Paseo al Mar. En junio de 1935 se aprueba el decreto que autoriza la construcci¨®n de la residencia de estudiantes y un mes despu¨¦s Goerlich presenta el dise?o del edificio, cuya construcci¨®n queda malograda por el estallido de la Guerra Civil.
Ya en la inmediata posguerra, prosigue Puig, el gobierno franquista aprueba un decreto para la creaci¨®n de colegios mayores universitarios, destinados a albergar a la mayor¨ªa de estudiantes, a diferencia de ahora, que son habitados por una minor¨ªa. Encomiendan las obras de nuevo a Goerlich, que acepta sin proyectar un nuevo dise?o. Rescata el proyecto inicial dise?ado en la ¨¦poca republicana a?adiendo una capilla sobre el espacio reservado para el patio, cuyo estilo contrasta sobremanera con el entorno. Por razones presupuestarias la construcci¨®n del edificio se demora y entretanto el gobierno franquista aprueba un decreto que ordena la construcci¨®n del Colegio Alejandro Salazar, dirigido por el Movimiento Nacional, que se emplazar¨¢ en la obra de Goerlich.
Esto provoca que el sim¨¦trico edificio se divida en dos mitades. Una misma puerta de acceso pero todo duplicado en las residencias masculinas: dos comedores, dos directores, dos cocinas... Con obras pendientes en el Alejandro Salazar, el Llu¨ªs Vives fue inaugurado por Franco, quien estamp¨® su r¨²brica en el libro de honor que todav¨ªa se conserva. 25 a?os despu¨¦s, en la etapa democr¨¢tica, el Llu¨ªs Vives absorbi¨® el colegio franquista y las alumnas del Colegio Mayor de Santa Teresa, el equivalente femenino de aqu¨¦l, ubicado en el centro de la ciudad.
Un cuarto de siglo despu¨¦s de aquella efem¨¦ride, su director, el catedr¨¢tico de did¨¢ctica de Matem¨¢ticas de la Universitat, Luis Puig, prepara algunas celebraciones para el pr¨®ximo curso, aunque es dif¨ªcil imaginar m¨¢s en la ardua actividad de un colegio que s¨®lo en este curso ha programado m¨¢s de 130 actividades, entre conciertos, debates, proyecciones, etc., abiertas al p¨²blico. Puig, que ha ocupado otros cargos en la gesti¨®n universitaria, opt¨® por ¨¦ste por el inter¨¦s que le suscita "desarrollar una labor de difusi¨®n cultural en contacto con los estudiantes".
Andreu Pasqual es el representante de los colegiales en el Llu¨ªs Vives, el enlace con la direcci¨®n. Distingue entre dos perfiles de estudiantes: "Los que ven el colegio como un hotel y los que lo consideran su casa". Decidi¨® alojarse en la residencia universitaria tras la experiencia de su hermano y en su cuarto a?o, califica de "euf¨®rico" el segundo, en el que no paraba de organizar actos. De los iniciales tiempos del Vives pervive la costumbre de los Botones de Plata y Oro que se otorgan a los colegiales al finalizar sus estudios universitarios.
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