Tres obispos en la Casa dels Canonges

Los obispos catalanes est¨¢n preocupados por la creciente laicizaci¨®n de la sociedad catalana y ven en el Gobierno tripartito un sost¨¦n de esa escalada. As¨ª se lo hicieron saber ayer al presidente Pasqual Maragall, a su primer consejero, Josep Bargall¨®, a la consejera de Cultura, Caterina Mieras, y a la directora general de Asuntos Religiosos, Montserrat Coll. Porque ayer hubo ¨¢gape de primeras autoridades civiles y eclesiales en la Casa dels Canonges.

Con mantel de por medio, se pusieron sobre la mesa temas de actualidad. Y los sac¨® a colaci¨®n la parte eclesial, integrada por el presidente de la Conferencia Tarraconense y miembro de la prelatura personal del Opus Dei, Jaume Pujol; el arzobispo de Barcelona, Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach; y el obispo de La Seu y copr¨ªncipe de Andorra, Joan Enric Vives. Los pol¨ªticos iban dispuestos a abordar asuntos relacionados con el patrimonio cultural. Pero los obispos tambi¨¦n se preocuparon por el laicismo en la educaci¨®n y preguntaron c¨®mo pod¨ªan conseguir un ejemplar del proyecto de Estatut, temerosos quiz¨¢ que tras la tapa dura se esconda alg¨²n que otro rasgo non sancto. No hubo foto de grupo porque los prelados no quisieron.

Algunas fuentes pr¨®ximas a los comensales aseguran que no se mencion¨® el delicado asunto de la corona de espinas en Tierra Santa. Maragall ya fue a disculparse, nada m¨¢s llegar, ante Mart¨ªnez Sistach. Otras fuentes menos piadosas dijeron que no hubo indulgencia con el patinazo del presidente de la Generalitat. Muchos pecados debe creer que ha cometido el Gobierno tripartito si insiste en perpetuar ese viejo matrimonio entre Iglesia y Estado con reuniones peri¨®dicas en los que una parte tiende al reproche permanente. En cambio, ayer nadie ech¨® en cara a los obispos su militancia contra otro tipo de matrimonio que no les gusta.