El desierto avanza sobre el planeta
La ONU calcula que la desertificaci¨®n forzar¨¢ a 135 millones de personas a abandonar su hogar
La desertificaci¨®n amenaza las vidas de 1.200 millones de personas en un centenar de pa¨ªses. Esta cifra pone en evidencia, seg¨²n un estudio de Naciones Unidas, el fracaso global a la hora de dise?ar y aplicar pol¨ªticas que permitan establecer una armon¨ªa para frenar la continua degradaci¨®n de las tierras secas, donde en la actualidad viven 2.000 millones de personas -un tercio de la poblaci¨®n del planeta- y que cubren ya el 41% de la tierra firme. El 20% de esas tierras se consideran des¨¦rticas y una proporci¨®n similar est¨¢ en riesgo de degradaci¨®n.
La ONU acaba de publicar, coincidiendo con el D¨ªa Mundial de la Lucha contra la Desertificaci¨®n y la Sequ¨ªa, un extenso estudio elaborado por 1.300 expertos de 95 pa¨ªses en el que se analiza la evoluci¨®n del fen¨®meno. Sus autores -Zafar Adeel, Uriel Safriel y Gregoire Kalbermatten- afirman que la desertificaci¨®n plantea un riesgo para la estabilidad de las sociedades, sobre todo las m¨¢s pobres, y crea una fuerte presi¨®n en las zonas secas que todav¨ªa no han sido degradadas, donde millones de personas se ver¨¢n obligadas a buscar nuevos lugares para sobrevivir.
Naciones Unidas estima que la desertificaci¨®n forzar¨¢ a 135 millones de personas -la poblaci¨®n combinada de Francia y Alemania- a abandonar sus hogares para buscar una vida mejor. Las regiones m¨¢s vulnerables ante este fen¨®meno medioambiental son el ?frica subsahariana y el Asia central, donde ya se viven situaciones de grave crisis en Sahel y en el Cuerno de ?frica. Para 2020, las proyecciones hablan de que 60 millones de personas se desplazar¨¢n hacia el Norte de ?frica y Europa. Y un fen¨®meno similar, aunque de menor dimensi¨®n, se observa ya en Am¨¦rica Latina.
El estudio hace adem¨¢s una comparaci¨®n de datos que invita a la reflexi¨®n. La mortalidad infantil en las tierras secas en los pa¨ªses en desarrollo es de 54 ni?os por cada 1.000 nacimientos vivos, 10 veces m¨¢s que en los pa¨ªses industrializados y el doble que en las regiones pobres consideradas h¨²medas. "Dado el tama?o de la poblaci¨®n en estas zonas, el n¨²mero de personas afectadas por la desertificaci¨®n es mucho mayor que cualquier otro problema medioambiental contempor¨¢neo", remacha.
Hay m¨¢s. La disponibilidad de agua fresca en las tierras secas se cuantifica entorno a los 1.300 metros c¨²bicos anuales per c¨¢pita, muy lejos del m¨ªnimo de 2.000 metros c¨²bicos que la ONU considera indispensable para cubrir las necesidades del ser humano. El informe alerta de que la contaminaci¨®n de los acu¨ªferos, el crecimiento de la poblaci¨®n y el cambio clim¨¢tico reducir¨¢n a¨²n m¨¢s los recursos h¨ªdricos. Adem¨¢s, se advierte que las pol¨ªticas agr¨ªcolas y los subsidios contribuyen a empeorar la situaci¨®n.
"Proceso alarmante"
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, afirma que nos encontramos ante "uno de los procesos de degradaci¨®n ambiental m¨¢s alarmantes del planeta". Calcula que el proceso pone en peligro la salud y el medio de vida de m¨¢s de 1.000 millones de personas, y que ocasiona p¨¦rdidas de 42.000 millones de d¨®lares anuales s¨®lo en el sector agr¨ªcola.
El estudio a?ade que el impacto de la desertificaci¨®n se est¨¢ viendo exacerbado por las pol¨ªticas de marginalizaci¨®n en las tierras secas m¨¢s pobres y por el escaso desarrollo en el ¨¢mbito de la salud y la educaci¨®n. Es m¨¢s, se advierte de que las tierras secas son "ecosistemas muy fr¨¢giles" y que la actividad humana puede hacerlas m¨¢s vulnerables ante las fluctuaciones clim¨¢ticas. "El crecimiento de la poblaci¨®n, las pol¨ªticas inapropiadas y algunos elementos de la globalizaci¨®n son los principales factores de riesgo", remacha.
Ante esta situaci¨®n, la ONU vuelve a insistir en que el 17 de junio deber ser "una ocasi¨®n ¨²nica" para recordar que se puede combatir la desertificaci¨®n con eficacia y que el problema requiere una acci¨®n global. Pero el informe reconoce que en este momento es dif¨ªcil establecer su verdadero alcance, que seg¨²n los datos disponibles estar¨ªa entorno al 10% y el 20% de las tierras secas, y que una proporci¨®n similar corre ya el mismo riesgo de degradaci¨®n.
Este a?o, Naciones Unidas dedica el D¨ªa Mundial de la Lucha contra la Desertificaci¨®n y la Sequ¨ªa a la mujer, por el papel que pueden jugar en el cuidado de la tierra en los pa¨ªses en desarrollo (70% de la mano de obra agr¨ªcola) y sus valiosos conocimientos. "Pese a ello, las mujeres que viven en zonas secas son las personas m¨¢s pobres entre los pobres y tienen poco poder para introducir cambios reales", apostilla Annan en el mensaje que lanzar¨¢ con motivo del d¨¦cimo primer aniversario de la Convenci¨®n.
La propiedad de las tierras y del ganado est¨¢ en manos del hombre, por lo que las mujeres quedan excluidas de la participaci¨®n en los proyectos de conservaci¨®n y desarrollo de las tierras. Pero m¨¢s all¨¢ de esta desigualdad entre sexos, la ONU denuncia que hay una falta de recursos financieros para hacer frente a la desertificaci¨®n.
El informe de Naciones Unidas destaca por encima de todo que la desertificaci¨®n no es inevitable, y propone un conjunto de l¨ªneas de acci¨®n, tanto locales como globales, que pueden ralentizarla y hasta revertirla. "Es aconsejable centrarse en la prevenci¨®n", se?ala la ONU, "ya que los intentos de rehabilitar las ¨¢reas desertificadas son muy costosas y suelen dar resultados modestos".
El informe propone crear una "cultura de la prevenci¨®n", sobre todo entre los j¨®venes, integrar la gesti¨®n de las tierras y del agua, proteger la cubierta vegetal, evitar el conflicto entre agricultores y pastoralistas y estimular actividades productivas alternativas a la agricultura.
Cinco causas evitables
Cualquier acci¨®n contra la desertificaci¨®n requiere la identificaci¨®n previa de sus causas. La ONU destaca las siguientes:
1. Las pol¨ªticas que favorecen la sustituci¨®n del pastoreo por la agricultura, ya que el 65% de los suelos secos (no des¨¦rticos) son apropiados para pastos, pero no pueden soportar los cultivos.
2. Si los agricultores no tienen el control de las tierras (en r¨¦gimen de propiedad o de cooperativa), carecen de incentivos para limitarse a pr¨¢cticas sostenibles. La consecuencia es una explotaci¨®n excesiva del suelo, que a su vez provoca escasez de agua, vaciado de los acu¨ªferos, erosi¨®n y salinizaci¨®n, un conjunto de factores que estimula la desertificaci¨®n.
3. La globalizaci¨®n. La supresi¨®n de las barreras comerciales, con el consiguiente aumento de la producci¨®n agr¨ªcola con vistas a la exportaci¨®n, agrava la desertificaci¨®n.
La ONU subraya que la apertura de mercados exteriores podr¨ªa ser buena para los agricultores de los pa¨ªses pobres (aumentar¨ªa sus ingresos y les permitir¨ªa mejorar sus pr¨¢cticas de cultivo), pero las subvenciones agr¨ªcolas de Europa y Estados Unidos causan el desplome de los precios y el consiguiente empobrecimiento de los productores del Tercer Mundo.
4. Las pr¨¢cticas da?inas de gesti¨®n de las tierras: conflictos entre agricultores y pastoralistas, sistemas de riego a gran escala (con r¨ªos desviados de su cauce y abuso de los acu¨ªferos) y utilizaci¨®n excesiva de los incendios para despejar las tierras.
5. La contribuci¨®n del calentamiento global a la desertificaci¨®n es confusa, pero s¨ª parece claro que la desertificaci¨®n agrava el calentamiento: cuanto menos CO2 est¨¢ incorporado en forma de masa vegetal, m¨¢s hay en la atm¨®sfera aumentando el efecto invernadero.
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