El Rey, tripulante 18 del 'Iberdrola'

El padre de la Copa Louis Vuitton, Bruno Troubl¨¦, un tipo simp¨¢tico que compiti¨® tres veces en la Copa del Am¨¦rica, recordaba hace unos d¨ªas c¨®mo transform¨® la competici¨®n m¨¢s antigua de cuantas se celebran en una gran regata, en la quintaesencia de la modalidad match-race. Fue en 1983, el a?o que Australia conquist¨® la Copa y acab¨® con la hegemon¨ªa estadounidense. Troubl¨¦ cuenta que tard¨® 20 minutos en convencer a los ejecutivos del gigante Louis Vuitton. Fue la reinvenci¨®n de la Copa. Todo se dispar¨® a partir de entonces, entre otras cosas por la conmoci¨®n que supuso en Estados Unidos la p¨¦rdida de la jarra de las Cien Guineas. Y tambi¨¦n por el alborozo, la desbordante alegr¨ªa que supuso para los australianos, curtidos en fracasos y decepciones, la hist¨®rica victoria. La Copa del Am¨¦rica tom¨® otra dimensi¨®n, se profesionaliz¨® hasta las entra?as.

Varias ediciones despu¨¦s, ACM, la compa?¨ªa suiza organizadora de la edici¨®n de 2007, en aguas de Valencia, proyecta la mejor Copa del Am¨¦rica de los tiempos modernos. En ello est¨¢ y para conseguirlo ha descargado todo su potencial. ACM quiere llegar al p¨²blico, al gran p¨²blico, despegar la etiqueta elitista de la vela, despojar a la gente de sus prejuicios. Ardua tarea. El circuito de la vela es un campo de regatas, el mar, donde no hay gradas. En las playas, en la Malva-rosa, cientos de personas se han dado estos d¨ªas ba?os de sol contemplando, no muy lejos de la costa, las maniobras de los f¨®rmula 1 de la vela. Sin gran pasi¨®n, entre chapuz¨®n y chapuz¨®n. Mientras tanto, el AC Park, la zona de ocio de la d¨¢rsena interior del puerto de Valencia donde uno se puede tomar un cortado por dos euros o comprarse una camiseta del Alinghi por 22 euros, ha sido visitado entre el s¨¢bado y el domingo por miles de personas.

Ayer fue el d¨ªa de las autoridades. Y del Rey, el tripulante 18 del barco espa?ol, el Iberdrola: el tripulante invitado, testigo privilegiado, por la ma?ana, de la derrota de la embarcaci¨®n anfitriona ante el campe¨®n Alinghi, que impone su liderazgo incuestionable d¨ªa tras d¨ªa. "Hay que celebrar que haya una empresa espa?ola [Iberdrola] que apoye un proyecto como este", afirm¨® el rey Juan Carlos, cuya visita provoc¨® un revuelo considerable a primera hora de la ma?ana, cuando lleg¨® al puerto y fue recibido por Ernesto Bertarelli, el due?o de ACM y del Alinghi, el barco que defender¨¢ la Copa en 2007. Por la tarde, el Rey sigui¨® las regatas desde uno de los barcos de invitados de Iberdrola, uno de los patrocinadores del Desaf¨ªo Espa?ol. El Iberdrola volvi¨® a perder, esta vez ante el poderoso BMW Oracle.