Exhibici¨®n de El Cordob¨¦s
A una novillada chica, demasiado, sobre todo en su primera parte, Julio Ben¨ªtez hizo lo que quiso, y Cayetano, lo que pudo. En cualquier caso, una notable diferencia: abrumadora a favor de Ben¨ªtez. Contando con la poca entidad de sus dos novillos, sobre todo el segundo, la actuaci¨®n del Cordob¨¦s fue una sonora demostraci¨®n de valor, temple y personalidad. Amarr¨® y amas¨® bien dos faenas que fueron como un ovillo de muletazos siempre ordenados. Sin malgastar espacio, todo en un palmo de terreno. Series muy atadas. Ligadas. Una prodigiosa mu?eca hizo el resto. Al becerrote que hizo segundo y al m¨¢s aparente quinto los trat¨® igual. El fallo con la espada en el quinto le priv¨® de un triunfo mayor y, por el contrario, hizo que le protestaran la oreja concedida. Orejas al margen, una demostraci¨®n.
Torrealta / P¨¦rez, El Cordob¨¦s, Cayetano
Novillos de Torrealta, muy chicos 2?, 3? y 4?, y con m¨¢s entidad el resto. Manejables. Iv¨¢n P¨¦rez: pinchazo, media tendida y trasera (saludos); media tendida (oreja). El Cordob¨¦s: pinchazo y estocada ca¨ªda (oreja); tres pinchazos y entera (oreja algo protestada). Cayetano: tres pinchazos y entera (silencio); cuatro pinchazos y estocada (silencio). Plaza de Alicante, 21 de junio. 5? de feria. Media entrada.
Lo de Cayetano fue distinto. Poco suelto, imponiendo un empaque m¨¢s meditado que natural. Su insignificante primero le puso en apuros. Descubri¨® su poco oficio y, adem¨¢s, todo qued¨® como algo muy fr¨ªo. El sexto, el novillo que salv¨® el honor de la presentaci¨®n, le dej¨® estar m¨¢s c¨®modo. En cualquier caso, no hubo m¨¢s. T¨ªmido, algo encogido, no acab¨® de componer. Dej¨® la impronta de llevar las faenas hechas sin contar con el gui¨®n que puedan imponer los novillos.
La actuaci¨®n de Iv¨¢n P¨¦rez fue un derroche de voluntad y poco m¨¢s. No se acopl¨® con el primero, que sin tener mucha entrega, le gan¨® siempre la vez. Tanta voluntad, en faena larga en exceso, no fue suficiente. Con el cuarto, tanto querer tuvo premio. M¨¢s centrado, soltando con mejor soluci¨®n los brazos, resolvi¨® con dignidad y el paisanaje le premi¨®.
La novillada de Torrealta fue peque?a en exceso. Sobre todo, los novillos lidiados en segundo, tercero y cuarto lugar, aunque este ¨²ltimo aparentara m¨¢s por su capa jabonera. Los otros dos, desde luego, impresentables. M¨¢s apariencia tuvo el resto. Fueron cumplidores con el caballo, alguno, como el segundo, incluso se emple¨® con cierto estilo. En la muleta, manejables. Por juego y duraci¨®n, segundo y quinto superaron al resto. El tercero, el m¨¢s deslucido. El sexto, aunque noble, algo parado. Los dos de Iv¨¢n P¨¦rez, muy manejables, aunque el que abri¨® plaza resultara algo protest¨®n.
Babelia
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