Adriano sucede a Ronaldo

Ser el delantero de Brasil conlleva responsabilidad. No necesariamente tiene que ser el mejor del mundo, pero debe marcar las diferencias, los goles. De hacerlo, convertirse en la referencia de la canarinha significa consagrarse en estrella. Los nombres de Friedenreich, Julinho Botelho, Le?nidas, Heleno de Freitas, Garrincha, Pel¨¦, Rivelino, Jairzinho, Tost?o, Zico, Reinaldo, Romario y Ronaldo as¨ª lo atestiguan. Y ayer, Adriano, el zurdo del Inter, volvi¨® a demostrar que quiere convertirse en el sucesor de todos ellos. Lo hizo en la semifinal de la Copa Confederaciones de Alemania ante el anfitri¨®n, en el Frankenstadion de N¨²remberg.

El partido invitaba a ello. Alemania estaba deseosa de resarcirse de la derrota que le infligi¨® Brasil hace poco menos de tres a?os, el 30 de junio de 2002, en la final de la Copa del Mundo de Corea y Jap¨®n. Y la canarinha, de demostrar que, a¨²n sin elaborar el juego esp¨¦ctaculo que le caracteriza, sigue siendo el mejor de todos. En Asia, dos tantos de Ronaldo a Kahn significaron para Brasil el alzar la Copa del mundo por quinta vez en su historia. Pero ayer, ni Ronaldo -ausente porque quer¨ªa disfrutar de m¨¢s vacaciones- ni Kahn -el t¨¦cnico germano J¨¹rgen Klinsmann prefiere al meta del Arsenal Jens Lehmann- estaban sobre el c¨¦sped. S¨ª estaba Adriano con su zurda, su pierna buena y casi ¨²nica, con su f¨ªsico imponente, con oportunismo, con su potencia.

Alemania vari¨® su sistema, pas¨® de cuatro a tres defensas. Klinsmann quer¨ªa un hombre m¨¢s en el medio del campo para maniatar a Kak¨¢ y Ronaldinho, a los inventores. No le sali¨® mal la apuesta. Durante gran parte del encuentro cerc¨® al oponente. Pero entonces habl¨® Adriano. Primero, con fortuna, al marcar un tanto de falta -el 250 de la competici¨®n- tras rebotar el esf¨¦rico en la barrera germana y descolocar a Lehmann. Despu¨¦s, con picard¨ªa, al esconder la pelota ante la presencia del joven central del Chelsea, Robert Huth, que le hizo una entrada de infantiles, que le derrib¨® en el ¨¢rea. El capit¨¢n Ronaldinho, desde los once metros, se lo agradeci¨®. Y, finalmente, con contundencia, con definici¨®n, con su zurda; se hizo con el bal¨®n, dirigi¨® un contragolpe y envi¨® el cuero fuera del alcance del portero.

De poco sirvi¨® que Alemania empatara por dos veces. Podolski, el joven del Colonia, polaco de nacimiento, conect¨® un testarazo tras un saque de esquina. El delantero volv¨ªa as¨ª a sonre¨ªr despu¨¦s de perderse el partido contra Argentina por culpa de un hematoma en el gemelo. Sin Kahn en la hierba, la otra figura era Michael Ballack, que enfil¨® el t¨²nel de vestuarios doblemente derrotado. El medio del Bayern no particip¨® en la final del Mundial de Corea y Jap¨®n por estar sancionado. A esa cita tampoco acudi¨® Adriano, que vio los partidos desde su casa. Su consagraci¨®n defendiendo la zamarra brasile?a, no obstante, se produjo el verano pasado en la Copa Am¨¦rica de Per¨², donde fue el Pichichi del torneo (siete tantos) y empat¨® contra Argentina en la final para ganar luego el torneo desde el punto fat¨ªdico.

Gracias a Rosilda, su madre, que lo llev¨® al Flamengo y al entrenador de los juveniles de este club, que lo reconvirti¨® a delantero tras haberse desenvuelto de lateral y de volante izquierdo, Brasil ha encontrado al sucesor del elenco de arietes, a Adriano, elegido ayer el mejor jugador del partido. Con toda justicia.