Polainear
Acaba de acu?arse un nuevo verbo en espa?ol: polainear. Que significa: decir cosas incultas y retr¨®gradas movido por una honda nostalgia del Jur¨¢sico. Una de las (pocas) cosas que me enorgullecen de este pa¨ªs es nuestra profunda tolerancia en las cuestiones personales. Tras d¨¦cadas de represi¨®n y pacater¨ªa durante el tiempo de hierro del franquismo, la sociedad espa?ola floreci¨® de golpe y se transmut¨® en abierta y permisiva. Y as¨ª, aparecieron programas familiares de televisi¨®n, programas estrella del s¨¢bado noche, presentados tan tranquila y normalmente por una transexual, la espl¨¦ndida Bibiana, sin que nadie se rasgara las vestiduras; y pod¨ªa suceder que un alto cargo del Gobierno ejerciera su cargo manteniendo dos casas, dos mujeres y distintos hijos sin que ello suscitara esc¨¢ndalo alguno. En los treinta ¨²ltimos a?os, la sociedad espa?ola ha sido una isla de modernidad y de cordura, un ejemplo del respeto a las opciones de vida individuales, as¨ª fueran casarse de blanco en los Jer¨®nimos, divorciarse tres veces, ser homosexual o tener varios amantes. ?ste es uno de los pa¨ªses menos puritanos de la Tierra.
O lo era. As¨ª como estamos perdiendo los modales y nos insultamos necia y f¨¢cilmente los unos a los otros por opinar distinto, tambi¨¦n parecer¨ªa que se nos est¨¢n encogiendo las entendederas morales y que cada vez estamos m¨¢s timoratos, meapilas y polainos (tambi¨¦n puede utilizarse de adjetivo). Tomemos, por ejemplo, ese tonto esc¨¢ndalo que se mont¨® hace poco sobre la aparici¨®n de un amante de Lola Flores. Durante semanas, los fl¨¢cidos programas del coraz¨®n han debatido de modo interminable la indecencia de tener un amante, el oprobioso bald¨®n que supon¨ªa en la memoria de Lola y otras mentecateces por el estilo que jam¨¢s se habr¨ªan suscitado hace diez a?os.
Todo esto es un s¨ªntoma de la ola retr¨®grada que nos invade. A estas alturas los fundamentalistas puritanos se sienten tan fortalecidos que se atreven a declarar barbaridades contra la ciencia y la raz¨®n, como Polaino, e incluso damos bolilla a esas bober¨ªas y las discutimos en serio, en vez de sonre¨ªrnos ante la payasada. Que es lo que sin duda habr¨ªamos hecho antes.
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