Puro circo

Los californianos Green Day ofrecieron en Madrid un espect¨¢culo de punk-rock descaradamente circense en el nuevo espacio para deportes y m¨²sica con el que cuenta la capital espa?ola. Previamente, la actuaci¨®n de los teloneros, los interesantes Jimmy Eats World, se vio truncada en la segunda canci¨®n cuando el guitarrista Tom Linton se desmay¨®, cay¨¦ndose desde el escenario. Fue trasladado de inmediato a un hospital, donde no se le apreciaron lesiones de consideraci¨®n.

Green Day sali¨® plet¨®rico de energ¨ªa y ganas de agradar en un concierto en el que con s¨®lo la parte musical interpretada la banda ya habr¨ªa cumplido con creces y recibido todo tipo de parabienes.

Pues no, como en los peores espect¨¢culos de heavy para masas impresionables, hubo coheter¨ªa, fuegos artificiales en escena y un mont¨®n de juegos absurdos del tipo de hacer al p¨²blico repetir ?Eo, eo...! o de hacer competir a gritos a los del lado derecho con los del lado izquierdo.

Suertes chabacanas que, sin duda, empa?an el buen hacer esc¨¦nico de un grupo que, cuando quiso, supo sacar chispas a los temas de su ¨²ltimo y multivendedor disco, American idiot, as¨ª como a las excepcionales y m¨¢s conocidas piezas de punk mel¨®dico que constituyen los ¨¦xitos de su larga discograf¨ªa de 16 a?os de carrera.

Al final, terminaban con una m¨¢s que deplorable versi¨®n de We are the champions, de Queen, y una lluvia de papelitos de confeti, dando una idea de adonde ha ido a parar ¨²ltimamente la rabia punk. Si Sid Vicious levantase la cabeza...