Juzgados de estreno
Ilusi¨®n y nervios en el deb¨² de los tribunales contra la violencia machista
La ma?ana tiene algo del despertar de un d¨ªa de Reyes. Pero los ni?os son jueces, fiscales, funcionarios y expertos psicosociales. Con nervios, ilusi¨®n y una gota de desconcierto por la novedad, se presentan entre ellos, tratan de poner en marcha los ordenadores, desempaquetan los c¨®digos... Pasan unos minutos de las nueve de la ma?ana y huele a nuevo. Arrancan los juzgados de violencia sobre la mujer para combatir las agresiones de la pareja o ex pareja masculina. Son 434 tribunales especializados en toda Espa?a -a los que se a?adir¨¢n dos m¨¢s-, pero s¨®lo 17 se dedican en exclusiva a esa tarea en 14 grandes ciudades. EL PA?S asisti¨® ayer al estreno de los tres de Madrid, en manos de mujeres jueces.
La primera maltratada que acude al juzgado tiene moratones en los brazos y el semblante demudado
Ni un legajo. Mesas vac¨ªas, sellos sin entintar, tel¨¦fonos silenciosos, y mucho ir y venir en las salas impolutas del edificio de los juzgados de la plaza de Castilla. ?ngeles Ortiz, secretaria del juzgado n¨²mero 1, re¨²ne a los 11 funcionarios adscritos a ¨¦l. Casi todos son voluntarios. Les anima a trabajar en equipo. Algunos, como Puri, con 24 a?os de experiencia, estrenan por primera vez un juzgado de nuevo cu?o, sin la pesadilla de los asuntos acumulados. Pero todo indica que el alivio ser¨¢ pasajero.
Ah¨ª est¨¢n las cifras que les aguardan, las de la violencia que sufren las mujeres a manos de su pareja o ex pareja. Las facilita el juez decano, Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Armengol: cada mes se reciben 500 asuntos penales y 70 de familia, se dictan 240 ¨®rdenes de protecci¨®n -se deniega el 40%- y se celebran 280 juicios r¨¢pidos. El grueso de esta tarea, hasta ahora repartida entre los 50 juzgados de instrucci¨®n, corresponde ya a los tres de violencia. S¨®lo funcionar¨¢n de lunes a viernes y se encargar¨¢n de instruir la parte penal y de tomar medidas civiles (divorcio, custodia). "Como la ley [integral contra la violencia de g¨¦nero] es una ley estrella, no hay problema de medios, pero lo m¨¢s probable es que en diciembre necesitemos m¨¢s juzgados exclusivos", asegura el juez decano.
Cuando Gonz¨¢lez Armengol acaba de saludar a la titular del juzgado n¨²mero 1, Raimunda de Pe?afort Lorente, las tres psic¨®logas y las tres trabajadoras asignadas a los nuevos tribunales deciden su destino. Echan a suertes qui¨¦n va a cada juzgado: nadie se lo ha asignado y ellas quieren empezar a funcionar. A la psic¨®loga R. y la trabajadora social G. -"mejor que s¨®lo figure nuestra inicial"- les toca el n¨²mero 1. "Ejercer¨¦ con mucha ilusi¨®n y con mucha prudencia. Estamos en el punto de mira", dice la psic¨®loga. Las dos miembros del equipo psicosocial -cada juzgado exclusivo tendr¨¢ uno y contar¨¢ con los servicios de un m¨¦dico forense- se?alan que las maltratadas que atiendan ya no tendr¨¢n que peregrinar para recibir ayuda.
Los fiscales de violencia -tres mujeres y un hombre- se organizan en su sala. A las 12.15, en la inauguraci¨®n oficial, todos piden m¨¢s. El consejero de Justicia, Alfredo Prada, solicita al menos otro juzgado de violencia para la capital "este mismo a?o" y lamenta que no exista ninguno en la poblada periferia. El decano pide un juzgado penal nuevo para agilizar el cumplimiento de las sentencias por maltrato y el fiscal jefe, Manuel Moix, reclama m¨¢s fiscales.
Poco despu¨¦s, la primera mujer maltratada estrena el juzgado n¨²mero 1. Tiene moratones en los brazos y el semblante demudado. La juez Lorente la atiende, pero no puede hacerse cargo de su caso: la agresi¨®n y la denuncia ocurrieron antes de que entraran en vigor los nuevos juzgados y el agravamiento penal para los hombres. El verdadero estreno ser¨¢ hoy: al menos tres juicios r¨¢pidos y las denuncias que lleguen. Los Reyes traen, sobre todo, trabajo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.