La sombra de 1.000 esp¨ªas chinos se cierne sobre Australia
El descubrimiento de una red de agentes enturbia las relaciones de Pek¨ªn y Canberra
Las relaciones entre China y Australia navegaban viento en popa desde hace unos a?os. El gigante asi¨¢tico es el tercer socio comercial de Canberra, y los Gobiernos de ambos pa¨ªses est¨¢n negociando la creaci¨®n de una zona com¨²n de libre comercio. Pero un imprevisto asunto de esp¨ªas est¨¢ proyectando su sombra sobre estos intercambios privilegiados.
Chen Yonglin, de 37 a?os, primer secretario del consulado general de China en Sidney y encargado de asuntos pol¨ªticos, que desert¨® a finales de mayo de su puesto, ha lanzado una seria acusaci¨®n: Pek¨ªn tiene una red de 1.000 esp¨ªas e informadores en Australia -de la que ¨¦l mismo formaba parte-, encargada de vigilar a los disidentes chinos, a los independentistas taiwaneses y tibetanos, y a los miembros de Falun Gong, un movimiento de inspiraci¨®n budista ilegal en China. Aunque Canberra ha tratado de minimizar el asunto, la denuncia ha provocado una marejada en la escena pol¨ªtica australiana.
Los dos pa¨ªses est¨¢n negociando la creaci¨®n de una zona de libre comercio
Chen, que ha pedido asilo pol¨ªtico, se encuentra escondido con su esposa y su hija de seis a?os porque teme ser secuestrado por agentes chinos. El diplom¨¢tico ha justificado su deserci¨®n por la opresi¨®n que ejerce el Gobierno de Pek¨ªn sobre sus ciudadanos, y ha animado a otros compatriotas a seguir sus pasos. "Es hora de romper las cadenas que atan nuestro cuerpo y nuestra alma y abrazar una vida de libertad como he hecho yo, por muy dif¨ªcil que sea", ha dicho. "Los chinos necesitamos urgentemente democracia y derechos humanos. Seamos valientes y juntemos las manos para expulsar todo el miedo, el terror y el dolor causado por el r¨¦gimen comunista". El funcionario -cuyo padre, seg¨²n dice, fue asesinado durante la Revoluci¨®n Cultural (1966-1976)- asegura que si es devuelto a China ser¨¢ encarcelado e incluso podr¨ªa ser condenado a muerte por revelar secretos de estado. Fu Ying, embajadora china en el pa¨ªs austral, ha calificado las acusaciones de Chen de pura invenci¨®n y ha dicho que no sufrir¨ªa ning¨²n castigo.
El Gobierno del conservador John Howard ha recibido fuertes cr¨ªticas sobre la gesti¨®n del caso. La oposici¨®n y organizaciones de defensa de derechos humanos afirman que est¨¢ anteponiendo las relaciones comerciales. Canberra evit¨® la cuesti¨®n de Chen durante el encuentro anual sobre derechos humanos que mantuvieron ambos pa¨ªses el pasado lunes en Pek¨ªn. Australia est¨¢ negociando un lucrativo contrato para vender uranio al gigante asi¨¢tico, y el a?o que viene comenzar¨¢ a suministrarle gas licuado como parte de un pedido a largo plazo cifrado en 15.900 millones de euros. La demanda inicial de asilo de Chen fue rechazada, aunque el Ministerio de Inmigraci¨®n est¨¢ estudiando la solicitud de un visado de protecci¨®n, cuyo procesamiento podr¨ªa tardar un a?o.
Tras semanas ignorando la denuncia, el Gobierno australiano decidi¨® tomarse el asunto en serio, y los servicios de inteligencia iniciaron una investigaci¨®n. El l¨ªder del partido de los verdes, Bob Brown -que ha ayudado al funcionario chino a solicitar refugio-, hab¨ªa acusado al Gobierno de estar poniendo en riesgo la seguridad de Australia al no haber contactado r¨¢pidamente con el diplom¨¢tico.
Chen no ha sido el ¨²nico en volverse contra Pek¨ªn. Hao Fengjun, un agente de la unidad de seguridad 610 -que se dedica a luchar contra Falun Gong- en la ciudad costera china de Tianjin, y que pidi¨® asilo en febrero tras llegar como turista, ha respaldado las denuncias sobre la existencia de la nutrida red de esp¨ªas, cuya labor, seg¨²n dicen ambos, es tambi¨¦n robar secretos comerciales. Y lo mismo han hecho Yuan Hongbin, escritor y antiguo profesor de Derecho de la Universidad de Pek¨ªn, y su asistente, Zhao Jing, que solicitaron asilo en julio del a?o pasado.
Seg¨²n los disidentes, la red de esp¨ªas no s¨®lo existe en Australia, sino que se extiende a otros pa¨ªses con importantes comunidades de emigrantes chinos, como Canad¨¢ y Estados Unidos. Algo que ha refrendado Han Guangsheng, un antiguo vigilante de prisiones y campos de trabajo que desert¨® durante un viaje a Toronto en 2001. Han dice que teme ser ejecutado si es devuelto.
Yuan Hongbin fue encarcelado durante seis meses en 1994 en China por sus actividades en favor de la democracia, y posteriormente fue enviado en exilio interno a la remota provincia de Guizhou, en el sur. Ha declarado a la cadena de radiotelevisi¨®n australiana ABC que Pek¨ªn quiere convertir este pa¨ªs en "una colonia pol¨ªtica de China". "Colonia pol¨ªtica significa que el PCCh
[Partido Comunista Chino] utilizar¨¢ su ideolog¨ªa para influir en la pol¨ªtica de Australia y lograr poco a poco que traicione sus principios fundamentales de libertad y democracia".
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