Manifiesto clarificador

Joan B. Culla, en su art¨ªculo Un paso clarificador del pasado 1 de julio, se felicita de que el manifiesto antinacionalista tenga, cuando menos, la virtud de clarificar el panorama y de dar entidad org¨¢nica a los que hasta ahora pasaban por ser francotiradores, y termina con la frase: "...todav¨ªa me queda la duda de si lo que promueven es de veras un partido o una operaci¨®n de chantaje pol¨ªtico".

Dejando de lado lo del chantaje, esta duda ya casi la despejaron algunos de los firmantes al decir que su intenci¨®n era m¨¢s la de promover que la de implicarse en la creaci¨®n del nuevo partido, o bien que sus referencias eran el Foro de Ermua y Basta Ya. Pero aunque as¨ª no fuera. Todos tenemos una idea intuitiva del retrato robot del pol¨ªtico profesional: alguien dispuesto al trabajo gris y desagradecido, a reuniones ¨¢ridas e inacabables, a poner buena cara al mal tiempo, a sacrificar ocio y familia por el partido y, por encima de todo, a renunciar a pensar por su cuenta y tener un discurso propio. Echemos de nuevo un vistazo a la foto de familia de la plaza Reial y d¨ªganme a cuantos componentes de la colla les aplicar¨ªa este retrato robot. Desde los d¨ªas de la transici¨®n, e incluso desde bastante antes, quien ha tenido vocaci¨®n y cuajo para la pol¨ªtica ya hace tiempo que est¨¢ en ella.