'Independence day'
S¨ª, lamento decirlo pero el D¨ªa de la Independencia es hoy. Digo que lo lamento por nuestros independentistas, ya que s¨®lo es el D¨ªa de la Independencia para los norteamericanos o yanquis. Los nuestros, digo, nuestros independentistas, tendr¨¢n que conformarse con seguir so?ando que ese d¨ªa llegar¨¢ y que, aunque vengan los marcianos con enormes naves de combate, ser¨¢n derrotados precisamente el D¨ªa de la Independencia, demostrando que el g¨¦nero de la ciencia-ficci¨®n sigue vivo y que, para acabar con los p¨¦rfidos extraterrestres, basta con un pu?ado de pilotos aguerridos: el pr¨ªncipe de Bel Air, el pr¨ªncipe de Ajuria Enea y, por qu¨¦ no, hasta Madrazo; claro que ¨¦ste ir¨ªa a bordo de una alfombra voladora, porque as¨ª se sentir¨ªa m¨¢s hombre de su casa.
Precisamente, eso es lo que ha pedido Bego?a Errazti, nuestra miss Independence, "enormes dosis de responsabilidad". ?Para qu¨¦? Para que se constituya una mesa en la que no falte de nada pero sobre todo no falte nadie, se logre la paz y, al rebufo, de la tranquilidad recobrada, la sociedad d¨¦ lo que se llamaba un salto cualitativo y, de preocuparse por la hipoteca, pase a preocuparse por la independencia, se diga que a lo mejor no es malo probarla y la declare. Con lo que se demuestra otra vez que la ciencia ficci¨®n sigue m¨¢s viva que nunca. Claro que, en el cuento de hadas de la pitonisa madame Errazti (?c¨®mo le va el pelo para eso!) tampoco pueden faltar los perversos hombrecillos verdes que tratan de sabotearle el sue?o desde el primer pelda?o, el de la mesa, impidiendo que se sienten a ella sus compinches de independence. Porque a ver qu¨¦ va a ser eso de poner condiciones para sentarse a las mesas y provocar "un retroceso interesado", tal y como ha dicho ella misma en una jerga absolutamente marciana, o sea muy acorde.
No es de extra?ar que la Errazti se tire de los pelos (es un decir) dado que debe de ver a nuestro Independence Man, alias Ibarretxe, un poco paradito con su famoso Plan de Vuelo, e incluso un si es no es revoltoso, porque tambi¨¦n le est¨¢ poniendo condiciones a la mesa, aunque unas veces se las ponga por m¨¢s -que est¨¦ Batasuna- y otras por menos -que no est¨¦ Batasuna-. Claro que nuestra dama de la bola de cristal sabe de sobra lo que valen las palabras y que la verdad de lo que ocurre no est¨¢ en las declaraciones a la prensa sino detr¨¢s, esa zona oscura para nosotros, simples contribuyentes, pero no para los iniciados, a quienes ha debido de saberles a gloria que Ibarretxe apostillara que la fase resolutiva de la mesa tendr¨¢ que producirse en ausencia de violencia.
Pero, ?cu¨¢l es la fase resolutiva? Misterio, porque si se convoca una mesa para resolver algo incluso los marcianos entendemos que se entra en una fase resolutiva. A menos que Ibarretxe est¨¦ pensando en la mesa que debe preparar la mesa destinada a perge?ar la mesa que tratar¨¢ de constituir una mesa que re¨²na los requisitos para poner en pie una mesa que dise?e la mesa pre-resolutiva que, seis o siete mesas despu¨¦s, permita que el conflicto entre en una mesa resolutiva. Dos cosas se pueden concluir de esto, que Ibarretxe se ha forjado en la escuela de Elkarri y que a todas estas historias de mesa les falta sustancia te¨®rica. Llevamos unos meses en que el pragmatismo est¨¢ enturbiando las aguas para que los ciudadanos de a pie no veamos nada claro.
Se habla de Batasuna o bien como un mal inevitable o como pata necesaria para la maldita mesa pero nadie quiere recordar no ya que est¨¢ ilegalizada por formar parte de ETA -y ah¨ª la ausencia de tiros no cambia las cosas-, sino que el proyecto etno-nacionalista del conglomerado etarra, tal y como lo recogen sus manifestaciones te¨®ricas, es de clara raigambre totalitaria, es decir, incompatible con el Estado democr¨¢tico. De ah¨ª que haya que exigirle a Batasuna no s¨®lo que condene la violencia, sino que renuncie a los principios que la necesitan como herramienta, a menos que deseemos vernos inmersos en una m¨¢s que aut¨¦ntica pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n.
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