El Perich cabalga de nuevo
Una exposici¨®n en la Virreina y un libro de J. M. Cadena homenajean al gran humorista desaparecido hace una d¨¦cada
"Demostr¨® su casta a lo largo de 25 a?os, poni¨¦ndose a prueba cada d¨ªa como conciencia cr¨ªtica e ir¨®nica de su propia condici¨®n de cr¨ªtico". Es el ¨²nico texto necrol¨®gico que figura en la exposici¨®n sobre el dibujante Jaume Perich, inaugurada ayer en la Virreina de Barcelona, que permanecer¨¢ abierta hasta enero pr¨®ximo. Lo escribi¨® en este diario Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n el 2 de febrero de 1995, al d¨ªa siguiente de la muerte del humorista. La exposici¨®n no es "arqueolog¨ªa" ni un "paneg¨ªrico", como se encargaron de subrayar respectivamente el concejal de Cultura de Barcelona, Ferran Mascarell, y el director de exposiciones del palacio de La Rambla, Iv¨¢n de la Nuez. Es "una interpretaci¨®n que explica la complejidad de Perich desde la actualidad", complet¨® el comisario de la antol¨®gica, Valent¨ªn Roma. Un paseo por la obra de "un hombre sincero que explicaba lo que ve¨ªa y lo que le pasaba, un hombre que fue enemigo p¨²blico de los que mandaban y amigo de los que aguantaban", remach¨® el periodista y escritor Josep Maria Cadena, autor de El Perich, humor sin concesiones (1941-1995), de Ediciones el Jueves, libro que hace las veces de cat¨¢logo de la exhibici¨®n.
Es en efecto una exposici¨®n sobre la corrosiva actualidad de Perich, sobre su inusitada capacidad para mantener vivo el discurso cr¨ªtico 10 a?os despu¨¦s de que la naturaleza ciega decidiera arbitrariamente privarnos de ¨¦l.
Un a?o antes de la muerte de Perich, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n tuvo que someterse a una operaci¨®n de coraz¨®n. Perich le dedic¨® un dibujo que puede contemplarse, entre muchos otros, en la exposici¨®n. El humorista amenaza al escritor con cabrearse si no se pone bien. Y en una ¨²ltima apostilla de la vi?eta, sentencia: "Que el comunismo se vaya a la mierda, bien. Pero los comunistas ten¨¦is que cuidaros, ?vale?".
La ternura de Perich. O la demostraci¨®n de que la acidez no necesariamente est¨¢ re?ida con la calidez. "?Qu¨¦ pensar¨ªa Perich de una exposici¨®n suya montada por las instituciones?", escribi¨® ayer en uno de los paneles de la Virreina su amigo ¨ªntimo y alma de la revista El Jueves, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn. Pues pensar¨ªa, como su gato Mao, que la vida es muy rara, que no deja de dar vueltas y de sorprendernos a cada momento. Pero otros pensar¨¢n que las instituciones, siempre tan denostadas, tiene la obligaci¨®n de acordarse de la gente que ha contribuido a hacer de este mundo un lugar m¨¢s habitable y digno. Y que ayer, en la Virreina, se cumpli¨® un acto de estricta justicia y decencia democr¨¢tica. Hay de qu¨¦ alegrarse.
El Perich sin concesiones propone un recorrido por las filias y fobias de un humorista que supo definirse a s¨ª mismo como "el in¨²til de tu marido" entre amigos y familiares de su mujer, presente ayer en la inauguraci¨®n junto con su hija Raquel. El itinerario comienza con una cita Christoph Lendberg que figur¨® como frontispicio en el pensamiento del ninotaire. Una cita que viene a decir que la escritura no sirve para convencer al adversario ideol¨®gico de las tesis propias. Lo m¨¢ximo a lo que puede aspirar es a molestarle. "El hombre es mejor que el animal", puede leerse entre las numerosas sentencias de este fil¨®sofo de la actualidad travestido de gato Mao. "La raz¨®n es muy simple: as¨ª como el hombre puede hacer el animal -y suele hacerlo-, el animal no puede hacer el hombre".
"Perich, et necessitem!", escribi¨® Cadena en el mismo panel que poco antes hab¨ªa garabateado Jos¨¦ Luis Mart¨ªn. En la Virreina, hasta el invierno que viene hay un buen trozo de Perich a disposici¨®n del usuario.
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