Los 'cebada gago' rompen su tradici¨®n en un encierro tranquilo
V?CTOR SOTO,
Las leyes de la f¨ªsica son inexorables. Si un animal de 500 kilos acostumbrado a trotar por pastos y dehesas es lanzado a la carrera sobre adoquines y se encuentra con una curva de 90 grados, no hay m¨¢s posibilidades que un choque violento o una ca¨ªda.
Ayer, cinco de los seis astados de Cebada Gago toparon contra el vallado de seguridad en la curva de Mercaderes y Estafeta generando bastante peligro. El Ayuntamiento ha probado este a?o a impregnar en esa zona una sustancia adherente para evitar los resbalones entre los corredores y ayudar al agarre de los animales. El segundo objetivo no se ha cumplido.
Pese a la ca¨ªda masiva de los toros, el encierro de los cebada gago estuvo te?ido por el respeto que esta ganader¨ªa causa en Pamplona. La divisa gaditana ostenta el honor de ser la que m¨¢s a?os ha corrido en las calles de la capital navarra y tambi¨¦n, ¨¦ste dudoso, el de ser la que m¨¢s personas ha corneado. Ayer, con una torada preciosa de presentaci¨®n aunque algo chica para lo que se estila en San Ferm¨ªn, se vivi¨® un encierro muy tranquilo.
Dos toros llegaron a retirar la testuz para no embestir a dos corredores
La manada sali¨® lenta desde los corrales de la cuesta de Santo Domingo hasta que un toro c¨¢rdeno y otro colorado tomaron la cabeza y empezaron a estirar al grupo en la plaza del Ayuntamiento. El colorado cay¨® antes de llegar a la curva, que fue donde resbalaron el resto de sus hermanos. El primer toro arroll¨® a tres mozos en ese tramo, pero ninguno de los astados hizo adem¨¢n de arremeter contra ellos. Y es que si los cebada gago se caracterizaban por cornear hasta a las moscas, en el encierro de ayer se pasaron de nobles hasta llegar a apeluchados. En Estafeta, con la manada cada vez m¨¢s estirada, dos de ellos llegaron incluso a retirar la testuz y la cornamenta para no embestir a dos corredores que no sab¨ªan ni d¨®nde estaba el grupo.
El trayecto sigui¨® con otra ca¨ªda en el centro de Estafeta y un ritmo cada vez m¨¢s vertiginoso. En el tramo final de esta calle, en la recta de Telef¨®nica y en la pendiente de descenso al callej¨®n se pudieron ver las carreras m¨¢s largas y profundas.
Pese a la notable presencia de mozos, los buenos corredores tuvieron la oportunidad de encontrar hueco y correr en el balc¨®n de los pitones sin demasiadas apreturas. Algunos participantes, ¨¦stos no tan buenos, como el exc¨¦ntrico ex baloncestista Dennis Rodman, apenas vieron a la manada desde la distancia.
Los animales entraron al coso bastante estirados y, ya en la arena, el toro c¨¢rdeno que hab¨ªa abierto la manada durante casi todo el encierro perdi¨® pie y tambi¨¦n cay¨®. El resto de los cebada gago entraron en los corrales sin problemas, y el c¨¢rdeno tambi¨¦n se meti¨® sin necesidad de dobladores. Los dos minutos y medio del recorrido revelan la r¨¢pida carrera de los astados, m¨¢s a¨²n teniendo en cuenta que hist¨®ricamente los animales de esa divisa son despistados y derrotones.
En la segunda jornada sin heridos por asta, los servicios de emergencia de Pamplona s¨®lo tuvieron que trasladar al hospital al joven J. C. V., sevillano de 22 a?os, con una luxaci¨®n de hombro, y al pamplon¨¦s Jos¨¦ Antonio Espada Garc¨ªa, de 37, con policontusiones. Ambos fueron dados de alta pocas horas despu¨¦s de su ingreso en el centro hospitalario. Despu¨¦s de dos d¨ªas muy tranquilos y marcados por la nobleza de los toros, hoy se esperan las primeras aglomeraciones previas al fin de semana, lo que siempre es sin¨®nimo de m¨¢s peligro. Los astados del hierro de Dolores Aguirre ser¨¢n los encargados de despertar a Pamplona en el tercer encierro de las fiestas de San Ferm¨ªn.
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