Terrorismo y guerra
No creo que sea bueno usar la palabra "terrorismo" para todo, pero no va a ser posible erradicarla. Las palabras no las administramos quienes escribimos, los que leemos, ni la Real Academia. Son cosas del gobierno difuso del mundo, que crea las palabras y las frases. El huevo Humpty Dumpty de Alicia explicaba: "Cuando uso una palabra, significa s¨®lo lo que yo quiero que signifique; ni m¨¢s, ni menos". Lo recordaba oyendo a nuestros superiores comentar el terror de Londres: a Rajoy, explicando que as¨ª se ve que con el terrorismo no se puede dialogar, para aludir as¨ª a las supuestas actuaciones de Zapatero con Batasuna. O a Bush, sosteniendo que somos la libertad, la democracia y el orden, frente a quienes mantienen el fanatismo. No, no es exactamente as¨ª. Esto de Londres es un acto de una guerra larga y las guerras suceden as¨ª. Digamos que el sistema de atacar a nuestros civiles, en Madrid o Londres o Nueva York, es el de una clandestinidad, una conspiraci¨®n, y que su objetivo es la creaci¨®n del p¨¢nico -terror- en la poblaci¨®n civil para que fuercen a su gobierno a aceptar condiciones. Pero no va a ser f¨¢cil que se me convenza de que esto, y lo de marzo, es lo mismo que lo de los Tupamaros, del IRA, el Frente de Liberaci¨®n de Quebec o el Al Fatah palestino; ni mucho menos con ETA. Ni con el terror de Robespierre, los anarquistas del XVIII, la Inquisici¨®n. O los terrorismos de Estado: los campos alemanes, Guant¨¢namo, Franco, Stalin. Se tratar¨ªa de ver los hechos con inteligencia y su fondo sin cegarlo con odio.
A m¨ª me es m¨¢s f¨¢cil condenar a los que se pelean por lo que llaman una guerra santa, porque recuerdo los muertos causados por cualquier santidad, y los vivos aprisionados en sus c¨¢rceles de costumbres por quienes convierten el Cor¨¢n en un c¨®digo penal y civil, porque adem¨¢s son los que me amenazan a m¨ª: pero estos ¨²ltimos da?os causados a Irak y a Afganist¨¢n por los religiosos de la libertad y de la democracia son mayores y tan injustos como los de ellos. Puede que si nos acostumbramos a decir que esto que ha pasado, y lo que vaya a pasar ma?ana o dentro de siete a?os, es parte de una guerra nos ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil conseguir que se detenga. Sin hacer caso a Rajoy, evidentemente.
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