"Shakespeare es un analista prefreudiano del esp¨ªritu humano"
Steven Berkoff (Londres, 1937) participar¨¢ en el Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico de Almagro los pr¨®ximos 15 y 16 de julio, con su ¨²ltima producci¨®n, Ricardo II, basada en el texto de Shakespeare. Desarrollado a partir de un proyecto anterior, La tragedia de Ricardo II, el nuevo montaje que ¨¦l dirige y en el que no interpreta ning¨²n papel, profundiza en la idea de la madre patria, la fragilidad del poder y la posibilidad de redenci¨®n. En su estudio del este de Londres, al que las aguas del T¨¢mesis salpican en marea alta, el eterno rebelde frente al establishment teatral ingl¨¦s reivindica a Shakespeare como el m¨¢s inteligente "analista pre-freudiano" del esp¨ªritu humano. Londinense de cuna, Berkoff mantiene, a sus 67 a?os, un f¨ªsico atl¨¦tico y, aunque ha perdido parte de la furia de su juventud, sigue cultivando una imagen de tipo duro. "Ahora soy un viejo pensionista, pero mantengo una gran pasi¨®n por la vida y muchas ganas de expresar mis sentimientos", dice el c¨¦lebre actor, director y autor teatral.
"Ricardo II' nos muestra que puede haber virtud en la desgracia, que aunque perdamos todo podemos ganar en sabidur¨ªa interna"
"El 'establishment' se dedica a perpetuar lo de siempre, nunca llega a emocionar tanto y a menudo es realmente malo"
Pregunta. ?Qu¨¦ representa Ricardo II?
Respuesta. Representa a Inglaterra, lo que significa ser ingl¨¦s. La obra trata del amor a la madre patria, en el m¨¢s sublime sentido, e introduce una idea casi b¨ªblica de lo que implica ser ingl¨¦s. Hay muchas referencias a Inglaterra en el texto, incluido un elogio de la isla en uno de los mejores y m¨¢s incre¨ªbles discursos. La reiteraci¨®n es constante y sorprendente, como si Inglaterra fuera una madre desgarrada por dos hijos, en este caso, dos primos carnales: Ricardo II y Bolingbroke. Son Ca¨ªn y Abel luchando por su amor, por Inglaterra.
P. ?Inglaterra como met¨¢fora del poder?
R. Como met¨¢fora de aquello que la gente piensa de su naci¨®n. La madre patria nos nutre, sangramos por ella, la protegemos porque es sagrada y noble y tiene el potencial de ser una gran naci¨®n. Yo no ondeo ninguna bandera en el montaje, simplemente pongo el ¨¦nfasis en la abrumadora pasi¨®n por la naci¨®n, ya sea Francia por parte de los franceses, Espa?a, Estados Unidos, Israel...
P. Tambi¨¦n celebramos las viejas victorias.
R. Inglaterra es una isla y, como tal, siempre ha adolecido de falta de un flujo libre con el resto de Europa. Es fr¨¢gil, poco cosmopolita, muy nacionalista y aferrada a sus s¨ªmbolos: la familia real -pese a su declive-, la memoria de Trafalgar, de Nelson... Hay un fuerte paralelismo entre la obra y el presente.
P. ?Por qu¨¦ ubica su montaje en tiempos de Oscar Wilde?
R. Lo he situado en la era victoriana, hacia 1880. Uno busca ecos en un periodo que ayude a vigorizar y, en cierta forma, a dar m¨¢s claridad a la obra. No se puede vestir todo con ropajes isabelinos. Est¨¢ pasado de moda. Tampoco quer¨ªa un vestuario moderno. La era victoriana comparte ese sentido isabelino de grandeza e imperio colonial. El vestuario, adem¨¢s, evoca la vanidad con sus sombreros de copa, y la obra en s¨ª est¨¢ repleta de vanidad.
P. ?Le tent¨® interpretar un papel, adem¨¢s de dirigir el montaje?
R. Siempre quiero actuar; me encanta. Soy demasiado viejo para interpretar a Ricardo II, un papel que me fascina, y ¨²nicamente pod¨ªa haber encarnado a John de Gaunt, t¨ªo del rey. Pero opt¨¦ por quedarme fuera para entregarme m¨¢s a los actores. Cuando act¨²o quiz¨¢ ofrezco m¨¢s al p¨²blico pero no puedo observar tan bien la obra.
P. ?En qu¨¦ se asienta la fuerza del lenguaje shakespeariano?
R. Shakespeare es un fant¨¢stico analista del esp¨ªritu humano, es un analista prefreudiano. Define con inteligencia cada aspecto de la emoci¨®n humana. Sus obras son universales y eternas porque fue capaz de describir claramente y con extraordinario detalle cada fase de las pasiones, ambiciones, necesidades y avaricias de la gente. En Ricardo II muestra a un hombre que descubre el confort al perder el poder. Tambi¨¦n hoy d¨ªa se puede encontrar virtud en la desgracia. Es de los pocos escritores de su ¨¦poca que toca lo que denominamos redenci¨®n y muestra que aunque lo perdamos todo ganaremos en sabidur¨ªa interna.
P. ?Perder¨¢ mucho el p¨²blico espa?ol debido a la barrera del idioma?
R. Supongo que s¨ª, pero entender¨¢ la obra porque es una producci¨®n muy visual. Mi t¨¦cnica consiste en contar una historia en cada escena, no s¨®lo con el lenguaje, sino tambi¨¦n gracias a los decorados y dem¨¢s aspectos visuales.
P. ?Por qu¨¦ esa distancia suya del teatro establecido ingl¨¦s?
R. Todos los pioneros tienden a estar en los m¨¢rgenes, lo cual no es una mala idea. Hace m¨¢s dif¨ªcil el trabajo pero permite descubrir oportunidades en otros lugares. Siempre se deja fuera a aqu¨¦llos que tienen ideas diferentes, seguramente m¨¢s innovadoras, y, desde luego, en contra de la norma. El establishment b¨¢sicamente se dedica a perpetuar lo de siempre, nunca llega a emocionar tanto y a menudo es realmente malo. O penetras ese ambiente podrido o te marchas a otros pa¨ªses. Hay m¨¢s escenarios que el ingl¨¦s.
P. ?De ah¨ª la demora en traer a Inglaterra su montaje original de Ricardo II?
R. S¨ª. Estren¨¦ La tragedia de Ricardo II en 1994 en Nueva York y quise despu¨¦s montarla en Inglaterra. Naturalmente, no encontr¨¦ a nadie dispuesto a hacer un shakespeare desde un enfoque distinto. Aqu¨ª sienten terror por los proyectos no convencionales. Es la psicosis del miedo a lo diferente, a lo nuevo, a algo que ellos no son capaces de hacer. Y cuando el Festival Ludlow me pregunt¨® si quer¨ªa hacer un shakespeare para Almagro, decid¨ª revivir Ricardo II.
P. ?Qu¨¦ le motiva a seguir creando?
R. La pasi¨®n por la vida y las ganas de expresar dicha pasi¨®n. Una de las fuerzas primarias del ser humano es contar algo que has visto. Yo quiero expresar las maravillas del mundo, lo que siento y descubro en la vida.
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