La primera boda gay se celebra en un ayuntamiento de Madrid
Emilio Men¨¦ndez y Carlos Batur¨ªn fueron "unidos en matrimonio" por un edil de Tres Cantos
"Emilio, ?quieres contraer matrimonio con Carlos?". Sal¨®n de plenos del Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid). Emilio Men¨¦ndez, 50 a?os, la sonrisa inabarcable, volvi¨® a apretar la mano de su novio y pronunci¨® un contundente "s¨ª, quiero". El concejal de IU Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Cestao repiti¨® la pregunta a Carlos Batur¨ªn, el otro contrayente. ?ste contest¨® con la voz quebrada, apenas audible. "Os declaro unidos en matrimonio", anunci¨® el edil. Entre aplausos y flashes, se abrazaron fuerte. A las 18.10 de ayer, Carlos y Emilio hab¨ªan entrado en la historia. El primer enlace gay de Espa?a era un hecho.
La pareja hab¨ªa entrado en su peque?o utilitario en el garaje del ayuntamiento de la localidad (39.000 habitantes, a 21 kil¨®metros de Madrid) para eludir la creciente nube de periodistas. Llegaron a ser casi un centenar. Antes de entrar en el ascensor, pararon un momento. "F¨ªjate, hemos pasado de ser unos maricones a una celebridad", dec¨ªan. "Somos muy antiguos, no nos vamos a besar". Y lo hicieron, en la mejilla, protegidos por la intimidad del ascensor. Instantes m¨¢s tarde, a las 17.40, Carlos, psiquiatra estadounidense nacionalizado espa?ol, de azul y blanco, y Emilio, escaparatista de El Corte Ingl¨¦s, de naranja y beis, avanzaron de la mano hacia las c¨¢maras. Hab¨ªan esperado 30 a?os.
En el sal¨®n de plenos, engalanados, una veintena de familiares y amigos, progresivamente intimidados por la incesante llegada de reporteros.
?ltimas comprobaciones: Emilio coloca un penique en el zapato, ense?a un bol¨ªgrafo azul, un compa?ero le presta un pa?uelo. Un vistazo a los anillos, de oro blanco con un diamante, el regalo que se hicieron cuando cumplieron los 25 a?os de relaci¨®n. Emilio pregunta: "?D¨®nde est¨¢ mi madre?". Y su madre, de 88 a?os, reci¨¦n recuperada de una neumon¨ªa, revitalizada por la boda de su hijo, que no llega. Ni tampoco el concejal.
Otro revuelo de c¨¢maras anunci¨® la presencia de la madre; su regalo de bodas, un crucero por el Adri¨¢tico en el que se embarcar¨¢n en septiembre. La anciana, del brazo de su hijo, se sent¨® ante el concejal. A su lado, Maribel Cabrera, la testigo, y su hijo Enrique Bordes, el otro testigo.
El concejal, de traje, se sent¨® pasados dos minutos de las seis de la tarde ante el centro de flores que presid¨ªa el sal¨®n. "Os recibo en este centro de la democracia", comenz¨®. Hab¨ªa oficiado m¨¢s de 20 bodas, pero los nervios le reconcom¨ªan. Como a los novios. A Emilio le hab¨ªan dado una tila en el trabajo. Carlos estaba r¨ªgido pese a haber tomado un tranquilizante. La testigo tuvo que darle un masaje, antes de salir para la boda. Durante el viaje, llamadas de la radio. "Creo en el matrimonio y creo en la familia y somos matrimonio y somos familia", explicaba Carlos por el m¨®vil.
La segunda en intervenir en la ceremonia fue Marta Men¨¦ndez, la hermana de Emilio, ex concejal en Tres Cantos. "Os doy las gracias", dijo, "por haber resistido la incomprensi¨®n y la injusticia. Que se¨¢is muy felices", dud¨® con un temblor en la voz, "os lo hab¨¦is ganado". Emilio acariciaba la mano de Carlos y tambi¨¦n la de su madre. Su expresi¨®n se fue mudando desde la tensi¨®n hacia la alegr¨ªa. "Est¨¢is haciendo historia", retom¨® el discurso el concejal, que les ley¨® los nuevos art¨ªculos del C¨®digo Civil, en vigor desde el pasado d¨ªa 4. Cuando se pusieron en pie para dar el s¨ª, la expresi¨®n de los llamados "c¨®nyuges" era beat¨ªfica. Luego, el edil les ley¨® unos versos de Pablo Neruda, "ni¨¦game el pan, el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca porque me morir¨ªa". Los ojos se empa?aron. "Que la risa y la ternura os acompa?en toda la vida", concluy¨®.
A la salida, el arroz, claro, y m¨¢s declaraciones. Ante una colecci¨®n de micr¨®fonos, Emilio se encendi¨®: "Soy cat¨®lico", dijo, "pero me estoy planteando dejar de serlo porque me entristece que los obispos se revuelvan contra una ley que no les afecta y que a nosotros nos llena de felicidad. Hoy aqu¨ª hay mucho amor y no lo hab¨ªa en la manifestaci¨®n del 18 de junio [convocada por el Foro de la Familia]; amarse es muy cristiano, pero lo que no es cristiano es negar los derechos a otras personas; que est¨¦n tranquilos los obispos que no vamos a destruir ninguna familia ni ninguna iglesia", subray¨®. Su nueva familia, sobre el papel, le esperaba para brindar.
![Emilio Men¨¦ndez (izquierda) y Carlos Batur¨ªn reciben una lluvia de arroz a la salida del Ayuntamiento de Tres Cantos despu¨¦s de casarse.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4VJFV3IFOLU424V47CK76CJLVE.jpg?auth=6bd2d236bdb8ad8fcfc8e8395698306c206c5e34a52f875c25337d4906c719b3&width=414)
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