25 a?os

El Tribunal Constitucional celebr¨® ayer su 25? aniversario, arropado por una amplia representaci¨®n de las instituciones del Estado, desde el rey Juan Carlos a todos los presidentes de las comunidades aut¨®nomas. Desde su inicio, el 12 de julio de 1980, el Constitucional ha sido pieza clave del entramado institucional de la democracia espa?ola. Y aunque ha vivido momentos delicados, unas veces por la conflictividad intr¨ªnseca de los asuntos que ha tratado y otras por la tendencia de las fuerzas pol¨ªticas a utilizarlo como un instrumento m¨¢s en sus batallas por el poder, puede decirse que su papel como guardi¨¢n de la Constituci¨®n de 1978 no s¨®lo no ha disminuido, sino que se ha reforzado.

Es cierto que ha acumulado serios problemas de funcionamiento por el creciente aumento de recursos de amparo sin resolver y de su actuaci¨®n en la pr¨¢ctica como tercera instancia de la justicia ordinaria, suplantando de hecho al Supremo, lo que ha provocado absurdas y nada edificantes fricciones entre ambas instancias. Son problemas que habr¨¢ que abordar alguna vez, y cuya soluci¨®n parece relacionada con una apuesta legislativa a favor del recurso de amparo judicial, previsto en nuestra Carta Magna, y que reducir¨ªa dr¨¢sticamente los asuntos llegados al Constitucional.

Hay que destacar el papel que jug¨® en su primera etapa para la consolidaci¨®n de los derechos y libertades, forzando su aplicaci¨®n directa por una jurisdicci¨®n ordinaria que en buena parte se mostraba a?orante del franquismo y al¨¦rgica a los valores y principios de la Constituci¨®n. Su jurisprudencia en este cap¨ªtulo result¨® decisiva, por su rigor y solidez, para afianzar al Estado en la defensa de esos derechos y libertades, incluso en los momentos dif¨ªciles de acoso terrorista. Y no menos decisivo, aunque m¨¢s pol¨¦mico, result¨® su papel en el desarrollo del Estado de las autonom¨ªas.

El aniversario coincide con una etapa de reformas estatutarias y posiblemente constitucionales. En ese escenario, su funci¨®n en la estabilidad del Estado se acrecienta, como ayer subray¨® el Rey, y se refuerza su papel de "v¨¦rtice insustituible de nuestro Estado de derecho", como afirm¨® su presidenta, Mar¨ªa Emilia Casas, la primera mujer que ejerce esas funciones, un dato pol¨ªtica y socialmente relevante, que cabe endosar al haber de la historia del tribunal.