Jugando
Hace unos d¨ªas me compr¨¦ una consola. Nunca me hab¨ªan llamado la atenci¨®n esos aparatitos, pero al final ced¨ª, a base de la insistencia de un amigo. C¨®mprate un juego de ciclismo, me dijo, el del Tour de Francia, que es la leche. As¨ª que eso fue lo que le dije al vendedor: a m¨ª dame el juego ese del Tour, que me lo han recomendado.
Y vaya si acert¨¦, a partir de ahora mis tardes ya no ser¨¢n nunca lo mismo. Ayer me toc¨® disputar una etapa de esas de monta?a. Eran un mont¨®n de kil¨®metros y al final hab¨ªa dos puertos duros y la meta estaba en lo alto del segundo. Ten¨ªas que elegir un corredor y un equipo, y yo eleg¨ª a uno que iba de amarillo, aunque los de su equipo iban de azul, no s¨¦ muy bien por qu¨¦.
Se trataba de ganar dos cosas, la etapa y la clasificaci¨®n general. Para ganar la general tienes que disputar 21 partidas (combates los llaman ellos) y ganas si eres el que ha acumulado menos tiempo. Para ganar la etapa basta con ganar una partida. Parece un poco l¨ªo, pero luego te pones y es todo un juego de ni?os.
En la partida de ayer, los de un equipo que van de rosa se pusieron a atacarme. Uno de ellos, precisamente uno que no iba de rosa, no s¨¦ tampoco porqu¨¦, era el que m¨¢s da?o me hac¨ªa porque sus ataques parec¨ªan envenenados.
El programa me dec¨ªa que mi mayor rival era el l¨ªder de ellos, pero al final yo le ataqu¨¦ en el ¨²ltimo kil¨®metro y me lo quit¨¦ de encima como quise.
Esto fue sin duda lo mejor de la partida. Primero uno, luego otro y otro. El caso es que yo me hice el tonto, mirando hacia atr¨¢s como para que pensasen: "mira, hemos podido con ¨¦l, es hombre muerto".
Me qued¨¦ descolgado un buen rato sin hacer nada mientras ellos alucinaban en colores. Anda que no me divert¨ªa yo con el desconcierto que estaba montando. Pero cuando ya me cans¨¦ de jugar con ellos, ataqu¨¦, me fui a por ellos y me puse a su rueda como diciendo, aqu¨ª estoy, atacad m¨¢s si quer¨¦is.
S¨®lo se atrevi¨® uno que iba de blanco, negro y rojo, un corredor italiano que el programa me dec¨ªa que era mi amigo y que con ¨¦l no hab¨ªa problema. Pero yo por si acaso no le dej¨¦ marchar.
Al final la partida se me escap¨® por poco, porque una escapada hab¨ªa empezado los puertos con muchos minutos y no pude alcanzar a uno de ellos, pero yo fui segundo y gan¨¦ tiempo para la clasificaci¨®n general.
Mi sorpresa fue cuando, m¨¢s tarde, un amigo m¨ªo que es aficionado al ciclismo se qued¨® blanco y petrificado cuando le cont¨¦ todo esto. ?No puede ser, me dijo sorprendido, si eso es justo lo que ha pasado hoy en la etapa del Tour!. Pues no s¨¦, le dije yo, quiz¨¢ no era yo el ¨²nico que estaba jugando.
Pedro Horrillo es ciclista del equipo Rabobank
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