Convicciones ¨ªntimas
El escritor Isaac Rosa, ganador del ¨²ltimo Premio R¨®mulo Gallegos, responde en este art¨ªculo al publicado por Gustavo Guerrero en estas p¨¢ginas bajo el t¨ªtulo de 'R¨¦quiem
Cuando el pasado 8 de julio recib¨ª una llamada desde Venezuela en la que me comunicaban la concesi¨®n del XIV Premio Internacional de Novela R¨®mulo Gallegos por mi novela El vano ayer (Seix Barral), qued¨¦ impresionado por la decisi¨®n del jurado. Ya que el galard¨®n no se concedi¨® por sorteo, sino mediante un fallo razonado y argumentado, a la espera de conocer los detalles del veredicto me dediqu¨¦ a pensar en las posibles razones para el premio, qu¨¦ era lo que los miembros del jurado hab¨ªan apreciado en mi novela, cu¨¢les habr¨ªan sido los elementos destacados en su lectura. No pod¨ªa imaginar cu¨¢n equivocado estaba en mis meditaciones. En realidad, como ha venido a aclarar el editor y cr¨ªtico venezolano Gustavo Guerrero (R¨¦quiem por un galard¨®n, publicado en EL PA?S, el pasado 15 de julio), no han tenido en cuenta la calidad de mi novela, que era cosa secundaria. Para mi sorpresa -mayor que la propia concesi¨®n del premio-, no han atendido a "la alta calidad de su propuesta est¨¦tica y narrativa", ni a c¨®mo "convoca a observar cr¨ªticamente los modos posibles de leer la realidad", como recogi¨® el mentiroso acta de la reuni¨®n del jurado. Al contrario, lo que tuvieron en cuenta fueron, seg¨²n ¨¦l sostiene en su art¨ªculo, mis "esfuerzos" por hacer p¨²blicas mis "simpat¨ªas por el r¨¦gimen castrista", y con el premio han querido "recompensar lealtades y enaltecer servidumbres", como ha descubierto Guerrero.
Su cr¨ªtica al fallo no se apoya en la calidad de la novela, sino en mi postura pol¨ªtica
Desde hace algunos a?os, lo que tiene que ver con Venezuela provoca nerviosismo
Seg¨²n su opini¨®n, mis verdaderos m¨¦ritos para alcanzar este premio han sido la firma de un manifiesto contra la pol¨ªtica estadounidense hacia Cuba (que fue suscrito por varios cientos de intelectuales de todo el mundo, entre ellos un buen n¨²mero de novelistas cuya mayor relevancia p¨²blica ha pasado desapercibida para el jurado, as¨ª como otros artistas que ahora esperar¨¢n la pr¨®xima convocatoria de un galard¨®n en sus respectivas disciplinas art¨ªsticas que recompense sus lealtades y enaltezca sus servidumbres), y mi asistencia a un encuentro p¨²blico en Madrid con el ministro de Cultura cubano (al cual, incre¨ªblemente, dejaron entrar en el pa¨ªs, y hasta se reuni¨® con las castristas autoridades espa?olas), en el que igualmente estaban presentes otros novelistas espa?oles que hoy tal vez lamenten no haber conseguido un premio que merec¨ªan tanto o m¨¢s que yo. A eso se reducen mis "esfuerzos", que seg¨²n Guerrero no he escatimado. Como ven, poco me ha costado.
Gustavo Guerrero hace una serie de afirmaciones sobre el funcionamiento del premio, sobre la elecci¨®n del jurado, y sobre la "obediencia" ideol¨®gica de los miembros del mismo, que corresponde replicar a la entidad organizadora y a los aludidos. Por mi parte, estar¨¦ encantado de explicarle personalmente lo que opino sobre las dictaduras, las represiones y los presos pol¨ªticos, para que no se canse haciendo especulaciones basadas en su "¨ªntima convicci¨®n".
Nadie me ha pedido cuenta de mi "afiliaci¨®n pol¨ªtica" ni de mi opini¨®n sobre Cuba, ni antes ni despu¨¦s de la concesi¨®n del premio. Excepto Guerrero, que se ha preguntado por tal afiliaci¨®n como un elemento que convertir¨ªa en sospechoso el fallo. De hecho, su cr¨ªtica al fallo no se apoya en la calidad de la novela (pues se la reconoce), sino en mi postura pol¨ªtica (la cual adem¨¢s desconoce y distorsiona), sin la cual, dice, la concesi¨®n del premio a mi novela "habr¨ªa podido ser una divina sorpresa".
Gustavo Guerrero afirma que mi novela le pareci¨® "brillante", y que "otro jurado bien habr¨ªa podido darle el premio". Le agradezco su lectura y su opini¨®n, y lamento que esta vez haya sido un jurado que no es de su confianza. Me gustar¨ªa facilitarle el listado de los jurados que me han concedido otros premios recientemente, as¨ª como el de los cr¨ªticos que han valorado positivamente mi novela, y los editores que han decidido contratarla para que sea publicada fuera de Espa?a, con el ruego de que someta tal listado al escrutinio infalible de su "¨ªntima convicci¨®n", pues me gustar¨ªa saber si, como ingenuamente creo, mi novela ha interesado por motivos literarios a tales personas, o, en verdad, buscaban recompensarme alg¨²n tipo de lealtad para la que no haya escatimado esfuerzos.
Desde hace algunos a?os, todo lo que tiene que ver con Venezuela provoca nerviosismo en muchos; m¨¢s a¨²n desde la ¨²ltima victoria electoral de Hugo Ch¨¢vez, avalada por los observadores internacionales. Tal nerviosismo deriva en los comportamientos paranoicos de quienes ven por todas partes agentes chavistas y castristas, y maniobras para "asegurar el triunfo de una ideolog¨ªa y de aquellos que la apoyan". Tal clarividencia roza a veces el rid¨ªculo, o cae de cabeza en ¨¦l. Gustavo Guerrero est¨¢ cerca de ello, desde el momento en que cree haber destapado una operaci¨®n revolucionaria tras un premio literario cuya trayectoria y prestigio est¨¢n suficientemente consolidados, y que no ha levantado suspicacias en Am¨¦rica Latina ni en Espa?a (salvo, tal vez, por parte de alguna otra "¨ªntima convicci¨®n" como la suya). O quiz¨¢s, como sospecho, s¨®lo ha querido dar una nueva bofetada al Gobierno venezolano en la mejilla que ten¨ªa m¨¢s a su alcance, la del jurado, o la de un joven escritor cuyo anonimato internacional y escasa relevancia p¨²blica hacen m¨¢s incre¨ªble a¨²n la teor¨ªa conspirativa que propone en su art¨ªculo.
Isaac Rosa es escritor, autor de El vano ayer, premio R¨®mulo Gallegos 2005.
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