El futuro est¨¢ en los nuevos viejos
Algo sin precedentes e irreversible le est¨¢ ocurriendo a la humanidad. Se trata de una verdadera revoluci¨®n que afectar¨¢ a todos los aspectos de nuestras sociedades y que tendr¨¢ un impacto brutal en nuestras vidas y experiencias cotidianas. En el a?o 2004 por vez primera el n¨²mero de personas de 65 a?os super¨® al n¨²mero de ni?os menores de cinco a?os. De ahora en adelante, para el resto de los tiempos, es impensable que de nuevo alguna vez el n¨²mero de ni?os sea mayor que el de cabezas grises. Adem¨¢s, el n¨²mero de personas de 65 a?os o m¨¢s, que a lo largo de la historia conocida raramente lleg¨® a ser el 2% o 3% de la poblaci¨®n en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, representa ya el 15% de la poblaci¨®n de los pa¨ªses ricos, y en el a?o 2050 superar¨¢ el 30%. Esto es el comienzo de lo que los japoneses (que tendr¨¢n un mill¨®n de personas centenarias a mediados de este siglo) llaman la Silver Century, el Siglo de Plata, por el color plateado del pelo de las personas mayores. El poder gris.
As¨ª, con este diagn¨®stico, comenzaba un n¨²mero monogr¨¢fico publicado hace poco m¨¢s de un a?o por la revista The Economist sobre el tema del envejecimiento de nuestras sociedades (Forever young. A survey of retirement, marzo, 2004). Lo he recordado estos d¨ªas al leer en la prensa el resumen del informe Las personas mayores en Espa?a, realizado por el Imserso y presentado la semana pasada. Los datos espa?oles confirman al detalle las tendencias generales. En la actualidad hay en Espa?a 7,2 millones de personas de la tercera edad, m¨¢s que ni?os, y el 6% m¨¢s que en 2002. Y esta cifra, de acuerdo con las proyecciones del informe, se elevar¨¢ a m¨¢s de 16 millones de ancianos en 2050, es decir, m¨¢s del 30% del total.
Pero quiz¨¢ lo m¨¢s significativo y problem¨¢tico es que se est¨¢ produciendo un claro envejecimiento de la poblaci¨®n ya vieja. Las personas de 80 a?os o m¨¢s, los octogenarios, son el colectivo que m¨¢s ha crecido en la ¨²ltima d¨¦cada, un 53% que contrasta con el 9% de incremento de la poblaci¨®n total. Su n¨²mero se ha multiplicado por 13 en la ¨²ltima d¨¦cada, y se prev¨¦ que siga creciendo de forma r¨¢pida en las siguientes. En tan s¨®lo 45 a?os nuestro pa¨ªs se convertir¨¢ en el m¨¢s envejecido del mundo, s¨®lo superado por Jap¨®n.
?stos son los datos. ?Cu¨¢les son sus causas? Y ante todo, ?cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias de este giro inevitable hacia sociedades envejecidas?
Tres tendencias est¨¢n actuando en paralelo llevando al envejecimiento de nuestras sociedades, cada una con una pauta de comportamiento determinada. La primera es el aumento de las personas jubiladas, que se acentuar¨¢ hacia el final de esta d¨¦cada cuando comiencen a jubilarse los integrantes de la llamada generaci¨®n del baby boom, los nacidos despu¨¦s de la II Guerra Mundial, entre finales de los cuarenta y 1970. En Espa?a, los a?os que registraron un mayor n¨²mero de nacimientos fueron los comprendidos entre 1970 y 1975, por lo que el a?o clave en que pasaremos del baby boom al anciano boom ser¨¢ 2030. Este impacto ser¨¢ acentuado por una segunda tendencia: la ca¨ªda de la fertilidad y el nacimiento de un menor n¨²mero de mujeres, tendencia s¨®lo compensada parcialmente por el aumento de la inmigraci¨®n. Por si no fuese suficiente para preocuparse, hay una tercera tendencia explosiva: los viejos viven m¨¢s a?os jubilados de lo que nunca ha ocurrido hasta ahora. De hecho, nuestras vidas se repartir¨¢n en tres etapas: juventud, trabajo y jubilaci¨®n. La causa de fondo es el espectacular aumento que desde hace un siglo est¨¢ experimentando la esperanza de vida en los pa¨ªses desarrollados, que se incrementa tres meses cada a?o que pasa; esperanza de vida que aumentar¨¢ de forma acelerada en los pr¨®ximos a?os como consecuencia de los avances que se esperan en la medicina y las biociencias.
?Cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias de esta tendencia inexorable hacia el envejecimiento de nuestras sociedades? Para algunos, incluido los autores del informe, el panorama es desolador y casi apocal¨ªptico. Ven las sociedades envejecidas como organizaciones sociales a las que el poder gris har¨¢ m¨¢s conservadoras, asustadizas y temerosas del cambio. El ejemplo podr¨ªa ser Alemania y Francia, dos de las naciones m¨¢s envejecidas y m¨¢s resistentes a los cambios, frente al mayor dinamismo que muestran los pa¨ªses m¨¢s j¨®venes, como es el caso de EE UU. Se teme que los mayores, con el poder pol¨ªtico que les dar¨¢ el hecho de ser la parte de la poblaci¨®n con m¨¢s votos, utilicen ese poder para explotar a los m¨¢s j¨®venes; afecten a las tasas de crecimiento econ¨®mico, dado que es probable que los pa¨ªses envejecidos tengan tasas de crecimiento per c¨¢pita m¨¢s bajas que aquellos con poblaciones m¨¢s j¨®venes; hagan quebrar los actuales sistemas de pensiones basados en el modelo de reparto -en los que quienes trabajan pagan las pensiones de los que est¨¢n jubilados-; hagan insostenibles los sistemas p¨²blicos de salud, dado que las personas mayores provocan el crecimiento del gasto p¨²blico, y cambien las prioridades del gasto social, disminuyendo la formaci¨®n de los j¨®venes y la inversi¨®n en infraestructuras hacia un mayor gasto en los mayores. El resultado de esta visi¨®n pesimista es el estancamiento econ¨®mico, la quiebra del actual Estado de bienestar y el aumento de la pobreza de los mayores, especialmente de las mujeres.
?Es ¨¦ste un diagn¨®stico acertado? A mi juicio no. O al menos, no necesariamente. Pero para ello hemos de emprender una nueva revoluci¨®n social que consiga romper muchos tab¨²es sobre el envejecimiento que tienen su ra¨ªz en una ideolog¨ªa que discrimina a las personas en funci¨®n de la edad, obliga a prejubilarnos y mina la confianza y seguridad en nosotros mismos para seguir activos. El futuro est¨¢ en los nuevos viejos. Para comprobarlo les recomiendo la lectura veraniega de dos libros: El complot de Matusal¨¦n, de F. Schirrmacher, publicado por Taurus; y El poder gris, de V. Gil Calvo, por Mondadori. Buen verano.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona.
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