Merkel se vuelca en el este de Alemania para intentar frenar el auge de la izquierda
Los sondeos dan el 30% en la ex RDA a la lista de comunistas y socialdem¨®cratas disidentes
La presidenta y candidata a las elecciones de la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata (CDU), Angela Merkel, har¨¢ una campa?a espec¨ªfica para los electores del este de Alemania, a petici¨®n de los representantes de su partido en esa regi¨®n. En la CDU cunde el p¨¢nico por los niveles de aceptaci¨®n que alcanza en el este de Alemania la nueva alianza de izquierdas formada por el poscomunista PDS, rebautizado Partido de Izquierda, y el WASG, fundado por sindicalistas y disidentes del socialdem¨®crata SPD.
Seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, la alianza de la izquierda alcanza ya el 11% en toda Alemania, pero su aceptaci¨®n se acerca al 30% en la ex Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA). Algunos institutos sostienen que la alianza representada por los populares candidatos Oskar Lafontaine y Gregor Gysi supera ya a la CDU en el este.
La campa?a de la CDU para la ex RDA tratar¨¢ los temas que all¨ª preocupan m¨¢s, como el desempleo, y destacar¨¢ los ¨¦xitos de los Gobiernos democristianos de los nuevos Estados federados (Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia). "Hay que incidir en la situaci¨®n espec¨ªfica del Este. El abordaje y los temas deben ser diferentes que en el Oeste", explic¨® al diario Berliner Zeitung el secretario general de la CDU en Sajonia, Michael Kretschmer. La diferenciaci¨®n "ir¨¢ desde los carteles pasando por la manera de comunicar el programa hasta las intervenciones de la candidata", aclar¨® su hom¨®logo en Turingia, Mike Mohring.
Y es que la candidata no deja notar que procede del Este. Nunca menciona su origen si no le preguntan por ¨¦l, no tiene acento al hablar y su doctrina pol¨ªtica est¨¢ en los ant¨ªpodas del r¨¦gimen en el que se cri¨®.
Pero con ¨ªndices de paro que rondan el 20% y en muchas regiones alcanzan el 25%, en el Este importa m¨¢s el programa electoral que la procedencia. Mientras que el Partido de Izquierda promete beneficios para los desempleados y los m¨¢s desfavorecidos y propone financiarlos con un impuesto para ricos, la CDU va a subir el IVA del 16% al 18%.
Una vida dif¨ªcil
La misma Merkel reconoc¨ªa el problema en una entrevista que public¨® ayer el S¨¹ddeutsche Zeitung: "Para las personas que est¨¢n en el paro o que ya no tienen perspectivas de trabajar, o para algunos jubilados, la vida es sin duda dif¨ªcil". Con un impuesto como el IVA, que afecta a todos los ciudadanos, incluidos los m¨¢s desfavorecidos, la CDU quiere ayudar a reducir los costes laborales -algo que en primera instancia beneficia a las empresas-, el impuesto de sociedades y el tipo m¨¢ximo del impuesto sobre la renta.
Aunque muchos, incluida la Federaci¨®n de la Industria (BDI), dudan de que la receta funcione, la Uni¨®n asegura que esto fomentar¨¢ la creaci¨®n de empleo, vital para poder mantener el sistema social. En Alemania se pierden cada d¨ªa m¨¢s de mil empleos que cotizan a la seguridad social. "Tambi¨¦n a la jubilada le diremos: podemos asegurar su pensi¨®n si conseguimos de una vez reducir el desempleo. S¨®lo as¨ª mejorar¨¢n las cosas", a?ade Merkel en la entrevista del S¨¹ddeutsche.
Sin embargo, el electorado del Este ve los beneficios demasiado lejanos e irreales. Para el alem¨¢n oriental, la CDU es un partido ajeno a su cultura y a su historia. Eminentemente cat¨®lico y con fuertes ra¨ªces en el Oeste, al partido democristiano le resulta dif¨ªcil llegar a los corazones germanoorientales, en su mayor¨ªa protestantes.
El auge de la izquierda perjudica a todos los partidos, y entre ellos se acusan de haberle facilitado el ascenso. Todos se esfuerzan en hacer parecer a la alianza de izquierdas como el anticristo del espectro electoral, y para ello no escatiman en descalificaciones e insultos como "predicadores del odio" o "cazadores de ratas", compar¨¢ndolos con el flautista de Hamelin. Pero el ex PDS representa a una parte importante de la poblaci¨®n del Este y gobierna desde hace a?os en los Estados federados de Berl¨ªn y Mecklemburgo-Antepomerania, sin que en ninguno de ellos se haya declarado la dictadura del proletariado.
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