La Pasionaria de El Aai¨²n
Aminatu Haidar se ha convertido en el rostro femenino de la revuelta saharaui contra Rabat tras su ingreso en la C¨¢rcel Negra
La prensa marroqu¨ª que menos respeta los tab¨²es la describe como La Pasionaria de El Aai¨²n. La mujer, Aminatu Haidar, era ya conocida por su larga lucha por la independencia del S¨¢hara Occidental, pero su nuevo encarcelamiento por las autoridades de Marruecos la ha hecho c¨¦lebre.
Un total de 168 eurodiputados, entre los que figuran buen n¨²mero de los socialistas espa?oles, firmaron un llamamiento pidiendo su liberaci¨®n y la de todos "los presos pol¨ªticos saharauis". Un pu?ado de miembros de la Euroc¨¢mara la ha propuesto adem¨¢s para el Premio S¨¢jarov de derechos humanos.
Haidar, de 38 a?os, divorciada y madre de dos hijos, Hayat y Mohamed, fue detenida el 17 de junio al salir de las urgencias del hospital Hassan Ben Mehdi, en El Aai¨²n, al que acudi¨® para que le cuidasen las heridas que le infligi¨® horas antes la polic¨ªa cuando trataba de organizar una manifestaci¨®n en pleno centro de la capital sahariana. Le dieron 10 puntos en la cabeza pero rehusaron entregarle un certificado m¨¦dico.
Haidar fue secuestrada en 1987 y permaneci¨® cuatro a?os en un penal secreto marroqu¨ª
Tiene experiencia en detenciones. A finales de 1987, con 20 a?os, fue apresada por primera vez, junto con 17 mujeres, cuando iba a echarse a la calle a protestar con motivo de la llegada a El Aai¨²n de una comisi¨®n de la ONU.
Estuvo desaparecida casi cuatro a?os, "durante los que fue sometida a los horrores de las mazmorras secretas marroqu¨ªes", afirma Mohamed Sidati, encargado de las relaciones del Frente Polisario con Europa. Ese largo secuestro merm¨® su salud, tiene lesiones en la columna vertebral, y le impidi¨® seguir estudiando m¨¢s all¨¢ del bachillerato, que acab¨® en El Aai¨²n.
Tras la muerte de Hassan II, en 1999, Haidar se dedic¨® de lleno a la lucha pol¨ªtica al tiempo que se esforzaba en defender los derechos humanos. No dud¨® en trabajar codo con codo con grupos marroqu¨ªes, como la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos, y participar en sus m¨ªtines. All¨ª narr¨® sus a?os de c¨¢rcel y arremeti¨® contra la prensa y los partidos del majzen (entorno del monarca), que silenciaron aquello. Tanta militancia le acarre¨® carecer de pasaporte y perder su puesto de funcionaria del Ayuntamiento de Bujador.
"El mero hecho de poder formular estas denuncias demuestra que el pa¨ªs est¨¢ cambiando", se?ala Larhdaf Eddah, un saharaui que dirige la televisi¨®n local. "Pero Aminatu forma parte de esos ex presos incapaces de superar esa terrible experiencia y darse cuenta de que Marruecos adquiere, a trancas y barrancas, otro rumbo". "Se venga de lo que sufri¨® en el pasado insultando el porvenir".
El Marruecos de 2005 no es, desde luego, el de 18 a?os atr¨¢s. Haidar no "desapareci¨®" esta vez, sino que 61 horas despu¨¦s de su detenci¨®n, dedicadas a interrogarla, fue llevada ante el fiscal del tribunal de apelaci¨®n. Los cargos que pesan sobre ella son similares a los de los j¨®venes saharauis condenados este mes, pero la fecha del juicio no ha sido a¨²n fijada, se?ala su abogado, Erguibi Lehbid, hermano del l¨ªder del Polisario.
Las prisiones marroqu¨ªes tampoco son lo que eran en tiempos de Hassan II. Haidar se queja de sus condiciones carcelarias, pero logra que sus escritos traspasen los barrotes de la C¨¢rcel Negra -a¨²n conocida por su nombre espa?ol- de El Aai¨²n pese a estar recluida en una celda de aislamiento. Sus compa?eros de lucha se encargan de repartirlos.
"Esta prisi¨®n", escribe, "no posee las condiciones m¨ªnimas de una instituci¨®n penitenciaria". Un organismo oficial marroqu¨ª precis¨® que el n¨²mero de reos all¨ª encarcelados rebasaba en 407% la capacidad del penal. "No tenemos derechos a las visitas diarias, ni a la radio y a la lectura (de prensa), y a¨²n menos a una alimentaci¨®n digna, a medicinas, etc¨¦tera", a?ade.
"Es un milagro que siga con vida", conclu¨ªa otra de sus misivas dirigida a los independentistas saharauis, "porque soy una mujer agotada f¨ªsicamente por tantos a?os de desaparici¨®n y encarcelamiento, tanta tortura y tantas vejaciones". "Pero estoy aqu¨ª y seguir¨¦ estando con todas mis fuerzas, sabiendo que est¨¢is luchando por nosotros". "Estoy tan segura de vosotros como lo estoy del mar que me espera a 25 kil¨®metros, tan segura como lo estoy de la mirada cari?osa de mis hijos a quienes tanto a?oro".
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