Doce creadores contempor¨¢neos iran¨ªes exponen la diversidad de sus obras en San Sebasti¨¢n
Pretenden derribar la visi¨®n unidimensional que algunas voces occidentales ofrecen de su pa¨ªs
Son doce artistas de origen iran¨ª, pero, ante todo, son doce creadores contempor¨¢neos que desde hoy muestran sus preocupaciones, diversidad y complejidad est¨¦ticas en el centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebasti¨¢n. Y lo hacen desde las oposiciones y fricciones entre ellos, pero tambi¨¦n desde las aproximaciones y las coincidencias. Pretenden derribar esa visi¨®n unidimensional de todo lo iran¨ª que a algunas voces occidentales les interesa difundir desde la revoluci¨®n de 1979, que aboli¨® la dictadura secular del r¨¦gimen Pahlavi y llev¨® al poder a la teocracia de la rep¨²blica isl¨¢mica.
El comisario de Despu¨¦s de la revoluci¨®n. Artistas contempor¨¢neos de Ir¨¢n, el mexicano Octavio Zaya, empez¨® en realidad a fraguar la idea de esta exposici¨®n hace ya veinte a?os, cuando inici¨® sus relaciones con estos creadores. "Llevo 27 a?os en Nueva York y siempre he estado interesado en diferentes juegos de expresi¨®n, desde la fotograf¨ªa africana al arte latinoamericano", coment¨® ayer en la presentaci¨®n de la muestra. Y por eso siempre ha intentado facilitar el acceso a los centros culturales importantes de Occidente a aquellos autores que "sencillamente por su procedencia" lo tienen m¨¢s dif¨ªcil.
En esta ocasi¨®n ha reunido a una docena de artistas contempor¨¢neos iran¨ªes, en su mayor¨ªa j¨®venes. Unos viven en Ir¨¢n. Otros residen en distintos pa¨ªses del mundo. Todos ellos llenan de contenido una exposici¨®n producida por el centro donostiarra Koldo Mitxelena e integrada por fotograf¨ªas, cortometrajes, videoproyecciones y una instalaci¨®n. La muestra, que permanecer¨¢ en San Sebasti¨¢n hasta el 1 de octubre, viajar¨¢ la pr¨®xima primavera a Copenague, seg¨²n anunci¨® Zaya, quien est¨¢ negociando su exhibici¨®n en Nueva York y en alguna otra ciudad espa?ola.
?Por qu¨¦ ha quedado fuera de la muesta la pintura y la escultura? "Me he decantado por la videoproyecci¨®n, la fotograf¨ªa y los cortos, porque considero que es donde se demuestra con m¨¢s claridad la fuerza del arte contempor¨¢neo de Ir¨¢n", respondi¨® el comisario. "Hay muchos pintores y escultores, pero, para m¨ª, la mayor¨ªa responden a intereses acad¨¦micos. Me interesa m¨¢s un arte que me plantee cuestiones y que desaf¨ªe mis perspectivas", a?adi¨®.
Con esta inquietud, Zaya ha dado voz en el Koldo Mitxelena a David Abir, Shoja Azari, Kouross Esmaeli, Shadi Ghadirian, Fariba Hajamadi y Elahe Massumi, a los que se suman Farhad Moshiri, Y. Z. Kami, Shahryar Nashat, Shirin Neshat, Seifollah Samadian y Sadegh Tirafkan. Son doce creadores con propuestas art¨ªsticas diferentes. Pero a todos les preocupan temas similares, relacionados con "cuestiones sociales, pol¨ªticas, culturales...", las mismas que se pueden plantear "en cualquier parte del mundo, desde Oriente Medio hasta Nueva York", subray¨® el comisario.
Guerra de civilizaciones
Y destac¨® este punto en contra de quienes tienen "intereses creados en plantear una especie de guerra de civilizaciones". "Por supuesto -afirm¨®-, es una superestructura tendenciosa, una superestructura de las conspiraciones de las derechas internacionales, que pretenden imponer unas visiones espec¨ªficas sobre el mundo contempor¨¢neo y encorsetar las expresiones y las culturas internacionales".
Zaya admiti¨®, no obstante, que el contexto, el hecho de que los artistas vivan o no en Ir¨¢n, marca diferencias entre unos y otros. Pero se agarr¨® precisamente a esas diferencias para "desmantelar la idea de que el arte puede responder a cuestiones nacionales". "Ning¨²n pa¨ªs, y mucho menos su cultura, tiene una visi¨®n ¨²nica, una sola voz, un discurso espec¨ªfico", dijo. De hecho, apunt¨® que ni siquiera los creadores de la exposici¨®n que residen en Ir¨¢n tienen "intereses y est¨¦ticas comunes". Unos abordan la vida diaria, otros las tradiciones, otros la represi¨®n...
Y as¨ª, bajo este discurso te¨®rico, David Abir, por ejemplo, recala en el KM con una instalaci¨®n a la que ayer daba los ¨²ltimos retoques y con la que quiere desarrollar una experiencia emocional y f¨ªsica a partir de una pieza musical que se recrea en un espacio arquitect¨®nico con su propia idiosincrasia.
La artista Fariba Hajamadi se cuestiona la reconstrucci¨®n que hacemos de la historia, de la de los pa¨ªses o, incluso, de la personal, a trav¨¦s de fotograf¨ªas en las que manipula y redistribuye los espacios y las colecciones de los museos y centros culturales que visita.
De Seiffollah Samadian, colaborador de Abbas Kiarostami, se puede ver The white station (1999), un documental "po¨¦tico" que recoge las dificultades de una mujer sola mientras espera en una parada de autob¨²s durante una fuerte tormenta de nieve en Teher¨¢n.
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