Un portento sin reconocer

Lo mismo en la balada que en el soul sofisticado, en el blues suave, en el funky bailable que en la m¨²sica disco, la garganta de Lisa Stansfield result¨® m¨¢gica en su concierto madrile?o. La madurez la ha dotado de una voz llena de matices y variedad, que igual sube que se pone grave, susurra que se expresa alegre. Su capacidad interpretativa, llena de gestos sensuales y una imagen provocadora ayuda a convenir que Lisa Stansfield est¨¢ poco reconocida para el enorme talento que desarrolla en escena. Que haya titulado su reciente disco The moment, sobre el que bas¨® casi todo el concierto, puede significar que por fin haya llegado su hora.

A pesar de su aparente fragilidad y esa imagen a lo gar?on, Lisa Stansfield es toda una diva, un monumento de artista que sabe llevar sus conciertos por las sendas de la majestuosidad, con simpat¨ªa no impostada y un sentido esc¨¦nico que, combinado con la sencillez, est¨¢ al alcance de muy pocos. Su voz transparente y de dicci¨®n perfecta, a veces parece de negra. Su capacidad teatral lo mismo recrea el cabar¨¦ berlin¨¦s, pitillo en mano, que cualquier club londinense de baile. Es un portento todo el rato, aunque sus mejores momentos vinieron al interpretar sus canciones m¨¢s famosas, como All around the world o People hold on.