La revoluci¨®n silenciosa de Rambla

Vicente Rambla sab¨ªa d¨®nde se met¨ªa cuando el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, le pidi¨® que se hiciera cargo de la cartera de Sanidad. Entre 1995 y 1997, mientras Joaqu¨ªn Farn¨®s estaba al frente del departamento, Rambla ocup¨® la direcci¨®n general de R¨¦gimen Econ¨®mico, por lo que nadie ten¨ªa que contarle c¨®mo es el d¨ªa a d¨ªa en los despachos de la calle de Micer Masc¨® de Valencia.

Por entonces las aguas de la sanidad p¨²blica bajaban revueltas. Cuando no era la crisis abierta con los sindicatos por el bloqueo de las mesas de negociaci¨®n, era el anuncio de la creaci¨®n de un hospital gestionado de forma privada en Alzira, o el estallido que supuso el contagio masivo de hepatitis C. Con Farn¨®s fuera de Sanidad tampoco hubo calma. Sus sucesores tuvieron que lidiar con los brotes de legionela en Alcoi, la muerte de pacientes dializados en Valencia y enfrentarse a pol¨¦micas como la privatizaci¨®n de la alta tecnolog¨ªa con el concurso de resonancias magn¨¦ticas.

El principal escollo fue el cese de Marciano G¨®mez, un profesional muy ligado a Zaplana

Conocedor de los riesgos a los que se enfrentaba, Rambla se fij¨® desde su llegada al departamento el objetivo de rodearse de gente de su confianza, no s¨®lo en el primer escal¨®n, el correspondiente a los directores generales, sino tambi¨¦n en los siguientes, como las direcciones de hospitales, unos puestos de los que depende en buena medida el resultado de su gesti¨®n. As¨ª, sin hacer demasiado ruido, Rambla ha llevado adelante una revoluci¨®n tranquila para situar a personas de su confianza en la mayor¨ªa de los principales centros de poder del departamento con el fin de limitar las injerencias externas al m¨ªnimo y asegurarse su lealtad.

"Rambla es una persona muy inteligente y quiere tener un control total de la consejer¨ªa", apunta un experto en sanidad. "No ha dejado nada al azar y ha medido los tiempos con una estrategia perfectamente dirigida desde que lleg¨® a Sanidad para realizar los cambios", a?ade.

La espoleta que desencaden¨® la cascada de cambios fue el relevo del eterno n¨²mero dos de la consejer¨ªa, Marciano G¨®mez, en octubre pasado. Lleg¨® en 1995 por su estrecha relaci¨®n con Eduardo Zaplana y mientras los consejeros llegaban y sal¨ªan, G¨®mez fue acumulando poder y competencias hasta llegar a ser por quien pasaban buena parte de las principales decisiones del departamento. De ah¨ª que se convirtiera en el candidato natural, como secretario auton¨®mico de la Agencia Valenciana de la Salud, a dirigir este organismo, encargado de coordinar toda la asistencia sanitaria. Sin embargo, Rambla eligi¨® para este puesto a Manuel Cervera, oftalm¨®logo del hospital General de Castell¨®n y persona de confianza no s¨®lo del propio consejero, sino de Camps.

Salvado el principal escollo, el consejero de Sanidad fue deshaci¨¦ndose de otros altos cargos vinculados a la anterior etapa o al propio Marciano G¨®mez. Cayeron el director general de Asistencia Especializada, Melchor Hoyos, y Juan Prefaci, subsecretario del departamento. M¨¢s tarde lleg¨® el turno de Bartolom¨¦ P¨¦rez, director general de Dependencia y vinculado tambi¨¦n a Zaplana.

Poco despu¨¦s, el consejero nombr¨® en bloque a cinco altos cargos y 15 directores de hospital, una remodelaci¨®n que la semana pasada tuvo sus pen¨²ltimos coletazos con tres cambios m¨¢s en los hospitales San Francesc de Borja en Gandia, el centro de Requena y el General de Valencia.

Con todo ello, Rambla se ha asegurado gente de su confianza en dos puntos clave del nuevo modelo de organizaci¨®n sanitaria basado en la financiaci¨®n capitativa de las ¨¢reas sanitarias, su gran apuesta de gesti¨®n. Ha elegido a los responsables de los hospitales, que funcionan como gestores aut¨®nomos de todo lo que sucede en sus ¨¢reas de salud, de forma que controlan tanto el aspecto financiero como de personal o asistencial. Pero por encima de ellos est¨¢ la Agencia Valenciana de Salud, como organismo superior de coordinaci¨®n, que controla Manuel Cervera. Todo bajo control.

Dos a?os despu¨¦s de llegar a Sanidad, Rambla ha dise?ado un equipo sin fisuras del que es absolutamente responsable. Ahora s¨®lo falta esperar que ninguna crisis ponga a prueba la eficacia de la estructura dise?ada por el consejero.