Poder¨ªo a¨¦reo y civismo contra el fuego
La casualidad hizo que estuviera circulando por la C-59 entre Castellter?ol y Sant Quirze Safaja a las seis de la tarde del jueves 14 de julio, justo cuando se hac¨ªa visible la columna de humo del incendio que acababa de declararse en la carretera de Sant Quirze a Centelles. El fuego se hab¨ªa iniciado en un lugar que ya fue devastado por los incendios del 4 de julio de 1994, y el viento lo empujaba descontrolado monta?a arriba, hacia una de las zonas que en 1994 se hab¨ªan salvado.
Lamentablemente he presenciado muchos incendios en dichas comarcas de la Catalu?a central, y la r¨¢pida propagaci¨®n del fuego por un terreno de dif¨ªcil acceso como aquel, y con una vegetaci¨®n tan seca, hac¨ªa prever una r¨¢pida extensi¨®n. En un fuego de tales condiciones los medios terrestres de bomberos y Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF) apenas pueden conseguir estabilizar por atr¨¢s el avance del fuego, intentando evitar que un cambio de viento lo dirija hacia espacios no quemados. De la voluntad del viento depend¨ªa que se extendiera hacia el Bages y Osona o volviera a quemar la abrupta zona del Bert¨ª y Sant Miquel del Fai.
La r¨¢pida decisi¨®n de concentrar todos los medios a¨¦reos existentes y de solicitar la ayuda de aviones de otras comunidades consigui¨® detener las llamas. Nunca hab¨ªa visto tantos medios a¨¦reos trabajando simult¨¢neamente en tan poco espacio. Dos aviones lanzaban a intervalos de 7 o 10 minutos ese l¨ªquido rojo retardante en los riscales y pinares por los que avanzaba el fuego, consiguiendo una y otra vez detenerlo. Los hidroaviones lanzaban agua, y una docena de helic¨®pteros bombarderos machacaban aquellos focos que continuaban activos, mientras 60 coches de bomberos y ADF establec¨ªan el per¨ªmetro terrestre desde aquellos lugares que resultaban accesibles.
Pese a la lamentable p¨¦rdida de 40 hect¨¢reas, si aquello se hubiera analizado como un ejercicio para evaluar la eficacia de una actuaci¨®n masiva de todo el poder¨ªo a¨¦reo en unas condiciones climatol¨®gicas hostiles en un terreno dif¨ªcil, evidentemente se habr¨ªa valorado como un ¨¦xito. Tener ese poder¨ªo sobre el fuego pocos minutos despu¨¦s de su inicio se demostr¨® una vez m¨¢s como la ¨²nica manera eficaz de detenerlo. Si esto no se consigue antes de la primera hora, s¨®lo cabe esperar que avance hasta que cambie el viento.
Pero lamentablemente el fuego de ese d¨ªa no era un simulacro
de reacci¨®n r¨¢pida. Se dio la circunstancia de que no hab¨ªa m¨¢s fuegos importantes en Catalu?a, elemento que no se dio, por ejemplo, en el incendio ocurrido all¨ª mismo en 1994. En aquella ocasi¨®n, el fuego se hab¨ªa declarado el domingo 3 de julio cerca de Sant Miquel del Fai. Los d¨ªas anteriores los bomberos y ADF hab¨ªan combatido el primer gran fuego del verano en Calders, en el otro extremo del Moian¨¨s. Aquel domingo, con pocos efectivos se actu¨® en el fuego de Sant Quirze, que se dio por controlado. La ma?ana siguiente, el fat¨ªdico 4 de julio, mientras se incendiaban el Bages y el Bergued¨¤, el fuego de Sant Quirze se reactivaba. Y ello cog¨ªa a los bomberos con un insuficiente n¨²mero de efectivos, no s¨®lo porque estaban agotados tras el incendio de Calders, sino porque no se hab¨ªa previsto la incorporaci¨®n de los auxiliares que se contratan cada verano.
Si estos pr¨®ximos d¨ªas, en que se dan una condiciones climatol¨®gicas y de sequedad de la vegetaci¨®n tal vez m¨¢s adversas que las de 1994, se producen diversos incendios simult¨¢neos y resulta imposible repetir el exitoso y masivo operativo a¨¦reo citado, podr¨ªamos vivir una situaci¨®n similar a la de 1994. Las medidas dictadas por Medio Ambiente de cerrar el tr¨¢nsito a ciertas zonas, pese a ser impopulares, pueden ser necesarias. Pero ello no podr¨¢ impedir que, como ocurri¨® ese d¨ªa en Sant Quirze, el fuego se inicie en la carretera. La Generalitat se ha dotado de m¨¢s medios humanos y materiales de los que hab¨ªa en 1994, dispone de un poder¨ªo a¨¦reo capaz de actuar con contundencia, se ha mejorado la capacidad log¨ªstica de actuaci¨®n de las ADF. Pero ello resultar¨¢ insuficiente si se cometen imprudencias o actos dolosos. Cumplamos, pues, todas las recomendaciones que desde la Generalitat se repiten una y otra vez estos d¨ªas en que el viento c¨¢lido del sur pone al bosque en una situaci¨®n l¨ªmite.
Xavier Rius-Sant es periodista.
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