Un centenar de vecinos boicotean la puesta en marcha de la 'narcosala' de Vall d'Hebron

Aunque la apertura de la sala de venopunci¨®n instalada en el recinto hospitalario de Vall d'Hebron estaba prevista para las once de la ma?ana de ayer, cerca de un centenar de vecinos ya se hab¨ªan concentrado ante sus puertas a las diez. Los primeros enfrentamientos no se hicieron esperar: los manifestantes intentaron entrar en las instalaciones e impedir el paso a los trabajadores. La polic¨ªa intervino, pero nadie pudo evitar que los vecinos boicotearan la entrada de toxic¨®manos a lo largo del d¨ªa. El Ayuntamiento convoc¨® ayer la primera reuni¨®n de la comisi¨®n de seguimiento de la narcosala.

La narcosala de Vall d'Hebron es la cuarta que funciona en Barcelona.

"Estamos muy convencidos de lo que hacemos. En este barrio no hay droga y no queremos que este chiringuito nos la traiga ahora", exclam¨® muy airado Rafael. Como ¨¦l, los vecinos del distrito de Horta-Guinard¨® dirigieron silbidos, abucheos e insultos al personal sanitario que entraba y sal¨ªa del recinto ultimando detalles, y pidieron la dimisi¨®n de varios pol¨ªticos del gobierno municipal, entre ellos la tercera teniente de alcalde y responsable del ¨¢rea de Salud, Imma Mayol.

Uno de los portavoces de la plataforma contraria a la narcosala, Antoni Mateo, explic¨® que la concentraci¨®n de ayer no fue convocada, sino que los vecinos se organizaron por su cuenta "porque no hay voluntad de parar las movilizaciones".

Los manifestantes lanzaron huevos y otros objetos a una t¨¦cnica sanitaria que abandonaba el recinto. Al conseguir alejarse del gent¨ªo, una vecina corri¨® tras ella y la empuj¨® por la espalda. Adem¨¢s de las agresiones, la t¨¦cnica recibi¨® varias amenazas. Pese a las altas temperaturas, los vecinos se mantuvieron firmes ante la narcosala, impidiendo el acceso a ella.

Los ¨¢nimos se fueron calentando, la ira se desat¨® y los vecinos descargaron su agresividad verbal contra dos toxic¨®manos, Juan y Manuel, que intentaban acercarse a las puertas del recinto. Varios manifestantes se abalanzaron sobre los dos enfermos, a los que abuchearon y gritaron: "?Fuera de aqu¨ª, marchaos a vuestros barrios!". Juan insisti¨® en que era vecino de la zona, pero los que le vetaban el acceso al centro de atenci¨®n se negaron a creerle y afirmaron: "Esto es un montaje. Los rojos los han puesto aqu¨ª para que nos den pena".

Ni Juan ni Manuel se atrevieron a entrar. "Nuestros propios vecinos nos est¨¢n usurpando un recurso p¨²blico del que nosotros, como enfermos, nos podr¨ªamos beneficiar", se lament¨® Manuel, en un evidente estado de nervios y angustia.

La Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) record¨® que su postura es muy distinta a de oposici¨®n frontal de la plataforma de Vall d'Hebron a la apertura de la narcosala. No s¨®lo est¨¢ a favor de la instalaci¨®n y de su emplazamiento, sino que apoya la presencia de esta clase de equipamientos en cada uno de los distritos de la ciudad. La narcosala, que tiene previsto atender a 300 drogodependientes, ocupa 20 metros cuadrados de los 126 dedicados al nuevo centro de asistencia y seguimiento para toxic¨®manos. El centro ofrece programas de desintoxicaci¨®n y tratamiento psicoterap¨¦utico, y adem¨¢s cuenta con equipamientos sociosanitarios. Seg¨²n datos ofrecidos por Mayol, en Horta-Guinard¨® viven 250 personas que necesitan los servicios que ofrecen estos centros.

El centro de atenci¨®n a drogodependientes cerr¨® sus puertas a las siete de la tarde y seg¨²n Mayol, que visit¨® la narcosala a mediod¨ªa, los profesionales atendieron a algunos vecinos que entraron a solicitar informaci¨®n o que quisieron hablar con los psic¨®logos.

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