Hacia un mundo sin anclajes
Paso a paso, la poes¨ªa de Clara Jan¨¦s (Barcelona, 1940) hab¨ªa ido despobl¨¢ndose de los elementos ornamentales, nunca excesivos en ella, siguiendo un proceso de acendramiento que la hab¨ªa conducido a los umbrales del "punto cero"; tanto, que su poes¨ªa futura parec¨ªa condenada a la reiteraci¨®n de un lenguaje trasl¨²cido y casi desprovisto de su capacidad de representar, y a la insistencia en unos motivos que, por su naturaleza, reh¨²san mayores precisiones denotativas. Sin embargo, en Fractales, su ¨²ltimo libro, percibimos una reiteraci¨®n que no significa redundancia. La poes¨ªa de la autora, de impecable y hasta monocorde coherencia, a¨²n mostraba en sus ¨²ltimos libros el tenue dibujo de un peculiar camino de perfecci¨®n, tanto en Los secretos del bosque (2002), donde las escasas incitaciones pasionales iban depur¨¢ndose hasta quedar suspendidas en una zona de ingravidez, como en Paralajes, de ese mismo a?o, que reconstru¨ªa la plenitud del tiempo originario de la infancia (Caverna del arco iris) para terminar entonando un canto hipn¨®tico a la ebriedad del ser.
FRACTALES
Clara Jan¨¦s
Pre-Textos. Valencia, 2005
80 p¨¢ginas. 12 euros
El desarrollo anterior permit¨ªa prever la desembocadura en Fractales, donde se detienen los elementos de progresi¨®n tem¨¢tica de sus libros anteriores. Aunque a¨²n asoman algunos s¨ªmbolos de la itinerancia ("yo parto hacia el bosque / del desasimiento"), en esta ocasi¨®n las huellas de la jornada purgativa ceden ante la superior presencia de emblemas referidos al punto de llegada: una tierra de nadie, de nada, de la que se han eliminado elementos adventicios, esquinas argumentales, grumos de la ret¨®rica. "En la nada, / en pos de nada": tales son las coordenadas de un estado del alma en el que se conjuntan la posada y el camino, y donde el vac¨ªo se da la mano con la noche, esa fuente de reminiscencias en que resuenan ecos m¨ªsticos del santo de las nadas ("para mis lazos amantes / unas cuevas de leones"). Pero los trazos estrictamente personales de este universo no impiden que el libro sea, tambi¨¦n, un homenaje a determinados artistas que contaminan sensitivamente a la autora (quien llega a escribir por ello algunos poemas en italiano); as¨ª el caso de Ungaretti, al que se dedica una secci¨®n entera del volumen. Estructurado en cuatro apartados, el libro se compone de poemas homog¨¦neos, con versos muy cortos y libres de las marcas de un comp¨¢s m¨¢s o menos prefijado. La inexistencia de estas columnas acentuales impide una lectura, si no previsible, al menos pautada musicalmente. Sin otra apoyatura que la trama simb¨®lica de la quietud, el lector debe aceptar de principio habitar un espacio de pasividad y recogimiento: un lugar sin anclajes donde "queda el aire / como ¨²nico soporte", se pierden las referencias usuales y "el pie / ya no hace pie", disueltas en el reverbero las se?ales de lo conocido.
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