La paz de la desconfianza
El IRA empez¨® hace 25 a?os su evoluci¨®n desde el terrorismo hacia el combate pol¨ªtico y pac¨ªfico
El IRA s¨®lo ha sido noticia durante 24 horas. El anuncio de que el grupo terrorista irland¨¦s ha decidido abandonar la violencia para abrazar la v¨ªa democr¨¢tica acapar¨® los informativos de las televisiones brit¨¢nicas el jueves y las portadas de los diarios del viernes, pero ayer hab¨ªa desaparecido por completo de la primera p¨¢gina de la prensa londinense, que le dedicaba espacios muy menores, perdidos en las p¨¢ginas interiores. Es una se?al buena y mala al mismo tiempo. Buena, porque es indicio de que el anuncio se daba por descontado y no ha sorprendido tras a?os de penosa gestaci¨®n. Mala, porque es tambi¨¦n se?al de hast¨ªo e indiferencia, de la desconfianza que siguen generando los republicanos, que en lugar de decaer ha ido m¨¢s bien en aumento desde que se firmaron los acuerdos de paz de Viernes Santo en 1998.
El conflicto del Ulster preocupa ya mucho menos que el terrorismo islamista
Ahora mismo, el conflicto de Irlanda del Norte interesa m¨¢s en Espa?a que en el Reino Unido o incluso en Irlanda. Los espa?oles ven en el proceso irland¨¦s la esperanza de que alg¨²n d¨ªa lleve a ETA a imitar al IRA y declarar que el terrorismo ha terminado y que s¨®lo a trav¨¦s de la democracia puede alg¨²n d¨ªa alcanzar sus objetivos. Por muy distintos que sean el problema vasco y el conflicto del Ulster en t¨¦rminos pol¨ªticos, sociales o geogr¨¢ficos, el proceso de paz de Irlanda del Norte es al fin y al cabo una manera de acabar con el imperio del terror y abrazar la v¨ªa pol¨ªtica sin que nadie renuncie a sus objetivos.
La relativa indiferencia con que ha sido acogido el anuncio del IRA es consecuencia de tres cosas. Ante todo, porque el conflicto del Ulster preocupa ya mucho menos que el terrorismo islamista, que hace tres semanas provoc¨® en Londres una carnicer¨ªa muy superior a cualquiera de los atentados del IRA o de los lealistas protestantes en 35 a?os. Segundo, porque la decisi¨®n del IRA no ha sido algo repentino, sino un proceso evolutivo lent¨ªsimo que empez¨® a principios de los a?os ochenta y tuvo su punto ¨¢lgido en los acuerdos de Viernes Santo de 1998, pero que entr¨® entonces en una fase de taca?er¨ªa pol¨ªtica gestionada por Gerry Adams, el republicano de las dos gorras, la del brazo militar (el IRA) y la del brazo pol¨ªtico (el Sinn Fein), que ha ido administrando el desarme con cuentagotas para ir ampliando su base electoral.
El conflicto de Irlanda del Norte ha atravesado cuatro fases diferenciadas. Los a?os setenta fueron los m¨¢s duros y los m¨¢s sangrientos. M¨¢s de 2.300 muertos entre 1969 y 1981, a raz¨®n de 177 cad¨¢veres al a?o. Son los tiempos del Domingo Sangriento, el Viernes Sangriento, las bombas en dos pubs de Birmingham, la matanza de 18 soldados brit¨¢nicos en Warrenpoint.
En 1981, la huelga de hambre de Bobby Sands y otros presos del IRA en la c¨¢rcel de Maze marca el inicio de la evoluci¨®n pol¨ªtica de los republicanos. Gerry Adams y Martin McGuinness, que se hab¨ªan hecho con el dominio del Sinn Fein, empezaban ya a digerir la evidencia de que nunca echar¨ªan al Ej¨¦rcito brit¨¢nico con la fuerza de las armas. El Sinn Fein fue tomando un papel cada vez m¨¢s relevante. Esa segunda etapa, que se extiende hasta 1993, est¨¢ a¨²n marcada por un alto nivel de violencia (m¨¢s de mil muertos, unos 85 de media anual), pero se va configurando el escenario de la negociaci¨®n. Son los a?os de la bomba en el Grand Hotel de Brighton (1984), donde se alojaban Margaret Thatcher y su Gobierno durante un congreso tory, del ataque con morteros al sal¨®n del Gabinete, reunido en Downing Street (1991). Son tambi¨¦n los a?os del Acuerdo Anglo Irland¨¦s (1985), de las primeras conversaciones del l¨ªder de los cat¨®licos moderados del SDLP, John Hume, con Gerry Adams (1988), que se reproducir¨¢n en abril de 1993 y desembocar¨¢n en las negociaciones de paz.
Las negociaciones, que conforman la tercera etapa del conflicto, durar¨¢n a?os. El 15 de diciembre de 1993, el primer ministro brit¨¢nico John Major y su hom¨®logo irland¨¦s, Albert Reynolds, firman la Declaraci¨®n de Downing Street en la que invitan al Sinn Fein a sumarse al proceso pol¨ªtico si el IRA paraliza tres meses su campa?a. El IRA anuncia un alto el fuego el 31 de agosto de 1994 que interrumpe en febrero de 1996 con la bomba en los Docklands de Londres y reanuda en julio de 1997. En abril de 1998 se firman los Acuerdos de Viernes Santo. Para entonces, el conflicto ha costado ya m¨¢s de 3.600 vidas, incluidas las de 1.200 civiles cat¨®licos, 1.000 soldados o polic¨ªas brit¨¢nicos, 700 civiles protestantes, casi 400 militantes republicanos y casi 150 paramilitares protestantes.
Pero es entonces cuando se abre la etapa m¨¢s frustrante, la que desemboca en el desencanto y la frialdad ciudadana y en la par¨¢lisis pol¨ªtica que han caracterizado al Ulster hasta el anuncio potencialmente hist¨®rico del jueves: el abandono de las armas e inutilizaci¨®n de los arsenales por parte del IRA.
El desarme ha sido el gran problema desde los Acuerdos de Viernes Santo. Los unionistas aceptaron a rega?adientes firmarlos sin desarme previo y confiaron en las garant¨ªas del primer ministro, Tony Blair, de que llegar¨ªa en menos de tres a?os. Pero los republicanos han utilizado el desarme como herramienta de chantaje pol¨ªtico. La primera gran crisis lleg¨® en el verano de 2001, cuando el entonces l¨ªder del moderado Partido de los Unionistas del Ulster (UUP) y ministro principal del Gobierno aut¨®nomo, David Trimble, amenaz¨® con bloquear las instituciones si el IRA no se desarmaba. El IRA realiz¨® entonces un primer acto de desarme en octubre.
Para los republicanos era un momento hist¨®rico por su alto valor simb¨®lico: en el pasado hab¨ªan dicho que jam¨¢s entregar¨ªan "ni una bala, ni una onza de explosivos". Pero ese acto no tuvo m¨¢s testigos que los miembros de la comisi¨®n internacional independiente encargada de controlar el desarme, encabezada por un general canadiense retirado, John de Chastelain. Eso no hizo m¨¢s que fomentar la desconfianza de la comunidad protestante porque no se dijo ni qu¨¦ tipo ni cu¨¢ntas armas hab¨ªan sido puestas fuera de uso. Desde entonces ha habido dos actos parciales de desarme, recibidos cada vez con m¨¢s escepticismo.
En paralelo a ese desencanto, las dudas de la poblaci¨®n y los pol¨ªticos se acrecentaron por la persistencia de la llamada "violencia de baja intensidad". Desde los acuerdos de Viernes Santo no ha habido m¨¢s atentados del IRA. La bomba de Omagh, que el 15 de agosto de 1998 mat¨® a 29 personas, incluido el ni?o espa?ol Fernando Blasco, fue el atentado m¨¢s sangriento de todo el conflicto, pero la obra de un grupo disidente, el IRA Aut¨¦ntico. Sin embargo, ha seguido habiendo muertes y palizas en las barriadas m¨¢s conflictivas. Muchos de los voluntarios del IRA han ido evolucionando del terrorismo pol¨ªtico a la delincuencia com¨²n, son matones del barrio, imponen palizas de castigo, mutilaciones, disparos en las manos, los codos, los pies o las rodillas para sancionar a los que consideran desviados.
Escuchas telef¨®nicas
Ha habido tambi¨¦n episodios concretos que han contribuido a decepcionar y radicalizar a los votantes. Tres militantes del Sinn Fein fueron capturados en Colombia, en territorio de la guerrilla, en agosto de 2001. Ellos dijeron que estaban instruyendo a la guerrilla para abrazar el proceso pol¨ªtico. Pero los unionistas siempre han pensado que estaban all¨ª probando nuevo armamento porque era pol¨ªticamente arriesgado seguir haci¨¦ndolo en Irlanda. Tambi¨¦n se atribuy¨® al IRA el asalto al cuartel general del espionaje policial en Castlereagh, Belfast, en marzo de 2002. O las escuchas telef¨®nicas detectadas en despachos de diputados unionistas y del ministro brit¨¢nico para Irlanda del Norte en la sede del Parlamento aut¨®nomo, en Stormont, en oto?o de ese a?o.
Como consecuencia de todas esas crisis, Londres decidi¨® suspender la autonom¨ªa en octubre de 2002 porque de lo contrario se habr¨ªa forzado a expulsar al Sinn Fein del Ejecutivo aut¨®nomo, poniendo en peligro la fidelidad republicana al proceso de paz. Pero eso reforz¨® la radicalizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica. Desde entonces, el Sinn Fein no ha parado de crecer en t¨¦rminos electorales, arrebat¨¢ndole la posici¨®n de primer partido cat¨®lico al m¨¢s moderado SDLP. Los unionistas radicales del reverendo Ian Paisley, el Partido Unionista Democr¨¢tico (DUP), han borrado del mapa electoral al m¨¢s moderado Partido Unionista del Ulster (UUP), que dirig¨ªa el ahora defenestrado y ex ministro principal David Trimble. Trimble sufri¨® incluso la humillaci¨®n de perder en las pasadas elecciones de mayo su esca?o en el Parlamento de Westminster, un aut¨¦ntico trauma para un unionista. La autonom¨ªa a¨²n sigue suspendida. Pero el IRA dio el jueves por fin un paso firme para que pueda ser restablecida.
Gobernar en el norte y el sur
Dicen que la ambici¨®n secreta de Gerry Adams es ser presidente de Irlanda. Pero su ambici¨®n inmediata es entrar en coaliciones de Gobierno al norte y sur de la isla. Ha dado ya el primer paso: convertir al Sinn Fein en el primer partido del electorado cat¨®lico del Ulster, lo que le otorga la vicepresidencia del Gobierno aut¨®nomo el d¨ªa en que sea restablecido. Pero para que vuelva la autonom¨ªa deber¨¢ ganarse antes la confianza, o al menos el consentimiento, de Ian Paisley, el pastor protestante que odia profundamente a los republicanos.
Paisley, que nunca ha apoyado el proceso de paz, es ya un hombre mayor, aunque todav¨ªa en¨¦rgico, al que no le importar¨ªa culminar su larga carrera pol¨ªtica y su vida f¨ªsica como ministro principal de Irlanda del Norte. Aunque radicalmente probrit¨¢nico, siempre ha sido mucho m¨¢s autonomista que el moderado David Trimble. Si el IRA realmente se desarma y cesa la violencia de baja intensidad y la actividad ligada a la criminalidad, tarde o temprano Paisley admitir¨¢ que se dan las condiciones para aceptar al Sinn Fein en el Gobierno, se atribuir¨¢ a su intransigencia el cambio de posici¨®n del IRA y permitir¨¢ que se reinstauren las instituciones auton¨®micas.
Si todo ese escenario se cumple, Adams estar¨¢ en condiciones de aspirar a cumplir su segunda ambici¨®n: que el Sinn Fein gobierne en la Rep¨²blica de Irlanda en coalici¨®n con el Fianna Fail del primer ministro Bertie Ahern. Quiz¨¢s todav¨ªa no tras las pr¨®ximas elecciones irlandesas, previstas para 2006, pero probablemente s¨ª en las siguientes.
Al anuncio del Sinn Fein no son ajenos dos importantes incidentes: el robo, ligado al IRA, en la sede central del Northern Bank en Belfast y el caso McCartney, en el que un grupo de mujeres republicanas de toda la vida se levant¨® contra el IRA.
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