El arte de comprimir novelas

El nombre de la canadiense Alice Munro

suena cada vez con m¨¢s insistencia como ganadora del Premio Nobel. Es considerada una de las mejores cuentistas vivas en lengua inglesa y presume de haber ganado en tres ocasiones el Governor General's Award, la m¨¢xima distinci¨®n literaria de Canad¨¢.

Naci¨® en 1931 en Wingham (Ontario), en el seno de una familia de granjeros. Obtuvo una beca para estudiar en la universidad, pero antes de acabar abandon¨® para casarse con otro estudiante, James Munro, con el que tuvo tres hijos. Regent¨® una librer¨ªa en Victoria y, separada de James, volvi¨® a casarse con un ge¨®grafo.

Tan s¨®lo ha escrito una novela, pero sus cuentos funcionan como si lo fuesen. Son novelas comprimidas, sin personajes secundarios, ni periodos de transici¨®n. Puede abarcar 30 a?os de vida deteni¨¦ndose en unos breves recuerdos. Salta de unos a otros y, al desbatar la cronolog¨ªa anticipando consecuencias, sus relatos resultan muy complejos.

En Espa?a se han publicado seis de sus libros: Las lunas de J¨²piter (1990), Amistad de juventud (1991), El progreso del amor (1996), Secretos abiertos (1996), El amor de una mujer generosa (2002) y Odio, amistad, noviazgo, amor y matrimonio (2003).

El pasado mayo Munro recibi¨® el V Premio Reino de Ronda, instaurado por Javier Mar¨ªas, quien le otorg¨® el t¨ªtulo de "duchess de Ontario". El jurado -formado, entre otros, por Coppola, Magris y Almod¨®var- destac¨® "su magn¨ªfica creaci¨®n de personajes femeninos, en apariencia corrientes pero de enorme profundidad en un marco (...) que ha logrado dotar de una dimensi¨®n equivalente a las ficticias regiones de William Faulkner y de Thomas Hardy".