La celebraci¨®n
Al igual que los tres j¨®venes de Babilonia cuando, dentro del horno en donde iban a ser calcinados, invitaban a las criaturas a bendecir al Se?or, Olivier Messiaen elev¨® su himno de alabanza desde un campo de concentraci¨®n nazi. Capturado por los alemanes en el a?o 40, quiso lo que llamamos azar que llevara consigo partituras de Stravinski. Bach, Ravel, Berg y Beethoven; que un guardi¨¢n sorprendiera este preciado contrabando y que el comandante del campamento, al enterarse, le pidiera que compusiese un concierto y le facilitara un cuarto individual y papel pautado. Y as¨ª fue como en un mundo convulso y ensangrentado, desde una circunstancia personal precaria y amenazada, se produce un milagro y surge el Cuarteto para el fin de los tiempos. Pese a la dram¨¢tica situaci¨®n en el que fue gestado, Messiaen no se deja vencer y como un taumaturgo extrae un hilo de oro del laberinto de la angustia y arrebata diamantes de la oscuridad. Este acto de esperanza es un testimonio de libertad que debe analizarse, seg¨²n el cr¨ªtico Delannoy, como un proceso m¨ªstico, pero tambi¨¦n puede considerarse como un mensaje de consuelo para sus compa?eros de infortunio y un tributo a sus sufrimientos. El Concierto fue estrenado en el Campamento de Stlag ante 5.000 personas entre prisioneros y guardianes. Aunaba un piano desvencijado, un chelo de tres cuerdas, un viol¨ªn y un clarinete -protagonista este ¨²ltimo de la primera pieza minimalista- en una combinaci¨®n ins¨®lita, plena de energ¨ªa y de deslumbrantes constataciones. Partiendo de las visiones del cap¨ªtulo X del Apocalipsis, el Cuarteto irrumpe con una innovadora concepci¨®n de las estructuras r¨ªtmicas que culmina su m¨²sica precedente: Messiaen ha encontrado una forma original de revelar lo que sabe en secreto. En 1942, publicar¨¢ Tecnique de mon langage musical explicando sus hallazgos convencido de que hab¨ªa encontrado una manera de trasladar a sus audiencias "m¨¢s cerca de la infinitud".
Su respeto hacia la naturaleza era genuino, por eso conoc¨ªa lo que tiene de terrible, violento y cruel y no lo solapaba
El nacimiento de Olivier Messiaen, en Avi?¨®n en 1908, fue celebrado con el poemario L'?me en bourgeon, que le dedic¨® su madre, la poetisa C¨¦cile Sauvage. La impronta de este emotivo libro, rico en sorprendentes im¨¢genes, perdur¨® en el compositor que produjo la obra m¨¢s misteriosa y sugestiva del siglo XX. Su padre era traductor de poes¨ªa inglesa, y en la casa se acostumbraba a escenificar pasajes de los dramas de Shakeaspeare como juego: no es de extra?ar que, a los nueve a?os, Olivier titulase La dama de Shalott, el m¨ªtico personaje cantado por Tennyson, a su primera composici¨®n para piano. A ello puede deberse tambi¨¦n la inquietante poes¨ªa que presidir¨ªa sus futuras obras: Liturgia de cristal, El abismo de las aves, Danza de las Furias para Siete Trompetas, Arcoiris para el ?ngel que anuncia el fin de los tiempos nombrando las secciones de Cuarteto, son buenos ejemplos. Admiti¨® adem¨¢s: "En todas mis obras con texto siempre he escrito yo las palabras".
Olivier estudia armon¨ªa con Gibon, se interesa por la naturaleza, ama a los p¨¢jaros y va descubriendo que los colores que ve en los sonidos y la m¨²sica que oye en los colores no son percibidos por los dem¨¢s. M¨¢s tarde, explicar¨ªa los ritmos no retrogradables como las disposiciones del color en las alas de las mariposas y anotar¨ªa en las partituras de Colours de la cit¨¦ c¨¦leste, por ejemplo, indicaciones como: "Esmeralda verde y amatista violeta" para los clarinetes. Declarar¨ªa tambi¨¦n: "Pinto los colores para aquellos que jam¨¢s los han visto", o: "Los acordes se expresan en t¨¦rminos de color para m¨ª".
A los 11 a?os recibe de su maestro un hermoso y delicado regalo: la partitura de Pel¨¦as y Melisande, poema que elabor¨® Maeterlinck en el fino l¨ªmite entre la palabra y el silencio, convertido por Debussy en la m¨¢s bella ¨®pera del XIX. Esa m¨²sica, lejos de todo ¨¦nfasis, que no ilustra un drama sino que penetra en ¨¦l, decidi¨® la consagraci¨®n a la m¨²sica del joven Messiaen y fue determinante en el futuro desarrollo de su obra. A partir de entonces se inicia la b¨²squeda de "una m¨²sica resplandeciente" que diera "al sentido auditivo placeres voluptuosamente refinados".
Finalizado su aprendizaje en el Conservatorio de Par¨ªs con Dukas, Dupr¨¦ y Style, es organista en la Santa Trinidad y maestro de la Schola Cantorum. Estrena sus primeras composiciones y contin¨²a investigando, tarea que le ocupar¨¢ el resto de su vida. La m¨²sica griega, la sirga hind¨², el canto gregoriano, la acentuaci¨®n de Mozart, la r¨ªtmica de Debussy, la modernidad de Stravinski y las posibilidades de las Ondas Martenot se simultanean con sus estudios de ornitolog¨ªa. Clasific¨® los p¨¢jaros de Francia dando lugar a los siete vol¨²menes de piezas para piano, Cat¨¢logue des oiseaux. Presidente de la Organizaci¨®n Mundial de Ornit¨®logos, viajar¨ªa por el mundo grabando, con perseverante entusiasmo, raras variedades de aves. Las llama "peque?os profetas del mundo inmaterial" y no las considera una an¨¦cdota en la composici¨®n o un ejercicio virtuoso, sino el propio motivo. Las inserta en los sonidos que las circundan: El p¨¢jaro bate sus alas, ondulaciones del agua, noche, y otras anotaciones similares aparecen sobre el pentagrama. Las aves est¨¢n presentes en toda su m¨²sica, adem¨¢s de expl¨ªcitamente y en los m¨¢s distintos contextos, por la inspiraci¨®n innegable que ejercieron sobre su proyecto creativo. Elegir a san Francisco de As¨ªs, el "m¨ªnimo y dulce" fraile que conoc¨ªa la lengua de los p¨¢jaros y se dec¨ªa hermano de todas las criaturas, como sujeto para una ¨®pera, confirma ese amor suyo por la naturaleza que le confiere entre sus contempor¨¢neos, divididos en neocl¨¢sicos y dodecaf¨®nicos, independencia y singularidad. "La naturaleza es una caja de tesoros con sonidos, colores, formas y ritmos...". ?l traslad¨® las rocas rojoanaranjadas de Uthat a la b¨®veda nocturna con su De los ca?ones a las estrellas, y en justa correspondencia un monte de ese Estado lleva su nombre. No hay que enga?arse, sin embargo: su respeto hacia la naturaleza era genuino, por eso conoc¨ªa lo que tiene de terrible, violento y cruel y no lo solapaba.
Tras la guerra, imparte sus lecciones en el conservatorio a alumnos sobresalientes: Stockhausen, Xenakis y Boulez... que, aunque tomaron distintas direcciones, su deuda es reconocible: Boulez aprende de su brillantez r¨ªtmica, y Stockausen se impregna de su espiritualidad. Xenakis es su enlace con la m¨²sica electr¨®nica.
En 1949, Bernstein dirige su Sinfon¨ªa Turingalila, compuesta para las Ondas Martenot. Mauricio Martenot, creador de esta caja maravillosa, se hab¨ªa propuesto desde ni?o "escuchar el sonido que saliera del silencio", y ¨¦ste era el resultado: nunca se hab¨ªa sentido al sonido flotar como si fueran colores en movimientos o formas cambiantes. El sonido irreal de la m¨²sica electr¨®nica fascinaba a Messiaen. Al igual que los instrumentos de resonancia extendida, como la campana o el gong, le proporcionaba esta ilusi¨®n extraterrena que ¨¦l persegu¨ªa. Tambi¨¦n para las Ondas, combin¨¢ndolas con coros, escribi¨® Tres peque?as liturgias. La creaci¨®n de atm¨®sferas que transportan al no-tiempo de la meditaci¨®n, el efecto m¨ªstico de los sonidos de la naturaleza y la claridad y sencillez oriental de las estructuras tonales est¨¢ticas son logros suyos que m¨¢s tarde inspirar¨¢n a la m¨²sica electr¨®nica de la New Age.
Indisoluble de la obra de Messiaen es su honda fe religiosa. Era cat¨®lico, pero no compuso misas ni himnos rituales; no obstante, en su m¨²sica subyace una patente devoci¨®n y una voluntad de elevaci¨®n hacia "la eternidad en el espacio". En el episodio evang¨¦lico del encuentro de Jes¨²s con la samaritana ella atribuye la causa de la enemistad de su pueblo con el jud¨ªo porque: "Nuestros padres dieron culto a Dios en este monte y vosotros dec¨ªs que es en Jerusal¨¦n donde se le debe dar culto", a lo que el Maestro le responde: "Pero llega el momento, es ahora cuando los verdaderos adoradores dar¨¢n el culto al Padre en esp¨ªritu y en verdad". La obra de Messiaen brota de ese templo sagrado del coraz¨®n que trasciende la superficial divisi¨®n de los credos y se dilata en una fe universal.
En el 1992 muri¨® en Par¨ªs mientras orquestaba el Concert ¨¤ Quatre para cuatro solistas y orquesta en homenaje a Rostrop¨®vich y a otros artistas admirados. Esta tarea la concluy¨® su esposa, la pianista Ivonne Loriod. A ella le dedic¨® Visiones del Am¨¦n. Ese am¨¦n que tuvo en su existencia el car¨¢cter de una agradecida y constante celebraci¨®n.
El ornit¨®logo enjaulado
Olivier Messiaen ten¨ªa 31 a?os cuando Francia entr¨® en guerra contra la Alemania de Hitler.
Estaba casado y ten¨ªa un hijo de dos a?os cuando se enrol¨® voluntariamente con la secci¨®n m¨¦dica del Ej¨¦rcito franc¨¦s. Al cabo de un a?o, durante la invasi¨®n alemana en 1940 por Nancy, fue capturado y conducido en camiones de ganado a un lejano campo de concentraci¨®n. El joven compositor cruz¨® Alemania en direcci¨®n a Polonia, donde fue encerrado en el campo Stalag 8A.
Ah¨ª es donde dicen que, fruto -adem¨¢s de su genialidad- del hambre y las severas condiciones clim¨¢ticas a las que estaban expuestos los presos, tuvo sue?os y delirios sinest¨¦sicos que le conduc¨ªan a las famosas asociaciones entre color y sonido.
El 15 de enero de 1941, en el campo de concentraci¨®n polaco, se estren¨® su Cuarteto para el fin de los tiempos. Regres¨® de su cautiverio en marzo de 1941 y se convirti¨® en profesor del Conservatorio de Par¨ªs.
As¨ª, quien m¨¢s adelante ser¨ªa el presidente de la Organizaci¨®n Mundial de Ornit¨®logos, pas¨® un a?o encerrado como un p¨¢jaro al que obligaban a cantar para deleite de los que le hab¨ªan enjaulado. Y ¨¦l cant¨® su mejor obra.-DANIEL VERD?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.