"Ha sido una maniobra contra la sanidad p¨²blica"
Luis Montes parece tranquilo. Mucho m¨¢s que el pasado 11 de marzo, cuando fue relevado de jefe de urgencias del Hospital de Legan¨¦s por una denuncia an¨®nima sobre 400 homicidios. Pese a la acusaci¨®n, a la crisis desatada en la sanidad madrile?a y la alarma social, ning¨²n juez ha tomado declaraci¨®n a Montes, ning¨²n fiscal le ha llamado. Sigue trabajando como anestesista en el centro. Habla pausado. Tiene, como siempre, las ojeras marcadas, pero la barba m¨¢s recortada. Los forenses aseguran en su primer informe que es imposible saber si los pacientes murieron "por su enfermedad terminal" o por la sedaci¨®n. A falta del ¨²ltimo informe forense sobre 16 casos, Montes ha querido defender su actuaci¨®n y denunciar "el comienzo de las represalias en el hospital".
"A los m¨¦dicos nos cuesta asumir que al paciente terminal s¨®lo le podemos asistir, no curar. Por eso muchos caen en el encarnizamiento"
"Lamela ha actuado con la soberbia del poder. Reconocer su error del primer momento hubiera supuesto su marcha. Y no estaba dispuesto"
"Mi situaci¨®n judicial es nula. No me ha llamado ning¨²n juez, fiscal o inspector. Sigo trabajando de anestesista"
Pregunta. ?Ha sedado a alguien para acelerarle la muerte?
Respuesta. Para acelerar la muerte de un paciente, no.
P. ?Y alguien de su equipo?
R. No. Trat¨¢bamos los s¨ªntomas que no respond¨ªan a ning¨²n tratamiento y que s¨®lo mejoran con la sedaci¨®n. Cuando una persona llega a una urgencia con situaci¨®n terminal, con un shock por el dolor, la angustia, el ahogo... al sedarle mejora cl¨ªnicamente. Y no hay correlaci¨®n entre sedaci¨®n y muerte. Lo tengo clar¨ªsimo. Hay enfermos que pueden durar menos y hay enfermos que se alarga su existencia con la sedaci¨®n: son enfermos que mejoran, se estabilizan, mejora su tensi¨®n, mejoran, mejoran.
P. ?Todos eran terminales?
R. En eso no hay ninguna duda y todas las inspecciones coinciden. Los m¨¦dicos prescrib¨ªan la sedaci¨®n terminal a enfermos en los que hab¨ªan utilizado todo el abanico terap¨¦utico sin que mejorasen. Eran enfermos con patolog¨ªas que hac¨ªan presagiar la muerte en pocas horas. Ante el sufrimiento, se seda al paciente pero para mejorar los s¨ªntomas, para proporcionar una muerte digna. Si alguien piensa que es incorrecto, tiene que probar que el enfermo no era terminal. Pero tras cribar m¨¢s de 300 sedaciones, no ha aparecido ni uno solo.
P. ?Se pod¨ªa hacer otra cosa?
R. En un enfermo terminal hay procedimientos terap¨¦uticos para prolongar la vida: desde la ventilaci¨®n mec¨¢nica, aminas vasoactivas que mantengan las constantes vitales... Pero el paciente tiene un proceso terminal. Lo ¨²nico que haces es prolongar la vida unas horas. Si el enfermo est¨¢ consciente, supone hacerlo a cambio de un sufrimiento atroz. Eso es encarnizamiento terap¨¦utico: tomar medidas extraordinarias en un proceso terminal para alargar la vida unas horas.
P. A ning¨²n m¨¦dico se le ha criticado por eso.
R. No, porque se asume que es un principio b¨¢sico de la medicina. Los m¨¦dicos tenemos como principio curar. A los m¨¦dicos nos cuesta asumir que al paciente terminal s¨®lo le podemos asistir, no curar. Por eso muchos caen en el encarnizamiento.
P. ?C¨®mo se encuentra?
R. Esperaba encontrarme mucho peor pero estoy tranquilo. Muy preocupado por la situaci¨®n del hospital, pero en l¨ªneas generales, bien.
P. ?Por qu¨¦ no habl¨® antes?
R. Pens¨¦ que no ten¨ªa que salir a defenderme y que estar en los medios de comunicaci¨®n me iba a quemar. A falta del ¨²ltimo informe forense, creo que el caso empieza a estar claro y que debo defender a mis compa?eros porque empiezan a sufrir represalias por apoyarme.
P. ?C¨®mo lo ha pasado?
R. Los primeros dos meses estaba bastante tocado porque fue una sorpresa. Tres auditor¨ªas previas no hab¨ªan hallado nada y me cost¨® comprender la violencia de mi cese. El 11 de marzo sal¨ª del despacho escoltado por un guardia jurado. Me hicieron salir por la capilla del hospital. Fue muy traum¨¢tico.
P. Sigue trabajando en el hospital.
R. Estoy en mi plaza de anestesista en Legan¨¦s y recicl¨¢ndome en el quir¨®fano porque hac¨ªa seis a?os que no practicaba.
P. ?Los enfermos se asustan al verle?
R. El contacto del anestesista con el paciente es muy corto: una presentaci¨®n antes de la anestesia y despu¨¦s algo en la reanimaci¨®n. Quien se ha acercado a m¨ª lo ha hecho para mostrar solidaridad. Supongo que otros no hablan y se guardan su opini¨®n.
P. ?Y su situaci¨®n judicial?
R. Mi situaci¨®n judicial es nula, que es la que tiene que ser. No me ha llamado ning¨²n juez, fiscal o inspector. Me cuesta entender los tiempos judiciales. Con la alarma social que cre¨® el caso, esperaba que los ¨®rganos judiciales actuasen con m¨¢s rapidez.
P. ?Est¨¢ imputado, ha declarado, se le ha acusado de algo?
R. Nada, nada, nada. Ha habido una campa?a basada en una denuncia an¨®nima de 400 homicidios de las asociaciones de pacientes Avinesa y Adepa. De esos 400 casos, s¨®lo ha habido una denuncia de unos familiares. Ese caso lo investiga un juzgado. Lo trat¨® correctamente un m¨¦dico de urgencias. Hubo un informe de los inspectores de la consejer¨ªa que no hall¨® mala praxis. Despu¨¦s, el consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, cre¨® un comit¨¦ de expertos que afirm¨® que hab¨ªa 73 sedaciones dudosas. Con ese dictamen, la consejer¨ªa empez¨® una acci¨®n judicial y el fiscal encarg¨® a la cl¨ªnica forense que analizase las historias.
P. ?Qu¨¦ dijeron?
R. De las primeras 25, los forenses descartaron inmediatamente 17 y de las otras 13 dijeron que la muerte no se pod¨ªa atribuir a la sedaci¨®n y que todos eran pacientes terminales. Las nuevas 73 historias de la comisi¨®n de expertos se han reducido a 16 y estamos a la espera del dictamen forense. Espero que sea tan objetivo y riguroso como el anterior y que se archive el caso. La consejer¨ªa me abri¨® un expediente junto a otros tres m¨¦dicos pero est¨¢ paralizado a la espera de que se resuelva la v¨ªa judicial.
P. ?C¨®mo est¨¢ el hospital?
R. La situaci¨®n est¨¢ complicada. En un primer momento se rompi¨® la confianza entre el hospital y sus usuarios. La manifestaci¨®n de los vecinos de Legan¨¦s a favor del hospital nos ayud¨® a cambiar esa situaci¨®n. Despu¨¦s hubo silencio mientras trabajaban fiscales y forenses. Y ahora estamos en una situaci¨®n represiva. Es represi¨®n bajo cuerda, con amenazas veladas, para debilitar la confianza de los m¨¦dicos. Quieren que el foco de conflicto de Legan¨¦s se apague. Est¨¢n tomando medidas que parecen irrelevantes pero que no tienen precedentes. Han obligado al jefe de intensivos y a otro m¨¦dico de urgencias a tomar vacaciones en el mes de agosto. Esa decisi¨®n la toma el nuevo jefe de urgencias e intensivos, una figura nueva en Madrid, nombrado por la consejer¨ªa. Es la primera vez que la consejer¨ªa nombra a un jefe de servicio, normalmente es potestad de la direcci¨®n del hospital.
P. Lamela llev¨® el caso a la fiscal¨ªa y cuando ¨¦sta parec¨ªa que lo iba a descartar, lo denunci¨® ante el juez y desactiv¨® la investigaci¨®n del fiscal. ?Qu¨¦ le parece?
R. Lamela ha actuado con la soberbia del poder. Reconocer su error del primer momento hubiera supuesto su marcha. Y no estaba dispuesto. Pero es ingenuo pensar que es s¨®lo Lamela, cuando tiene detr¨¢s al Gobierno regional. Creo que es una maniobra contra la sanidad p¨²blica, como antes fue la educaci¨®n. Un diputado regional del PP dijo hace poco: "Si al final resulta que hay un caso, estar¨¢n justificadas todas las medidas". Han pasado de una acusaci¨®n de 400 homicidios a uno. Hay diferencia.
P. ?Puede aparecer un caso dudoso o sin consentimiento?
R. Mmm, no. Lo dudo. No. Si hay alguno dudoso ser¨¢ por falta de anotaciones en la historia cl¨ªnica. La presi¨®n asistencial en urgencias es mayor que en planta y las historias son menos rigurosas. Puede haber alguna historia que haya que aclarar por falta de anotaciones, pero no porque no fuera un enfermo terminal.
P. El comit¨¦ de expertos de Lamela dijo, tras estudiar las historias, que las dosis eran muy altas.
R. Si estuvi¨¦semos mat¨¢ndolos, no anotar¨ªamos la dosis en la historia. En estos casos no hay dosis m¨¢xima, hay que poner la que necesita el paciente. Dicen que la supervivencia media de los pacientes sedados era entre nueve y 72 horas. Si hubiera sido eutanasia, son 10 minutos. En la eutanasia, un paciente consciente y con una enfermedad cr¨®nica quiere acabar con su vida. ?se no acude a una urgencia. Aqu¨ª eran pacientes terminales que llegaban en ambulancia. Les pon¨ªamos su tratamiento y si alguno no mejoraba, lo correcto es darle la dosis necesaria para mejorar los s¨ªntomas. Si eso es llevarle a una narcosis o a una inconsciencia, est¨¢ justificado.
P. ?Aunque acelere la muerte?
R. No est¨¢ claro que acelere la muerte, pero, aunque la acelerase, estar¨ªa justificado. No acortas la vida, acortas la agon¨ªa. La vida est¨¢ relacionada con calidad. Sin calidad, hay una situaci¨®n ag¨®nica, eso no es vida.
P. ?Se hac¨ªa con consentimiento de la familia?
R. Siempre, siempre, siempre. Antes de sedar a un paciente se hablaba con la familia. Le dec¨ªamos que al fallar todos los tratamientos, lo mejor era que el enfermo no sufriera m¨¢s y que sedarle evitar¨ªa los s¨ªntomas.
P. ?Qu¨¦ respond¨ªan?
R. Lo agradec¨ªan. Los familiares son los primeros que saben que est¨¢n ante una situaci¨®n terminal, por un c¨¢ncer o por otra enfermedad, conocen el deterioro del paciente en los ¨²ltimos meses. Muchas veces apenas hay que hablar, hay un entendimiento t¨¢cito. Los familiares te dicen: "Doctor, no puede estar en esta situaci¨®n, est¨¢ sufriendo".
P. Todo se ha centrado en usted, pero una veintena de m¨¦dicos de urgencias practic¨® sedaciones.
R. Es posible que yo haya firmado como segundo m¨¦dico muchos tratamientos, porque se exig¨ªan dos firmas desde la primera denuncia, en 2002. Yo no ve¨ªa a pacientes, pero era el responsable de los enfermos sedados. La acusaci¨®n de 400 homicidios obliga a imaginar un servicio entero confabulado durante a?os para matar pacientes. A nadie se le ocurre.
P. ?Por qu¨¦ sedaban en urgencias? Muchos m¨¦dicos dicen que no es el lugar m¨¢s adecuado.
R. Ten¨ªamos unas habitaciones especiales en las que pod¨ªa estar la familia, con m¨¦dicos 24 horas. En este hospital, eso s¨®lo se cumpl¨ªa en urgencias. Las cuatro camas de cuidados paliativos estaban atendidas por un internista que estaba de guardia desde las tres de la tarde a las siete de la ma?ana y que atend¨ªa m¨¢s de 120 enfermos. Si se dio en la urgencia es un problema de las autoridades. El hospital atend¨ªa 430.000 habitantes aunque estaba dise?ado para la mitad. Ten¨ªamos el peor ¨ªndice de camas por habitante de Madrid y a las ocho de la ma?ana, en urgencias, hab¨ªa todos los d¨ªas 20 o 25 enfermos a la espera de cama en planta. No hab¨ªa camas para los terminales y los ten¨ªamos que tratar.
P. La mortalidad en urgencias era muy alta.
R. El ¨ªndice de mortalidad del hospital es similar o menor al de otros centros. No se puede subir ni bajar. En 2003 recibimos un premio por la baja mortalidad. Se mor¨ªan m¨¢s en urgencias porque no hab¨ªa camas en planta. Una de las primeras medidas tras mi relevo fue que nadie se muriese en urgencias. Ahora siempre aparecen camas en planta. Se suben a toda prisa para que nadie muera en urgencias. Mueren los mismos, pero mueren en planta.
P. ?Qu¨¦ ha sido lo peor?
R. Lo mal que lo ha pasado la gente de urgencias, de verdad. He tenido momentos muy bonitos: la solidaridad de los amigos y del hospital ha sido tremenda, pero los m¨¦dicos y enfermeras que siguieron en urgencias han sufrido mucho. Aunque yo fuese la cabeza visible, se acusaba a todo el equipo.
P. ?Se ha sentido apoyado?
R. Por el hospital, s¨ª. No tengo palabras para expresar mi agradecimiento al personal del hospital. Los sindicatos corporativos o el colegio de m¨¦dicos han estado desde el primer momento con la consejer¨ªa. El apoyo de la clase m¨¦dica ha sido escaso.
P. ?Qui¨¦n pone esa denuncia an¨®nima con dosis, fechas y nombres? ?Es por motivos ideol¨®gicos, religiosos o laborales? Porque dicen que usted era muy exigente como jefe.
R. Es dif¨ªcil de explicar. Creo que ha sido un conjunto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Centros salud
- Declaraciones prensa
- Medicina dolor
- Caso Sedaciones Irregulares
- Luis Montes
- Urgencias
- VII Legislatura CAM
- Hospital Severo Ochoa
- Atenci¨®n primaria
- Gobierno Comunidad Madrid
- Muerte digna
- Consejer¨ªas auton¨®micas
- Parlamentos auton¨®micos
- Personal sanitario
- Hospitales
- Enfermos terminales
- Enfermos
- Medicina paliativa
- Gobierno auton¨®mico
- Casos judiciales
- Parlamento
- Asistencia sanitaria
- Especialidades m¨¦dicas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Madrid