Pasas y garbanzos: est¨ªmulo de refuerzo
En los ¨²ltimos a?os parece que hayamos ca¨ªdo en las santas manos de Confucio, y que la salsa agridulce, importada de las costumbres del Oriente, sea santo y se?a en las m¨¢s refinadas cocinas del pa¨ªs.
Sin duda exageramos, a la vez que puestos a dudar tambi¨¦n es sospechoso el origen del agridulce oriental, ya que hay estudiosos que sit¨²an su origen en los trabajadores chinos que montaron las v¨ªas de los trenes californianos y tejanos, lo cual aunque no excluye la cultura gastron¨®mica de Shangai -tan dulce ella- tampoco la confirma.
Mas lo cierto es que, sea por esa moda, sea por una inesperada vuelta a las costumbres europeas medievales o por rizar el rizo de la novedad, quien hoy no mezcla en un mismo plato sorbetes de mango con lomos de codorniz -pongamos como ejemplo-, no est¨¢ en la modernidad y se est¨¢ alejando peligrosamente del ¨¦xito
Existe otra cultura, aut¨®ctona, que nos permite combinar elementos dulces
Sin embargo, volviendo la mirada a nuestros cl¨¢sicos observamos que existe otra cultura, aut¨®ctona, que nos permite combinar elementos dulces en campos salados sin saltarnos las normas ni mucho menos faltar a la tradici¨®n, cual es la que nos trajeron los ¨¢rabes en los tiempos de su conquista y que en algunas zonas como la de nuestros arroces no se perdi¨® en la posterior reocupaci¨®n.
Las uvas con el ajoblanco, o aquella ensalada alpujarre?a que mezcla el aceite y el vinagre con la naranja y el bacalao, son claros ejemplos que nos dicen mucho de las mezclas y los contrastes, y de lo enraizada que estaba en todo el territorio la costumbre de combinar ambos sabores.
Lo importante ser¨ªa dilucidar si la causa de tales pr¨¢cticas ten¨ªa que ver con lo inmediato, es decir, con la imperiosa necesidad de comer y por tanto de echar al puchero aquello de lo que se dispon¨ªa de forma inmediata, o tiene que ver con algo m¨¢s sutil, con aquello que definen Jean Marie Amat y Jean-Didier Vincent en su estudio Una nueva fisiolog¨ªa del gusto como "un est¨ªmulo de refuerzo", y que se refiere a los alimentos que se pueden consumir sin verdadero apetito y que por tanto nunca nos sacian en plenitud.
?Ser¨¢ que sab¨ªan aquellos cocineros -los ¨¢rabes antes y los valencianos despu¨¦s- que basta saltear el empedrado campo que forman los garbanzos y el arroz con algunas dulces pasas para que comer m¨¢s de un plato del manjar no solo est¨¦ reservado a los elegidos de los dioses?
D¨®nde comerlo
Restaurante La Pla?a. Calle La Font, 1. Beniaia - Vall d'Alcal¨¤ (Alicante)
Tel¨¦fono: 96 551 44 79
Restaurante Can Broch. Plaza de Drassanes, 4. D¨¦nia (Alicante)
Tel¨¦fono: 96 521 95 74
C¨®mo hacerlo. Arroz con pasas y garbanzos
- INGREDIENTES
500 gramos de arroz
175 gramos de garbanzos remojados previamente
Nabo
Una cabeza de ajos
125 gramos de pasas
250 gramos de aceite de oliva
Azafr¨¢n
Sal
Agua
- PREPARACI?N
En una cazuela ponemos a cocer en dos litros de agua y sal, echamos el nabo, la cabeza de ajos y los garbanzos escurridos, que cocemos hasta que queden tiernos. Sacamos los garbanzos, el nabo (que se desprecia), la cabeza de ajos y el caldo, que reservamos.
En una cazuela de barro vertemos el aceite y lo calentamos un poco, a?adimos el arroz y las pasas, que habremos puesto en remojo 20 minutos antes, y lo rehogamos todo durante un par de minutos.
A continuaci¨®n, incorporamos los garbanzos y el caldo reservado de la anterior cocci¨®n, en doble cantidad que el arroz. El caldo cuando lo vertemos debe de estar hirviendo. Echamos el azafr¨¢n previamente majado con un poco del caldo. Colocamos la cabeza de ajos en el centro. Sazonamos.
Introducimos la cazuela al horno bien caliente durante unos 25 minutos.
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