Oliveira hace historia

Oliveira, ?qu¨¦ delantero! El ariete brasile?o sac¨® ayer al Betis de todas las dudas que le abocaban al desastre para ponerlo en el mejor sitio en el que ha estado jam¨¢s, en la Liga de Campeones. El brasile?o es ambicioso y hasta puede parecer chuleta en sus declaraciones de fe en s¨ª mismo. Pero ayer clasific¨® a un Betis que decidi¨® especular con su ventaja y se anul¨® durante casi todo un tiempo.

Al Betis no le cupo ni la posibilidad de acobardarse al principio. El M¨®naco, dirigido por Didier Deschamps, sali¨® trot¨®n y bland¨ªsimo. Con la ¨²nica excepci¨®n de Evra, que se vengaba del repaso que le peg¨® Joaqu¨ªn en el partido de ida con un repertorio de marruller¨ªas que iban desde el t¨ªpico codazo en el cogote al no menos conocido pisot¨®n en la parte blanda del pie con lo m¨¢s duro de la bota.

Lloren? Serra Ferrer, el t¨¦cnico verdiblanco, prefiri¨® dejarse de experimentos y utiliz¨® el mismo sistema del pasado curso, con dos mediocentros, Assun?ao y Rivera. ?ste parec¨ªa una maquinita de correr. Lo mismo aparec¨ªa en apoyo de la banda izquierda que de la derecha. Tambi¨¦n ser¨ªa que no le quedaba m¨¢s remedio, porque Assun?ao no encontr¨® su sitio en casi todo el partido.

Una de las pocas veces que Joaqu¨ªn consigui¨® quitarse el pegajoso marcaje de Evra y se fue hacia el centro del campo, se forj¨® una bonita serie de combinaciones que acab¨® con la pelota en la banda izquierda verdiblanca, en el pie izquierdo de Xisco, que templ¨® una pelota perfecta para la cabeza de Oliveira, que cruz¨® en diagonal al fondo de las redes monegascas. Un gol de dise?o, magn¨ªfico.

El M¨®naco hab¨ªa jugado de manera bastante mediocre hasta ese momento. A pesar de eso, Adebayor hab¨ªa tenido al menos un par de ocasiones claras, y otras antas Meriem y Gerard. El catal¨¢n fue el que finalmente la clav¨® en la escuadra de la porter¨ªa de Doblas. A partir de ah¨ª, el Betis sigui¨® jugando mejor, pero fue el M¨®naco el que tuvo m¨¢s oportunidades. Juanito despej¨® con la cabeza de milagro, tras deslizarse por el c¨¦sped por lo menos un metro para anular un tiro de Meriem que ya parec¨ªa gol. Por si fuera poco el ¨¢rbitro convirti¨® en penalti una falta que Evran le hizo a Melli en el ¨¢rea verdiblanca. Era el minuto 36, pero Doblas se lanz¨® con agilidad, despej¨® el disparo del franc¨¦s y el Betis respir¨®.

Pero en la segunda mitad fue Serra Ferrer el que, sorprdententemente, meti¨® la presi¨®n en su propio conjunto. Cuando a¨²n quedaba cerca de media hora de partido, el t¨¦cnico Serra Ferrer se carg¨® las bandas. Redujo as¨ª el juego de su equipo a la ¨¦pica numantina y cosas as¨ª. Arriesg¨® mucho, much¨ªsimo. Parapetarse atr¨¢s frente a un equipo que cuenta con los cent¨ªmetros de Kapo y de Adebayor y la pericia de Gerard para el remate de cabeza es abocarse a un sufrimiento continuo. Por mucho que se juegue con tres centrales.

La cosa pintaba fatal, negr¨ªsima y encima la respuesta de Deschamps a los tres centrales b¨¦ticos fue la entrada de Maoulida, que se acord¨® de lo f¨¢cil que le hab¨ªa resultado a Chevanton entrar por la izquierda en la ida. As¨ª que el hombre adelant¨® al M¨®naco a los pocos segundos de salir.

Pero si la t¨¢ctica falla, al menos queda la calidad personal e intransferible de los futbolstas. Y el Betis tiene a uno muy bueno que se llama Oliveira y que, solo como le hab¨ªan dejado, supo correr una pelota y chutar a gol entre tres defensas. Y, por supuesto, la meti¨®. Oliveira pasar¨¢ a la historia verdiblanca por solucionar el partido con el que este equipo logr¨® el mayor logro de su historia, clasific¨¢ndose para la Liga de Campeones.