Extranjeros cotizantes

El porcentaje de extranjeros entre los trabajadores inscritos en la Seguridad Social (8,7%) se aproxima ya al de los principales pa¨ªses de la UE, que ronda el 10%. Lo m¨¢s significativo de los datos ofrecidos hace dos d¨ªas por el Ministerio de Trabajo es que en el ¨²ltimo a?o, merced a la afloraci¨®n de empleos sumergidos provocada por la regularizaci¨®n extraordinaria de febrero-mayo, el n¨²mero de extranjeros cotizantes ha aumentado en 600.000. En julio, ¨²ltimo mes considerado, 4 de cada 10 nuevos cotizantes eran extranjeros. Ello hace que el n¨²mero total de afiliados alcance la cifra r¨¦cord de 18,2 millones; hace 12 a?os eran 13 millones.

En 1998, la natalidad espa?ola fue la m¨¢s baja del mundo. A fines de aquel a?o, el n¨²mero de extranjeros inscritos en la Seguridad Social era de 260.000, el 1,9% del total. Desde entonces, el aumento ha sido constante, hasta el 8,7% actual. Con un modelo basado en la construcci¨®n y el turismo, que absorben mucha mano de obra, casi nadie discute hoy el papel determinante de la inmigraci¨®n (la m¨¢s alta de la UE) en el fuerte crecimiento espa?ol de la ¨²ltima d¨¦cada. El 25% de los extranjeros cotizantes de r¨¦gimen general trabaja en la construcci¨®n, y el 20%, en hosteler¨ªa.

La otra cara del fen¨®meno es la necesidad de adaptar nuestro Estado de bienestar a ese crecimiento de la poblaci¨®n, incluyendo las necesidades de integraci¨®n de esos tres millones de inmigrantes, muchos de los cuales han venido para quedarse. De los 1,6 millones de extranjeros cotizantes, 226.000 proceden de Marruecos, cifra equivalente a la de los originarios de pa¨ªses de la UE, y 520.000, casi un tercio del total, de pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, siendo Ecuador el primero de entre ellos.

Este pa¨ªs acaba de aprobar una norma por la que los nacionales residentes en el extranjero podr¨¢n participar, por primera vez, en las pr¨®ximas elecciones presidenciales, en octubre de 2006. En un pa¨ªs de 11 millones de habitantes, el voto de los 492.000 ecuatorianos residentes en Espa?a puede ser decisivo. Tal vez alg¨²n d¨ªa haya que plantear si no deber¨ªan tener tambi¨¦n derecho a votar en al menos las elecciones locales de Espa?a, como ya hacen los residentes de pa¨ªses de la UE, y como ya ocurre en B¨¦lgica e Irlanda: el que cotiza, vota.