Resentimiento tr¨¢gico
El debate que sigui¨® a la comparecencia del ministro Bono sobre la muerte de 17 militares espa?oles en Afganist¨¢n puso de relieve la artificiosidad de la bronca buscada por el PP, venga o no a cuento. A diferencia de otros grupos, socialistas y populares est¨¢n de acuerdo en lo esencial: el sentido de la participaci¨®n del Ej¨¦rcito en misiones como la desempe?ada en ese pa¨ªs asi¨¢tico. No se entiende, por ello, que un desgraciado accidente pueda servir de pretexto para que el portavoz del PP cuestione oblicuamente esa misi¨®n y escenifique un desabrido enfrentamiento con el ministro de Defensa y, en perspectiva, con el presidente del Gobierno.
A no ser que de lo que se trate sea de utilizar el accidente de Afganist¨¢n para proyectarlo sobre el pasado con ¨¢nimo autoexculpatorio: sobre el accidente del Yak-42, por un lado, y con la intervenci¨®n en Irak, por otro. La idea ser¨ªa que, en el fondo, la gesti¨®n de la crisis del accidente de Turqu¨ªa, en el que perecieron 62 militares que regresaban de Afganist¨¢n, no fue tan distinta de la que han hecho Zapatero y Bono del accidente del 16 de agosto; para ello tuvo que dar p¨¢bulo a versiones inveros¨ªmiles sobre el accidente de ahora e ignorar los desastres de la contrataci¨®n de los aviones e identificaci¨®n de las v¨ªctimas de 2003.
Zaplana recurri¨® de nuevo a la ret¨®rica del "yo no voy a decirle a usted" algo que ya hab¨ªa dicho. "Nosotros no vamos a llamar cobarde al presidente del Gobierno, ni a decirle que se esconde tras su ministro de Defensa", dijo tras acusar a Zapatero de rehuir el debate e incumplir su compromiso de someter al Parlamento cualquier decisi¨®n sobre misiones exteriores de las Fuerzas Armadas. Pero la realidad es que Zapatero ha hecho todo menos ocultarse. Pudo haber comparecido personalmente, pero dar explicaciones de un accidente como el que se produjo corresponde m¨¢s bien al ministro: otra decisi¨®n habr¨ªa desvalorizado un cargo de gran relevancia institucional en los sistemas parlamentarios. As¨ª lo entendi¨® ayer la mayor¨ªa de la Mesa del Congreso al rechazar mayoritariamente la petici¨®n planteada por el PP.
En julio de 2004 se vot¨® en el Congreso, de acuerdo con el compromiso de Zapatero, la autorizaci¨®n para unas misiones concretas en Afganist¨¢n, amparadas por Naciones Unidas. Ulteriormente, el Gobierno ha pedido, en la comisi¨®n de Defensa, en dos ocasiones, autorizaci¨®n para otras misiones espec¨ªficas, en el marco de la presencia nunca interrumpida de tropas en aquel pa¨ªs. La ¨²ltima vez, el 22 de junio pasado, para una misi¨®n relacionada con la seguridad del proceso electoral en curso en Afganist¨¢n. La autorizaci¨®n fue concedida, aunque es cierto que no se vot¨® en el pleno. La ley de defensa nacional, en tramitaci¨®n, establecer¨¢ los mecanismos concretos de consulta al Parlamento para ampliaciones o modificaciones de misiones en el exterior como las rese?adas. Lo absurdo es que el PP, que respald¨® la autorizaci¨®n solicitada, ponga ahora en duda que hubo consulta al Parlamento.
Zaplana tambi¨¦n le dijo a Bono que no se equivocase de adversario, que su partido no pedir¨ªa la retirada de las tropas de Afganist¨¢n "como han hecho sus aliados". Lo pidieron Rodr¨ªguez, del BNG, y Llamazares, de IU, partidos que siempre se han opuesto al env¨ªo de tropas al exterior. Sin embargo, ambos se aproximaron peligrosamente a los planteamientos del PP al equiparar, con matices, la intervenci¨®n en Irak y en Afganist¨¢n. La acusaci¨®n impl¨ªcita (expl¨ªcita en el caso de Zaplana) fue que Zapatero hab¨ªa exagerado su compromiso en Afganist¨¢n para hacerse perdonar su retirada de Irak. Es posible que el Gobierno haya querido marcar la diferencia, pero en ello hay una gran sinton¨ªa con la opini¨®n p¨²blica, que s¨ª distingue entre una presencia solicitada por la ONU y otra decidida unilateralmente por EE UU, aunque ambas sean de naturaleza militar.
Es falso que se ocultasen los riesgos, y corresponde a un prejuicio ideol¨®gico esa insistencia en que el Ej¨¦rcito no es una ONG. Muchas misiones humanitarias y de impulso o consolidaci¨®n de la democracia requieren de unas condiciones de seguridad que un Estado tan d¨¦bil como el de Afganist¨¢n no pueden garantizar. Y a los espa?oles les parece bien que una parte de sus militares profesionales participe en esas tareas: una forma de ayudar y a la vez de mantenerse en activo y preparadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Peticiones comparecencia
- Jos¨¦ Bono
- VIII Legislatura Espa?a
- Ministerio de Defensa
- Opini¨®n
- Congreso Diputados
- Pol¨ªtica defensa
- Presidencia Gobierno
- Misiones internacionales
- OTAN
- PSOE
- Comisiones parlamentarias
- Afganist¨¢n
- Izquierda Unida
- Fuerzas armadas
- Accidentes a¨¦reos
- Accidentes
- Legislaturas pol¨ªticas
- Oriente medio
- Ministerios
- PP
- Partidos pol¨ªticos
- Parlamento
- Sucesos
- Gobierno