En la Vuelta, milagros
La gran peculiaridad de la ronda espa?ola es el car¨¢cter aut¨®ctono y 'maravilloso' de sus protagonistas
"L¨ªbranos, Dios, de m¨¢s milagros en la Vuelta", reza, juntando las manos, mirando al cielo, al sol achicharrante, bajo los 40 grados a la sombra de Andaluc¨ªa, un veterano director.
Lo dice sin esperanzas, casi sin fe. C¨®mo no ser esc¨¦pticos si ahora dicen los franceses que ni siquiera Armstrong es santo. ?Qui¨¦n quiere creer en milagros?
El veterano director sabe que desde hace unos cuantos a?os, decir Vuelta en el argot ciclista viene a significar lo mismo, o casi, que decir milagro. Sabe, para desesperaci¨®n suya, desesperaci¨®n de quien quiere creer en un ciclismo de l¨®gica, de progresos lentos, seguros, un ciclismo en el que dos m¨¢s dos deber¨ªan ser cuatro, que antes incluso de que los corredores suban hoy a la Alhambra desde la acera del Darro en pr¨®logo individual cronometrado, ya se han producido algunos milagros.
Milagro fue hace un a?o la actuaci¨®n de Santi P¨¦rez, por ejemplo, ciclista asturiano casi desconocido que termin¨® segundo una semana antes de que se descubriera que hab¨ªa recurrido a una transfusi¨®n de sangre para mejorar su rendimiento; milagro fueron hace dos a?os las m¨¢gicas contrarreloj, no repetidas, la tenaz lucha para ser segundo, de Isidro Nozal, quien hace unos meses estuvo apartado de su equipo por superar los l¨ªmites en un control de sangre; milagro fue hace tres a?os el triunfo inesperado -duelo fratricida incluido con el sonriente ?scar Sevilla- del inesperado Aitor Gonz¨¢lez, TerminAitor desde entonces, oculto en su propio mundo hasta que resurgi¨® hace tres meses para ganar la Vuelta a Suiza, tambi¨¦n inesperado, por sorpresa, y todo porque un biomec¨¢nico de Pisa le enderez¨® la postura; milagro fue hace cuatro a?os los vuelos en la monta?a del pesado Casero, en duelo con el sonriente ?scarSevilla, haciendo girar las bielas de Cecchini, bendecido por Eufemiano Fuentes.
Milagro es ahora que Roberto Heras le baste con cambiar el chip, como ¨¦l gr¨¢ficamente explica, para convertirse de nuevo para muchos en el gran favorito de la Vuelta 05, un mes apenas cumplido de un Tour en el que no hizo nada. Pero claro, recuerdan los apostantes, tampoco el a?o pasado hizo nada en el Tour y gan¨® la Vuelta. Otro milagro. Milagro es que Casero, invisible desde su triunfo en la Vuelta, siga siendo ciclista y que su director, Vicente Belda, diga que "a ver, a ver". Milagro es que hablen del norteamericano Tom Danieldson, ganador de la etapa reina del Tour de Georgia (Estados Unidos) como una de las grandes revelaciones por venir.
Y viendo todo esto, ?c¨®mo no esperar que en 2005 surja un corredor milagroso en la Vuelta?
Seguro que ese corredor no ser¨¢, por ejemplo, Santiago Botero, el colombiano incre¨ªble, que jadea despu¨¦s de subir cuatro escalones en su hotel, que recuerda que ha estado de vacaciones en Medell¨ªn desde el final del Tour, que explica que llega con dos kilos de m¨¢s y que precisa que en todo caso donde quiere estar bien es en el Mundial de Madrid. Y tampoco ser¨¢ milagrosa la actuaci¨®n de Tom Boonen, el rey de Flandes y de Roubaix, el rey de las cl¨¢sicas del pav¨¦s, que ha llegado a la Vuelta para decir que se va a retirar dentro de 10 d¨ªas, que s¨®lo piensa en el Mundial. Ni la de Gilberto Simoni, dos veces ganador del Giro, la coartada internacional de la participaci¨®n, que llega despeinado, cansado, buscando equipo, y dice que en la Vuelta a Portugal ha sufrido mucho y que no sabe, no sabe... Ni tampoco ser¨¢ milagro si Petacchi, el m¨¢s r¨¢pido entre mil, gana m¨¢s de dos y m¨¢s de tres etapas.
Ser¨ªan noticias l¨®gicas. Ser¨ªa l¨®gico tambi¨¦n que Paquito Mancebo, que se despide en esta Vuelta del equipo de toda su vida, de la gente con la que ha crecido, volviera a ser uno de los grandes protagonistas, como lo fue el a?o pasado y hace dos, como lo fue el ¨²ltimo Tour, en su medida siempre. Poco a poco. O que Menchov, el ruso de Pamplona, el del Rabobank que tan bien lo iba a hacer en el Tour, y no lo hizo porque se puso malo, demostrara que s¨ª, que es un hombre que vale.
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