Enmiendas a la ONU

Lejos de avanzar, la reforma de la ONU que intenta lanzar Kofi Annan est¨¢ retrocediendo. Uno de los primeros gestos de John Bolton, a las tres semanas de asumir pol¨¦micamente su cargo de embajador de EE UU en esa organizaci¨®n, ha sido presentar 750 enmiendas al proyecto de reforma que est¨¢ sobre la mesa. La cumbre del 14 septiembre, a la que deben asistir 175 mandatarios, la mayor concentraci¨®n de dirigentes nunca alcanzada para celebrar el 60? aniversario de la ONU, puede embarrancar, y perderse as¨ª una ocasi¨®n ¨²nica de modernizar las Naciones Unidas y ponerlas a la altura de las nuevas necesidades.

La Administraci¨®n Bush ya planteaba objeciones antes de que llegara Bolton al cargo. El n¨²mero de enmiendas importa menos que su contenido, con su oposici¨®n, entre otros,

a un nuevo compromiso sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la ayuda exterior, a medidas contra el cambio clim¨¢tico, o a insistir no s¨®lo en la proliferaci¨®n, sino tambi¨¦n en el desarme nuclear, o a constituir una reserva militar permanente al servicio de la ONU. Pero Washington s¨ª apoya la idea de crear un Consejo de Derechos Humanos y una Comisi¨®n para las operaciones de mantenimiento de la paz, propuestas ante las cuales las reticencias vienen de otros pa¨ªses.

El ambiente no es propicio a una reforma en profundidad de la ONU, ya sea de sus funciones o de sus estructuras, para adelgazarlas y evitar esc¨¢ndalos de corrupci¨®n u otros. El intento de Brasil, India, Alemania y Jap¨®n de lograr esca?os permanentes en un Consejo de Seguridad ampliado y m¨¢s representativo se puede dar pr¨¢cticamente por fracasado. Washington est¨¢ dispuesto a no favorecer una ampliaci¨®n significativa de este ¨®rgano central, y no parece que la Asamblea General de septiembre pueda desbloquear lo que constituye el mayor pulso de poder.

Una ONU con la que Estados Unidos, la mayor potencia del mundo en la actualidad, no se sintiera c¨®moda de poco servir¨ªa. Pero, tras lo ocurrido con Irak, la Administraci¨®n Bush deber¨ªa comprender que unas Naciones Unidas representativas y eficaces juegan en su propio beneficio. Claro que el nombramiento de Bolton, persona que consider¨® que se pod¨ªan quitar 10 pisos al edificio de la organizaci¨®n en Nueva York y nadie lo notar¨ªa, presagiaba que esta Administraci¨®n sigue sin creer en la utilidad de un verdadero multilateralismo.