La venganza de la mujer serpiente
La Tragant¨ªa, encerrada en el castillo de Cazorla, atemoriza a los m¨¢s peque?os cada noche de San Juan
Sin lugar a dudas, la leyenda de la Tragant¨ªa se ha convertido en el mito m¨¢s arraigado en la ciudad de Cazorla (Ja¨¦n) y su comarca. Una leyenda que se ha transmitido de padres a hijos y que entremezcla notas de historia con otras m¨¢s propias de los rituales m¨¢gicos. Los sucesos a los que hace referencia se remontan a la presencia de los ¨¢rabes en la provincia jiennense.
El enclave privilegiado de este municipio, a las puertas del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, lo convert¨ªa en una plaza fuerte, que por entonces estaba ocupada por los ¨¢rabes. Dominando la pe?a y sobre la ladera en el que se asienta el pueblo, el castillo de la Yedra serv¨ªa para avistar a las tropas cristianas, representadas por el adelantamiento de Toledo, que se encontraba a una jornada y media de distancia.
Fue entonces cuando el gobernador de Cazorla, cuyo nombre no ha llegado hoy d¨ªa y al que se le conoce popularmente como "el rey moro" mand¨® desalojar la ciudad para proteger a su habitantes. El pueblo se dirigi¨® hacia Quesada, con el objetivo de resistir el duro asedio que se avecinaba.
La ciudad qued¨® desierta y en el castillo aguardaban para la lucha las tropas, junto al rey y su hija, una bella joven que se resisti¨® a dejar s¨®lo a su padre. Para protegerla y sin que nadie lo supiera, el rey acord¨® encerrarla en el entresijo de mazmorras secretas del castillo, dej¨¢ndole v¨ªveres suficientes hasta el momento de su liberaci¨®n, una vez que hubiese finalizado la lucha.
Sin embargo, la batalla fue m¨¢s dura de los esperado y las tropas ¨¢rabes sucumbieron ante el avance cristiano, sin que el rey pudiera desvelar el paradero de su hija antes de morir. ?sta aguard¨® en los humedales del castillo sin m¨¢s compa?¨ªa que la de las ratas y las culebras de las mazmorras.
La desesperaci¨®n se adue?¨® pronto de la princesa, quien en su encierro no consegu¨ªa diferenciar el d¨ªa de la noche. Pronto perdi¨® la esperanza al escuchar las voces de las tropas cristianas y mientras deseaba su muerte ante la pena de haber perdido a los suyos, un profundo sue?o se apoder¨® de ella. En ¨¦ste, varias culebras se le acercaban, rodeando su cuerpo, y una lleg¨® a besarle en los labios. Fue esta alucinaci¨®n la que le despert¨® con un temblor fr¨ªo y h¨²medo que la horroriz¨® cuando, al tocarse la cintura y sus piernas, se dio cuenta que se hab¨ªa convertido en una mujer serpiente: la Tragant¨ªa.
Resignada ante su desgracia, jur¨® vengar a los suyos y una noche al a?o sale de su escondite para devorar a los hijos de los cristianos. Desde entonces y seg¨²n recogen los escritores cazorle?os Juan Antonio Bueno y Manuel Molina, autores de Cuentos y leyendas de la Sierra de Cazorla (Editorial El Olivo, 2003), cada 24 de junio, noche de San Juan, la Tragant¨ªa despierta de su letargo y recorre las calles de Cazorla en busca de j¨®venes con los que alimentarse.
La leyenda cuenta que s¨®lo un c¨¢ntico (Yo soy la Tragant¨ªa/ hija del rey moro,/ el que me oiga cantar/ no ver¨¢ la luz del d¨ªa/ ni la noche de San Juan), pronunciado por los j¨®venes de la zona, pueden librarles del monstruo. Esta leyenda ha dado lugar a la fiesta de la Tragant¨ªa en Cazorla que se ha convertido en una atractivo tur¨ªstico m¨¢s para la zona. Procesiones de luminarias, el ba?o con el agua de la fuente del pueblo y otras actividades nocturna alrededor del castillo de la Yedra reviven el mito.
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