Ang Lee construye un amargo y rom¨¢ntico relato
Heath Ledger realiza una interpretaci¨®n suprema en 'Brokeback mountain' y Kitano exhibe 'Takeshis'
Ang Lee present¨® ayer en la Mostra Cinematogr¨¢fica de Venecia una extraordinaria historia de amor. Su pel¨ªcula, Brokeback mountain, desarrollaba un argumento peculiar, el romance apasionado y eterno entre dos rudos vaqueros de Wyoming. Pero lo extraordinario no era eso, sino el vigor y la honestidad de un relato tan rom¨¢ntico como amargo. La otra novedad en concurso la aport¨® Takeshi Kitano, un cineasta japon¨¦s con gran predicamento entre la cr¨ªtica. Su pel¨ªcula Takeshis result¨® una broma privada, un juego para iniciados cuyo ¨²nico inter¨¦s pod¨ªa estar en su propia rareza. En Venecia se present¨® tambi¨¦n, fuera de concurso, Fr¨¢giles, el ¨²ltimo trabajo del cineasta catal¨¢n Jaume Balaguer¨®.
Antes de seguir con Brokeback mountain conviene hacer un inciso. Uno de los actores protagonistas es Heath Ledger, tan ubicuo en la Mostra como la polic¨ªa o los bocadillos resecos: figura en el reparto de dos obras en concurso, la de Ang Lee y Los hermanos Grimm, de Terry Gilliam, y, fuera de competici¨®n, en el Casanova de Lasse Hallstroem. En Brokeback mountain est¨¢ supremo. No es f¨¢cil encarnar a un joven cowboy hu¨¦rfano, lac¨®nico y ¨¢spero que se enamora de un colega; no es f¨¢cil para un australiano hacerse con el acento del Medio Oeste americano; no es f¨¢cil expresar a la vez ternura y hosquedad. Ledger, al que a partir de este a?o hay que considerar como grand¨ªsimo, consigue todo eso con aparente sencillez. Jake Gyllenhaal, el actor que asume el papel del otro amante, le da la r¨¦plica sin desmerecer.
Volvamos a la pel¨ªcula: el espectador se la lleva en el est¨®mago. Tambi¨¦n se lleva, sin embargo, una reflexi¨®n inquietante en la cabeza. Una reflexi¨®n sobre los l¨ªmites de la libertad creativa y sobre la ¨¦poca de los productores tir¨¢nicos, all¨¢ por los cuarenta y cincuenta, cuando en las cabinas de montaje se sentaba junto al director un sicario con un hacha dedicado a cortar metros de pel¨ªcula. A Miguel ?ngel le impusieron el formato, el dise?o y los colores cuando le toc¨® decorar un caser¨®n vaticano, y le sali¨® la Capilla Sixtina. Genios como John Ford tuvieron siempre sobre la chepa al sicario del productor con el hacha a punto. Un hachazo de media hora no le habr¨ªa ido nada mal a Brokeback mountain. Se trata de la adaptaci¨®n de un relato corto de Annie Proulx publicado en 1997 por la revista New Yorker, y si Proulx pudo contar su historia en 20 folios, cabe preguntarse por qu¨¦ Ang Lee necesita dos horas y cuarto. Debi¨® dolerle tirar a la papelera un pu?ado de escenas hermosas (todas lo son): esa benevolencia con su propio trabajo dej¨® en la pel¨ªcula algunas arrugas evitables.
En cualquier caso, al margen de la exuberancia excesiva del metraje, hablamos de cine potente, ba?ado en una luz maravillosa (la fotograf¨ªa es de Rodrigo Prieto), ajeno a sensibler¨ªas y con la carga alcoh¨®lica de un bourbon casero. Ang Lee se llev¨® un mont¨®n de premios con El tigre y el drag¨®n. Brokeback mountain (que no se le parece en nada) es m¨¢s dif¨ªcil, pero es mejor.
Quienes sigan con asiduidad los programas de la televisi¨®n japonesa o, en su defecto, se hayan enganchado a los tiroteos sarc¨¢sticos que caracterizan la obra de Takeshi Kitano, entender¨¢n la broma oculta en Takeshis. Deb¨ªa haber bastantes de ¨¦sos ayer en el cine, porque se escucharon aplausos antes y despu¨¦s de la proyecci¨®n. El director de la Mostra, Marco M¨¹ller, tambi¨¦n debe estar enganchado a Kitano, porque le rindi¨® un sentido homenaje p¨²blico.
Takeshi Kitano es un hombre de m¨²ltiples talentos: escritor, humorista, dibujante, actor y cineasta salvaje, h¨¢bil en la parodia y en la factura de pel¨ªculas de violencia ir¨®nica. El problema de Takeshis, un filme en el que Kitano interpreta la caricatura de s¨ª mismo, la caricatura de sus personajes y la caricatura de su p¨²blico, es que parodia una parodia.
El propio artista reconoce que Takeshis es dif¨ªcil y que los productores tardaron mucho tiempo en aceptar el proyecto. El resultado es una broma extra?a y apta s¨®lo para iniciados en el universo de Kitano. Como todas las bromas, puede resultar graciosa o irritante. Teniendo en cuenta que entrar en un cine cuesta dinero, la obra es m¨¢s bien pesada.
Se present¨® tambi¨¦n, fuera de concurso, Fr¨¢giles, de Jaume Balaguer¨®, una pel¨ªcula de terror adornada con la presencia de Calista Flockhart (ex Ally McBeal y pareja de Harrison Ford) y rodada con solvencia. Fr¨¢giles no s¨®lo hace pensar en los antiguos verdugos de la sala de montaje: es casi una reivindicaci¨®n de su memoria. El crescendo de la intriga sufre el lastre de diez minutos lamentables y del todo superfluos en el momento crucial. Hubo risas en la sala durante esos minutos. Una l¨¢stima, porque el resto de la historia se sostiene con gran dignidad.
Babelia
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