El padre mirando desde la puerta de entrada
Jos¨¦ Mar¨ªa Pou ha cumplido los sesenta a?os preparando una producci¨®n teatral en la que ¨¦l es promotor, director, actor... La cabra, de Edward Albee. Ah¨ª ser¨¢ director, actor, productor. Pou en estado puro y total. Mientras iba hablando de este trabajo, y de ese escritor, le fue viniendo la memoria de su padre de una manera que parece simb¨®lica de su propia biograf¨ªa... Es de Mollet del Vall¨¦s, en Barcelona, ah¨ª se hizo; hablando con ¨¦l se ve que aquella combinaci¨®n de peque?o lugar de provincias que de pronto se hizo grande ha dejado en ¨¦l un poso del que viven su vitalidad y su curiosidad sin fronteras... Cuando quedamos con ¨¦l estaba leyendo la prensa, a media ma?ana, y escuchando m¨²sica... Cuenta esos peque?os placeres como si estuviera hablando de los grandes placeres, del teatro. Es el entusiasmo personificado. En las pel¨ªculas y en las series de televisi¨®n, que ha hecho muchas, se le puede ver ce?udo muchas veces, pero en persona es como si fuera un ni?o inmenso (1,90 de estatura) que no ha acabado de entender de donde le viene su inmensa suerte. Acaso es su padre, que le est¨¢ mirando.
Por los ojos. "El teatro me entr¨® por los ojos..., literalmente. En Mollet, cuando ten¨ªa seis a?os, iba con mi padre al teatro de aficionados en el que ¨¦l ejerc¨ªa de t¨¦cnico... Era un obrero metal¨²rgico, y como muchos de sus paisanos manten¨ªa una gran afici¨®n por el teatro. Le¨ªa mucho, ten¨ªa una gran biblioteca. Volv¨ªa de trabajar, se quitaba el mono de obrero y se pon¨ªa a leer... ?l se llama Mart¨ªn, mi madre se llamaba Teresa... Es curioso, ahora que lo pienso, el protagonista de La cabra se llama Mart¨ªn, ?c¨®mo ¨¦l! ?l era de una familia burguesa que vino a menos... Y a veces me llevaba al teatro, a preparar sus cosas. Est¨¢bamos all¨ª a las tres de la tarde, rodeados de cajas, y est¨¢bamos solos, aquello estaba vac¨ªo, era sobrecogedor... Y me pasaba toda la tarde viendo c¨®mo se iba levantando aquella cosa fant¨¢stica que era el teatro.... ?Y hac¨ªan una funci¨®n distinta cada semana! Hac¨ªan Sagarra, Guimer¨¢, teatro cl¨¢sico catal¨¢n, y algo de castellano: Mu?oz Seca... Cada domingo, una obra distinta..."
En el teatro. "Y hubo un momento en que yo ya me met¨ª en el teatro, primero en el universitario, y as¨ª hasta ahora... He hecho otras cosas, pero esa es mi fascinaci¨®n... Cuando empec¨¦ a hacer cosas de aficionados le ped¨ª que viniera. 'No s¨¦, no s¨¦'. Hasta que un d¨ªa, estaba yo en el escenario, me fij¨¦, y all¨ª, al fondo, estaba mi padre escondido entre las cortinas... Aquello me produjo un orgullo enorme... Yo tendr¨ªa 19 a?os, era como si estuviera cumpliendo su sue?o... Oye, y ahora que te lo estoy contando, me acuerdo de que esa obra en la que yo estaba entonces era Historia del zoo, ?de Edward Albee!".
Silencio. "Mi padre nunca me dec¨ªa nada; ¨¦l no hablaba mucho, acaso con la mirada me dec¨ªa algunas cosas, pero nunca me dijo nada de mi trabajo... Y despu¨¦s de morir estuve mirando sus cajones, ?y estaban llenos de recortes con cosas sobre m¨ª! Es una historia bastante com¨²n: el padre te quiere pero no te lo dice, y a lo largo de los a?os t¨² lo vas descubriendo... Ahora que he cumplido 60 he pensado en estas cosas, y he tomado algunas decisiones... Yo, que estoy metido siempre en cincuenta mil cosas, he decidido parar, dedicarme un poco a m¨ª mismo... Voy por el mundo como si tuviera 17 a?os, y cuando hablan de m¨ª, y me dan premios, parece que est¨¢n refiri¨¦ndose a otro... Yo parece que sigo haciendo el meritoriaje... Ahora, cuando he hecho casting con chicos de menos de veinte a?os y me trataban de usted, y me expresaban su admiraci¨®n, ten¨ªa que pellizcarme para darme cuenta de que yo ya tengo 60 a?os".
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