Dos aficionados
Era un hombre, tal como deduzco por su voz. Estaba sentado tranquilamente en un puente de piedra, justo a la entrada de Arenas de Cabrales, en el kil¨®metro 126 de la etapa. Yo no s¨¦ si ha ido all¨ª expresamente para hacer lo que ha hecho, o lo ha improvisado sobre la marcha, aunque bueno, como dice aqu¨¦l, "pal caso".
Era un puente estrecho al que se entraba trazando una curva, un embudo para el pelot¨®n que nos oblig¨® a frenar y entrar enfilados, de uno en uno. Yo iba al lado de un compa?ero de mi equipo que se caracteriza por llevar un maillot amarillo que lo distingue como El L¨ªder, as¨ª con may¨²sculas.
Yo he apurado la frenada un pel¨ªn m¨¢s que Denis, as¨ª que he entrado yo primero en el puente con ¨¦l a mi rueda. Y cuando ¨¦l iba a la altura del individuo en cuesti¨®n, ¨¦ste ha dicho serenamente, como si se lo estuviese susurrando al o¨ªdo: venga Menchov, que Heras te va a quitar hoy el maillot amarillo. As¨ª, con esas mismas palabras y con un tono de esos de profeta, como queriendo decir: da igual lo que hagas, Heras te va a ganar porque lo digo yo y contra eso no hay nada que hacer. Mala suerte.
La cara se nos ha iluminado con una falsa sonrisa. ?He oido bien?, le he preguntado a Denis. S¨ª, s¨ª, y se ha re¨ªdo, y en su risa he querido ver una tremenda confianza en s¨ª mismo. S¨ª, ese no tiene ni idea de lo r¨¢pido que van mis piernas, es lo que me ha dicho con esa sonrisa.
M¨¢s tarde, cuando ya hemos hecho el grupetto y sub¨ªamos tranquilamente hacia los lagos, pensaba en ese individuo y hab¨ªa cosas que no comprend¨ªa. Entiendo que el hombre quiera manifestar su deseo (que gane Heras) y que para ello es preciso que pierda Menchov (as¨ª est¨¢ la situaci¨®n), pero creo que todo aficionado que se acerque a ver la carrera deber¨ªa animar a los corredores o no decir nada si as¨ª lo prefiere, pero nunca tratar de desanimarlos.
Pero poco despu¨¦s y mientras circulaba al lado de Txente, otro espectador nos ha increpado de mala manera: ?vagos, que no dais ni golpe!. Y eso ya s¨ª que no, pues vale que nos intenten desanimar (por lo menos no se le falta a nadie al respeto), pero insultarnos ya es pasarse de la raya. Lo que se ha merecido ese energ¨²meno es que se hubiese parado alguno de esos vagos, le hubiese dado un buen derechazo en la mand¨ªbula y le hubiese dicho con sorna: mira, raz¨®n ten¨ªas, pero ahora ya he dado por lo menos un golpe.
Cosas que pasan, y que nadie piense que hago aqu¨ª apolog¨ªa de la violencia, pues la mejor manera de resolver las diferencias es hablando. Pero, ?alguien cree que ese personaje en cuesti¨®n ser¨ªa capaz de atender a razones? Yo creo que no.
Evidentemente nadie le ha dado su merecido.
Pedro Horrillo es corredor del Rabobank.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.