Tranv¨ªa
El Tranv¨ªa llamado Deseo estaba inmovilizado en un jard¨ªn de Nueva Orleans, junto a la plaza de Armas. Los turistas se sub¨ªan a ¨¦l para imaginar que viajaban con Vivien Leigh y Marlon Brando. El barrio de Deseo era uno de los m¨¢s degradados de la ciudad y el tranv¨ªa realizaba ese trayecto desde el centro antes de que fuera sustituido por una l¨ªnea de autobuses. Una ma?ana que estuve all¨ª no vi m¨¢s que negros sentados en las escaleras de los porches de madera con ojos turbios y un bote de cerveza en la mano y a unos perros que confraternizaban con los humanos escarbando las bolsas de basura. Tennessee Williams escribi¨® este drama que Elia Kazan llev¨® al cine en 1951. Blanche Dubois, una mujer neur¨®tica y fr¨¢gil llega a Nueva Orleans a visitar a su hermana Stella, una simple ama de casa, que vive con el polaco Stanley Kowalski, un tipo rudo y expeditivo. Entre el romanticismo fantasioso de Vivien Leigh, vestida con vaporosos lazos y el realismo primario de Marlon Brando, con la camiseta sudada que le comprim¨ªa las venas de sus b¨ªceps violentos, pronto se establece una tormenta desgarrada, pero no tan terrible como la de este hurac¨¢n que se ha llevado por los aires a aquel Tranv¨ªa Llamado Deseo con toda esa historia dentro y que ha ido a caer en el tejado de una casa. Nueva Orleans, ciudad sensual del blues y de los frijoles rojos, de los funerales con jazz y del arroz con picante, la dama corrupta del sur que cobijaba 300 asesinatos cada a?o en un solo barrio yace bajo las aguas putrefactas llenas de caimanes. En Norteam¨¦rica el pensamiento es blanco, la ley y el orden son blancos. Si eres negro y pobre, ?que te jodan! Norteam¨¦rica fue agredida por la locura del terrorismo isl¨¢mico en el coraz¨®n del esplendor capitalista; ahora la furia de la naturaleza, contra todas las plegarias, la ha golpeado por el lado m¨¢s pobre sin que ninguna deidad reivindique este atentado. En ambos casos George Bush ha demostrado ser un presidente basura: se hab¨ªa negado a recibir a Zapatero por la guerra de Irak y ha terminado pidi¨¦ndole bocadillos por esta tragedia. Pero Nueva Orleans ser¨¢ salvada de las aguas por sus enamorados de todo el mundo que queremos volver a viajar junto con Vivien Leigh y Marlon Brando, entre la fantas¨ªa y la hediondez, en El Tranv¨ªa Llamado Deseo. Cuando la muerte y la vileza humana hayan pasado se oir¨¢ la voz gangosa de Louis Amstrong contando: qu¨¦ mundo m¨¢s maravilloso, veo ¨¢rboles verdes y rosas rojas tambi¨¦n, veo cielos azules y nubes blancas. Otra vez.
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