"Nos dejaron solos y abandonados"

"No podemos entrar, no podemos saber, nadie nos ha hecho caso, nadie se ha acordado de nosotros. Nos dejaron solos y abandonados desde el primer momento", repet¨ªa ayer por los pasillos de la Ciudad de la Justicia Josefa Tols¨¤ Motant. "Y a m¨ª, que no me digan, lo que ha pasado aqu¨ª lo ten¨ªan que saber. ?Vamos, por favor! Los m¨¦dicos que trabajaban con este hombre, los jefes, tantos a?os. Lo sab¨ªan todos, se han tapado", agreg¨® ante una de las puertas de acceso a la macrosala donde se sent¨® el hombre al que considera culpable de su deterioro f¨ªsico y an¨ªmico. Josefa Tols¨¤ acudi¨® en noviembre de 1995 al hospital Casa de Salud para una colecistectom¨ªa (una intervenci¨®n en la ves¨ªcula) a trav¨¦s de la aseguradora Adeslas. No ten¨ªa s¨ªntomas previos de hepatitis C. Ten¨ªa 61 a?os. Hoy, 10 a?os despu¨¦s, su salud la define como "muy fr¨¢gil" y su estado de ¨¢nimo como "deteriorado". "Lo intento, pero esto ha sido una complicaci¨®n detr¨¢s de otra", a?ade.

Las previsiones fallaron. No hubo ayer una avalancha de afectados incluidos en el sumario 7/01. Los enfermos son testigos a petici¨®n del fiscal. No pueden estar en la sala de vistas viendo en tiempo real c¨®mo suceden las cosas ante el tribunal. Agentes de la Guardia Civil y de seguridad privada controlaban ayer lista en mano la presencia de cualquiera de ellos. Los abogados recomendaron a sus representados que no asistieran. "Es un dolor innecesario", dec¨ªa uno de los letrados. "Es un trago amargo, lleno de tensi¨®n y no les aporta nada porque no pueden conocer, en teor¨ªa, nada", afirm¨® otro.

Aun as¨ª, hubo quien no pudo resignarse a estar en casa, a ignorar la fecha del inicio de un proceso que les afecta directamente. Mari Carmen Bonaf¨¦ Ramos tiene 29 a?os. "Acud¨ª al hospital por un legrado y sal¨ª est¨¦ril y con hepatitis C. No puedo trabajar, mi vida social no tiene nada que ver con lo que era ni con lo que so?aba. Los hombres me rechazan, no puedo tener pareja, se asustan, se alejan y me desprecian cuando digo lo que tengo. Mi desesperaci¨®n ha sido tal que llegu¨¦ a poner anuncios en la prensa para conocer a gente. No sirvi¨® de nada. Tengo que explicarlo y el rechazo es autom¨¢tico", relat¨® ayer. Ten¨ªa 18 a?os cuando fue operada.

Junto a ella estuvo casi toda la ma?ana Vicent Valls. "He venido porque no pod¨ªa m¨¢s. Quiero justicia. Quiero la verdad. Quiero que se sepa todo y que paguen todos. Porque esto no es s¨®lo cosa de Maeso", afirm¨®. Ten¨ªa 43 a?os cuando le atendieron en la Casa de Salud por una artroscopia. "Cre¨ª que no iba a ser nada. Cuando me dijeron lo de la hepatitis pens¨¦ que hab¨ªa un error. Pero no. Mi calidad de vida, mi fatiga, mi tristeza, mis miedos... me recuerdan cada d¨ªa que es verdad. Mientras tanto, nadie ha pagado por ello".

Consuelo Granell Navarro asent¨ªa mientras le escuchaba. Una liposucci¨®n en el cuello a los 45 a?os, en 1995, la llev¨® a "este calvario insoportable". A?adi¨®: "Que paguen, pero todos. La Administraci¨®n no ha hecho nada por nosotros, como si no existi¨¦ramos, como si fu¨¦ramos invisibles".

Amparo Gonz¨¢lez, presidenta de la asociaci¨®n de afectados, record¨® ayer que la Generalitat valenciana, a pesar del pacto que firmaron con Eduardo Zaplana hace m¨¢s de dos a?os, "no ha adelantado ayuda alguna, todo, excepto la asistencia psicol¨®gica en unidades muy concretas desde hace unos meses, ha corrido por cuenta de los enfermos, es una dolorosa verg¨¹enza".