Ambigua simplicidad
Toda colecci¨®n de relatos que tenga la intenci¨®n de escaparse de las limitaciones inherentes al g¨¦nero deber¨ªa resolver el resbaladizo planteamiento entre la condensaci¨®n y la evaporizaci¨®n de sus propiedades expresivas, ya que se corre el riesgo de que en el proceso de su gradual suministro surta ya no un efecto efervescente sino de adormecimiento. Esto es probablemente lo que sucede con el volumen del dramaturgo y narrador polaco Slawomir Mrozek (1930), actualmente exiliado en M¨¦xico, memorable autor de libros de relatos como Juego de azar, de la novela Siempre hacia el sur o del drama Tango, que en esta entrega repite de forma invariable variaciones en torno al desprop¨®sito y contradictoriamente defrauda las expectativas por su falta de prop¨®sito, por su diluida visi¨®n de la existencia contempor¨¢nea. La justificaci¨®n literaria que vertebra al compendio de cuentos reunidos en La mosca es el absurdo de los estereotipos humanos, mecanismo psicol¨®gico al que Mrozek recurre para desenmascarar el aislamiento y la orfandad del individuo ante las estrategias de las instituciones por controlar y castigar, que lo sit¨²a m¨¢s cerca de los postulados del pensador Michel Foucault que de las invectivas mordaces de Witold Gombrowicz.
LA MOSCA
Slawomir Mrozek
Traducci¨®n de Joanna Albin
Acantilado. Barcelona, 2005
135 p¨¢ginas. 10,50 euros
La simplicidad par¨®dica como recurso de huida de los c¨¢nones del realismo socialista produce una cadena de situaciones caricaturescas que se agotan expeditivamente en s¨ª mismas, sin ofrecer al lector m¨¢s que la promesa de una salida hacia un puerto lejano que no deja de ser siempre el mismo desde el que jam¨¢s se zarpa, si bien quiz¨¢ sea la intenci¨®n ¨²ltima de un autor que hace decir a uno de sus personajes: "No hay nada de malo en la simplificaci¨®n. Gracias a la simplificaci¨®n una cosa complicada se vuelve m¨¢s sencilla, sin dejar de ser la misma cosa". Mrozek hace uso de la crueldad subliminal con destreza pero no con fines moralizantes sino para derruir, mediante un estilo te?ido de humor a?ejo y cargado de amargura, las convenciones de lo inevitable. Microrrelatos antes que narraciones breves, este compendio de c¨¢psulas an¨®smicas resultar¨¢ indicado para necesitados de lo ef¨ªmero.
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