El bolso es la clave
Va a ser muy dif¨ªcil que los lectores de El secreto del rey cautivo, no reparen en Benito P¨¦rez Gald¨®s. Muy dif¨ªcil que no la asocien a La corte de Carlos IV, a Bail¨¦n, a El diecinueve de marzo y el dos de mayo, a Gerona. Porque de alguna manera, Antonio G¨®mez Rufo re¨²ne en su novela indicios de que las ha le¨ªdo, lo cual no significa que haya considerado necesario huir de toda odiosa comparaci¨®n. ?ste no es un problema menor, sumado a otros que aparecen en la novela del autor madrile?o. Dir¨ªamos que G¨®mez Rufo emplea algo parecido al m¨¦todo galdosiano. Urde una trama de resonancias hist¨®ricas, la adereza con una intriga que pretende ser misteriosa, intenta una pintura entre social y costumbrista y obtiene como resultado que uno recuerde al autor de los Episodios nacionales y, lo que es m¨¢s grave, sin acabar de enterarnos si el autor se decanta por el Gald¨®s de los primeros Episodios o por el Gald¨®s de los segundos, dir¨ªamos el Gald¨®s liberal. Aunque a veces parece que intenta una s¨ªntesis de los dos, aunque sin profundizar demasiado.
EL SECRETO DEL REY CAUTIVO
Antonio G¨®mez Rufo
Planeta. Barcelona, 2005
478 p¨¢ginas. 21 euros
Sobre el argumento creo que he sugerido ya bastante. Un relato a caballo entre la intrahistoria de las invasiones napole¨®nicas, las gestas guerrilleras, la trastienda f¨ªsica y moral entre Carlos IV, Fernando VII y Napole¨®n Bonaparte, adem¨¢s del reinado de baratillo de Jos¨¦ Napole¨®n. Antonio G¨®mez Rufo emplea la tercera persona para narrar. Hay un momento en que esa voz narradora nos cuenta una circunstancia que da toda la impresi¨®n de que ella misma, a diferencia del lector que puede adivinarlo, no tiene ni la menor idea (me refiero al tramo en donde se describe cuando Teresa se escapa con el bolso que esconde el dichoso secreto de la novela). ?ste es uno de esos defectos que pueden desactivar cualquier lectura. Uno quiere que las voces omniscientes tengan la existencia entera en su cabeza. Los di¨¢logos no mejoran tampoco. Suelen sonar a los o¨ªdos como faltos de naturalidad. La prosa empieza bien, como trabajada para gustar, pero a partir de la mitad del libro ya se convierte en una pieza absolutamente al servicio de una deseada agilidad. Como si hubiera que recordarle al lector que est¨¢ leyendo una novela de intriga, una novela que intenta sobre todo ser amena y de paso introducir al lector en algunos momentos de la historia de Espa?a. Creo que Antonio G¨®mez Rufo ha desperdiciado una buena oportunidad de escribir una novela sobre esa lucha end¨¦mica entre reaccionarios y liberales en nuestro pa¨ªs, esa novela que los materiales que manej¨® le obligaban a escribir. Qu¨¦ novela no se hubiera podido escribir con aquella aut¨¦ntica tragedia nacional: ser afrancesado, ilustrado y tener que defenderse a la vez del ej¨¦rcito que tan cruelmente las difunde por toda Europa. El autor no es nuevo en recreaciones hist¨®ricas. Ya prob¨® suerte con una historia ambientada en la Austria del siglo XIX. El resultado fue El alma de los peces, una muy estimable novela corta. Ahora prefiri¨® ser entretenido y pedag¨®gico.
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