Trampeando con la alianza de civilizaciones
Me dir¨¢n que, ante el malismo de otros, bienvenido sea el buenismo de Zapatero. Como m¨ªnimo el presidente viaja por el mundo con la mochila de las buenas intenciones, y, arropado en su vocaci¨®n de Mafalda, se va a la ONU a pedir que salvemos el mundo. Es cierto que despu¨¦s sus discursos no aterrizan en la antip¨¢tica concreci¨®n de los proyectos, sino que navegan libres por la vacuidad de la ret¨®rica, pero eso es menor porque, al fin y al cabo, ?qui¨¦n cree, a estas alturas, que la ONU sirva para algo m¨¢s que para lucirse con la oratoria? No es que la entra?able instituci¨®n haya fracasado nuevamente en su intento de reforma, es que es un organismo caduco, secuestrado por las decenas de dictaduras que la componen, las cuales consiguen blanquear su pesada carga tir¨¢nica gracias a la legitimidad que les da la Asamblea General. En la ONU, los pa¨ªses que vulneran todos los derechos fundamentales, los que alimentan y potencian el terrorismo, los que convierten a sus mujeres en esclavas, los que usan su riqueza para consolidar ideolog¨ªas fascistas, todos ellos, c¨®modamente sentados, se convierten en estados leg¨ªtimos. Hace ya muchas d¨¦cadas que la ONU fracas¨® en su misi¨®n de preservar el derecho internacional. Hoy, m¨¢s que faro vigilante, es el balneario donde se blanquea la destrucci¨®n sistem¨¢tica de todo derecho fundamental. De manera que puede que est¨¦ bien eso de ir a la ONU y decir grandes verdades, aunque sea para mantener entrenada la mala conciencia. A pesar de todo, si me permiten, personalmente me cansa un poco esa tendencia al sermoneo paternalista que le da a Zapatero cuando le ponen un micr¨®fono internacional. Sermoneo que despu¨¦s no equivale a una pol¨ªtica social y solidaria realmente comprometida en el interior de casa, aunque en eso Zapatero no es ¨²nico. Sin ir m¨¢s lejos, ese paradigma de la progres¨ªa mundial, Lula, sabe mucho de ello.
Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de los discursos bienintencionados que ya conforman la marca de la casa ZP, empieza a cuajar como idea fuerza, en coproducci¨®n con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el concepto de "alianza de civilizaciones", nacido sin duda como contraposici¨®n al manido concepto del "choque de civilizaciones" huntingtoniano. Y volvemos al buenismo. Sin duda, entre una concepci¨®n de confrontaci¨®n entre culturas, y una que habla de alianzas, pactos y amor universal, la gente de bien se queda con esta ¨²ltima. ZP no s¨®lo tiene la simpat¨ªa celestial con su idea, sino que parece el hombre razonable ante la irracionalidad y la exclusi¨®n. Ah¨ª est¨¢n, si no, los elogios de unos (especialmente entusiastas los de las dictaduras isl¨¢micas), el apoyo de otros y hasta el bueno de Kofi Annan apadrinando personalmente la idea. Huelga decir que he combatido la idea del "choque de civilizaciones" en m¨²ltiples art¨ªculos, no s¨®lo porque la considero falaz y peligrosa, sino porque adem¨¢s resulta est¨¦ril. Pero pasar del concepto de "choque" al concepto de "alianza" sin otro matiz que el amor por la diversidad ex¨®tica y el "qu¨¦ bonitos somos, tan distintos y tan amigos", me parece igualmente falaz, peligroso y est¨¦ril. Creo que ZP ha elaborado un buen titular medi¨¢tico sin otro contenido que el que encontramos en la Fiesta de la Diversidad o en el F¨®rum de Porto Alegre, cuya propensi¨®n para el acriticismo y el paternalismo tercermundista son de antolog¨ªa. ?Qu¨¦ significa la alianza de civilizaciones? ?Significa que consideramos como propio de la civilizaci¨®n isl¨¢mica la falta de derechos fundamentales, el machismo esclavista o la concepci¨®n teocr¨¢tica de las leyes? Eso no s¨®lo se carga de un plumazo a todos los opositores de las tiran¨ªas al uso, sino que legitima, como natural, a todos los tiranos que reinan con impunidad cor¨¢nica. Lo cual obliga a una segunda pregunta fundamental. ?La alianza de civilizaciones se produce con los ciudadanos -que no tienen organismos democr¨¢ticos de representaci¨®n- o con sus representantes pol¨ªticos, la absoluta mayor¨ªa de los cuales no lo son gracias a su cultura democr¨¢tica? Y si el padrino de la cosa es Kofi Annan, ?significa que una organizaci¨®n que no ha emitido ni una sola resoluci¨®n contra los pa¨ªses que esclavizan a la mujer; que da la manita a pa¨ªses que exportan el terrorismo, como Ir¨¢n; que no se preocupa por la quema de sinagogas pero levanta el dedito cada d¨ªa contra el malvado sionismo (la pesada herencia sovi¨¦tica resta inmutable), y que en definitiva legitima a todas las dictaduras del mundo, ser¨¢ el ¨¢rbitro de tan singular alianza? Personalmente estoy dispuesta y encantada de la vida de aliarme con una mujer musulmana que ha sido condenada a lapidaci¨®n. O con los opositores a la tiran¨ªa iran¨ª de Ahmadinejad, o con los periodistas que luchan contra la dictadura marroqu¨ª. Pero la idea de una alianza gen¨¦rica, sin otro matiz que el buenismo solidario y que, lejos de situar el problema en la falta brutal de democracia en el islam, lo sit¨²a en la abstracci¨®n ret¨®rica, no s¨®lo no es ¨²til, sino que me resulta perverso. M¨¢s que luchar contra las tiran¨ªas, las consolida como interlocutoras. La ¨²nica alianza posible est¨¢ escrita en la carta de derechos fundamentales, y m¨¢s all¨¢ de las religiones, los usos y las costumbres de los pueblos, su vulneraci¨®n no es moneda de cambio. La mano a favor del islam s¨®lo puede ser aquella que se?ale el coraz¨®n del problema, que denuncie el uso de una religi¨®n para esclavizar y fanatizar, aquella que no considere "natural" la falta de libertad. Todo ello no lo leo en la letra peque?a de la propuesta de ZP. Si el choque de civilizaciones me pareci¨® una barbaridad, la alianza de Zapatero me parece un puro recurso ret¨®rico, m¨¢s henchido de protagonismo medi¨¢tico que capaz de ahondar en los problemas de fondo. ?Quieren alianza? Ali¨¦monos con la democracia, denunciemos la falta de libertad en nombre del islam, saquemos los colores a las dictaduras en el foro de la ONU, expliquemos que el enemigo de una cultura es aquel que la usa para fanatizar y matar. Pero si no hacemos nada de esto, estamos legitimando como si fuera "civilizaci¨®n" distinta aquello que resulta ser pura tiran¨ªa. Huntington me pareci¨®, en su momento, perverso. ZP me parece simple. Y los dos, lamentablemente, juegan con fuego.
www.pilarrahola.com
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